DLA: 43 años | Por: Ramón Rivasáez

Cuando el amor es el norte, todo tiene el camino de la armonía, la concordia y el afecto por las cosas, la paz, el crecimiento espiritual, el desarrollo intelectual; es el propósito que ha guiado al Diario de los Andes, al arribar a este nuevo aniversario.
Quienes hemos acompañado esta bella aventura, podemos afirmar que, con orgullo nos sentimos copartícipes, de ese esfuerzo titánico del gran capitán del navío, Eladio Muchacho, que, blandiendo con gallardía, ha llevado a puerto seguro esta empresa de la inteligencia.
Un periódico es una institución fundamental en el crecimiento y desarrollo intelectual de los pueblos, en circunstancias opacas como las actuales, mantener a flote un diario es de una valentía y denodada entrega al mejor de los gestos humanos, abrir el horizonte a la luz, desterrar las tinieblas, instaurar la sabiduría.
A lo largo de más de cuatro décadas, DLA, ha sido una cátedra extramuros que ha derramado cultura, arte, ha inundado de saberes a una comunidad sedienta de conocimientos; al mismo tiempo, ha propagado el emprendimiento, la necesidad de crecer como pueblo.
DLA, ha representado para los trujillanos, la mejor opción para pensar y repensar sobre el porvenir de la región, cómo hacer del estado el polo atractivo de desarrollo, de que manera podemos los trujillanos protagonizar nuestro despeje económico, mediante las fortalezas latentes que tiene en abundancia los nacidos en esta rica porción venezolana.
Cómo diría el poeta y teórico del teatro Antonin Artaud, «Corroer    y hurgar en las entrañas», para que los trujillanos busquen el camino hacia transformar la entidad en una tierra de promisión, abierta al crecimiento económico, al desarrollo humano.
Esa prédica diaria del DLA, toma vuelo, es la posibilidad de avanzar a través de la certidumbre de la búsqueda de un trujillano crítico, y a la vez cargado de ideas, para cambiar el rumbo social del estado, cuya mayor riqueza reside en sus recursos humanos.
Cambiar la manera de enfocar las dificultades, tender hacía soluciones que propaguen optimismo en el futuro, podría ser una firme postura ante los retos que se avecinan.
DLA ha demarcado el sendero, es preciso acompañarlo en esta hermosa labor solidaria, que emprende un medio de comunicación, armado solo con el deseo de servir de puente     para hacer del estado Trujillo, una entidad que busca un lugar en la Historia del desarrollo sustentable, armónico y con sentido humanístico. Sigamos el ejemplo, con la ayuda de todos podemos seguir conversando sobre el tema.
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