Por: Francisco González Cruz
Salutación
- El 19 de abril de 1810
- El 9 de octubre de 1810
- El 19 de abril de 2022
1.- El 19 de abril de 1810
Cuando uno pregunta por allí: ¿Qué se celebra el 19 de abril? Mucha gente responde “El Día de la Independencia”, otros “El grito de la Independencia”. Entonces uno vuelve a preguntar: “¿Y entonces que se celebra el 5 de julio?: algunos, confundidos, responden “La firma del Acta de la Independencia”. Aclaremos de entrada este asunto.
En 1807, Napoleón Bonaparte Emperador de Francia invade a España, de la cual Venezuela era una provincia, al igual que gran parte de América. En el reino de España había una grave crisis de gobernabilidad y se crean una serie de “juntas”, muchas de ellas de provincias y municipios, que rechazan al gobierno impuesto por Napoleón en su hermano José Bonaparte y se constituyen en “regentes” para gobernar en nombre del rey español Fernando VII.
Así lo hacen por el prestigio que tenían entre sus pobladores estas provincias y estos municipios, aún más en América, tan lejos de la Corona allá en la península, pues por estas tierras nuestras los que se ocupaban de los asuntos públicos eran los gobiernos provinciales y los municipales.
Por eso es que el gobierno municipal de Caracas convoca un cabildo abierto el 19 de abril de 1810 para tratar el tema del gobierno del reino de España y crea la Junta Suprema Defensora de los Derechos de Fernando VII, para asumir el poder en su nombre. Así lo hacen otras provincias españolas en América y en Venezuela, como Cumaná y Barcelona el 27 de abril; Margarita el 4 de mayo; Barinas el 5 de mayo; Mérida el 6 de septiembre y Trujillo el 9 de octubre, cuando sus respectivos cabildos o ayuntamientos declaran a su vez la independencia de la regencia española, asumen el gobierno de sus territorios, y se suman al movimiento caraqueño que avanza hacia la convocatoria del “Supremo Primer Congreso de las Provincias de Venezuela”.
El problema es que los asuntos en la península se agravan, pues a pesar de que la lucha de las “juntas” para sacar a los franceses tiene éxito, junto con la creación de la Constitución de Cádiz de 1812 que alivia el poder del rey y descentraliza un tanto el poder, el rey Fernando VII demuestra su incapacidad. Lo llamaban “el rey felón” y, a opinión del historiador y miembro de la Real Academia Española Arturo Pérez-Reverte, Fernando VII era “cobarde, vil, cínico, hipócrita, rijoso, bajuno, abyecto, desleal, embustero, rencoroso y vengativo”. Se despliega así un movimiento civil y cívico, de los ciudadanos representados en su provincias y municipios, que alimenta el proceso de independencia y la creación de las distintas repúblicas nacidas del antiguo imperio español.
2.- 9 de octubre de 1810
Dos 9 de octubre representa lo mejor para los sueños del porvenir que deben marcar las tareas de los trujillanos de hoy. El primero en 1557 significó el empeño fundador que desplegó energías hasta hacer de la ciudad primigenia una de las más importantes de estas nuevas tierras. El segundo en 1810 significó el anhelo autonomista de unas generaciones que se consideraban maduros para adelantar la escritura de su propia historia.
El 9 de octubre de 1810 se reunieron en la ciudad de Trujillo un grupo de personas representativas de los diversos sectores y lugares de lo que hasta ese día sería el Distrito Municipal Trujillo de la provincia de Maracaibo. Convocados a Cabildo Abierto por el Ilustre Ayuntamiento en la Sala Capitular y con la presencia de numerosos asistentes, debaten sobre la situación presentada en la península Ibérica con la abdicación del Rey Fernando VII, la constitución de la Regencia de Cádiz, la creación de la Junta Superior de Caracas y la de otras juntas en Cumaná, Barinas, Mérida, Barcelona y otras ciudades en todo el continente.
En ese cabildo abierto toman al menos diez decisiones fundamentales para el devenir trujillano. Primero: se separa el Distrito Municipal Trujillo de la Provincia de Maracaibo; segundo: se crea la Provincia de Trujillo; tercero: se establece que el pueblo asume el mando y lo ejerce una Junta de Gobierno; cuarto: el Ayuntamiento designa unos electores que se encargaría de supervisar la elección de los integrantes de la Junta Superior de Gobierno; quinto se elige y se juramenta la Junta Superior de la Provincia de Trujillo (encargada de la regencia); sexto: juran obedecer a la Junta el Vicario de Trujillo y el clero secular, los administradores, funcionarios diversos y el pueblo en general; séptimo: se designan nuevos administradores de justicia y diversos funcionarios provinciales; octavo: se ratifican a todos los Oficiales de Milicia; noveno: se acuerda notificar de estos actos a las Juntas de Mérida, Santa Fe de Bogotá, Pamplona, El Socorro, Quito y La Paz, así como a Caracas y Maracaibo; y décimo: se llama a la paz, a guardar la religión y los legítimos intereses del Rey.
Es a partir de estos movimientos que se convoca el primer Congreso Supremo de Venezuela, cuya instalación se llevó a cabo el 2 de marzo de 1811 y el 5 de julio aprobaron el Acta de la Independencia. A este congreso asistieron los representantes de las provincias de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Trujillo y Barcelona. Las provincias de Guayana, Maracaibo y Coro no asistieron, por eso son 7 las estrellas de la Bandera Nacional.
Mediante procedimientos parecidos al nacimiento de la Confederación de las Provincias Unidas de Venezuela, nacieron las nuevas repúblicas latinoamericanas, al calor de sus entidades locales y provinciales, En cada pueblo se encendían los aires de libertad y autonomía. Y sus gobiernos locales interpretaban cabalmente los sentimientos populares.
Los dirigentes que encabezaron estas rebeliones fueron ciudadanos activos, sacerdotes católicos, maestros, comerciantes y hacendados, funcionarios y otros líderes que se habían preparado en el arte de gobernar, o que había leído los documentos de avanzada que teológicamente o desde el naciente positivismo, alentaban la soberanía popular como fuente del poder.
Fueron movimientos absolutamente civiles y cívicos, que interpretaron la hora del momento histórico que vivían y tomaron las decisiones que había que tomar, para que se desplegaran los procesos que nos llevaron a lo que somos y debemos ser, en mejores perspectivas.
En la naturaleza de nuestras naciones y en la naturaleza de Venezuela está el protagonismo de los poderes locales, llámense ayuntamientos o cabildos o concejos municipales y alcaldías. Allí nacieron nuestros países y allí nació Venezuela. Los cabildos y las provincias fueron los parteros de nuestro país. Que no se les olvide a quienes pretenden imponer modelos que no tienen raíces en la historia. El centralismo es antihistórico en un país que nació de sus municipios y de sus provincias.
Lo que debió llevar a que la nueva entidad republicana tuviese en sus municipios primigenios la base de su organización territorial, fue transformado por la sangrienta y larga guerra de independencia que se desplegó a partir de 1813. Las exigencias de comando central único de esos tiempos, dieron al traste con la idea de una organización político territorial federal descentralizada de fuertes poderes municipales. Luego la guerra de caudillos y por fin la administración concentrada de los recursos petroleros condujo a esta realidad de una república “federal” centralizada, que acumula todos los vicios de una administración estatista, cupular, sin control efectivo, autoritaria y clientelar.
3. El 19 de abril de 2022
Como afirmó mi gemelo Fortunato hace unos años: “No fueron ni los Estados ni los Municipios los culpables del desastre nacional como ahora se quiere ver ¡Nó¡Jamás fueron invitados a la fiesta petrolera. La deuda externa fue obra del Gobierno Nacional, el despilfarro fue obra del Gobierno Nacional, quien corrompe las costumbres austeras es el Gobierno Nacional. Nosotros mirábamos de lejos el festín. Cuando los andinos, los llaneros, los orientales o los zulianos íbamos a Caracas, nos asustaban las autopistas, los ascensores, la luz nocturna, el lujo de los despachos oficiales. Cuando pasábamos del Campo de Carabobo nos encontrábamos en otro país mucho más rico que el nuestro”.
Pero a la hora de resolver los problemas cotidianos que afectan a los vecinos, éstos encontraban en sus municipios el gobierno cercano a quien acudir. El deterioro que los distintos gobiernos centralistas han causado a los municipios, no lo han logrado derrotar, como lo demuestra ampliamente este nuevo gobierno en esta nuestra tierra natal. Les han quitado competencias, les escamotean los recursos, los ningunean en la toma de decisiones, pero donde hay un alcalde auténtico y autónomo y unos concejales que debaten libremente sobre cómo abordar los asuntos locales, allí está el municipio dado la cara y demostrándole al país que el rescate nacional pasa por el renacimiento de estos poderes locales que parieron, en buena hora, a nuestra república.
Venezuela clama ir de nuevo a los sueños raizales de una república bien articulada desde sus bases municipales y provinciales, para emplearse a fondo en la re-creación de un desarrollo humano integral, sostenible.
Sin embargo, este reclamo es una exigencia de las nuevas realidades planetarias. En estos tiempos de la sociedad del conocimiento y la información, revolución tecnológica, redes planetarias y transnacionalización, los cambios en lo que de respecta a la organización territorial del poder tienden en dos direcciones complementarias: una es la globalización y la otra es la lugarización.
La primera es la globalización del poder, traducida en que grandes entidades multinacionales, multilaterales o algunos gobiernos muy poderosos gobiernan amplios espacios relacionados con la economía, las finanzas, la información, cultura y la política, creando un marco planetario que tiende a la homogeneidad.
La segunda es el surgimiento de fuertes comunidades locales innovadoras y bien preparadas que asumen el liderazgo de sus territorios y desplieguen influencias mucho más allá, para fortalecer su identidad y mantener la posibilidad de un mundo diverso y heterogéneo. Lo local y lo global marchan juntos, en paralelo, y tanto un proceso como el otro pueden obtener ventajas, si se preparan para ello.
Aquí las entidades federales tradicionales – provincias, estados o departamentos – pareciera que se quedan al margen, o al menos no muestran el dinamismo de las municipalidades y ciudades cuyas autoridades y líderes sociales se reúnen en congresos regionales y mundiales, sectoriales o temáticos: ciudades sostenibles, inteligentes, tecnológicas, creativas, ciudades globales, turísticas, ciudades culturales, redes de ciudades pequeñas, intermedias y mega ciudades, y muchas otras. Las entidades multilaterales y muchos otros tipos de organizaciones crean programas de cooperación que apoyan todos estos procesos, en el convencimiento que el desarrollo local impacta la gran mayoría de la población y que de su suerte depende mucho la de cada día más gente.
El nuevo orden político – territorial entonces tiende a consolidar tres espacios de poder: el global, el nacional y el local. De allí las tensiones que se observan en todas partes, pues la gente tiene expectativas de un mejor nivel de vida, que se logra mediante la articulación de estos tres espacios de poder y que se traduce al final, en el lugar donde la mayoría de la gente vive: su lugar, su localidad, su sitio.
A los venezolanos de hoy nos corresponde aprender de las lecciones que nos da la historia, entre otras que la república nació de sus provincias y municipios, que estos perdieron protagonismos a medida que avanzó el caudillismo, el militarismo, el centralismo y la concentración del poder, que los municipios a pesar de todo están presentes y activos para la tarea de construir una Venezuela más justa, más libre, más democrática y que ofrezca mayor bienestar sus pobladores.
De allí los serios desafíos del municipio de hoy, que tienen que ser modelos de gestión eficaz y eficiente, aún en medios de sus penurias. Que tienen que ser honestos a pesar de las tentaciones en estos tiempos de grave crisis ética. Que tienen que incorporar a los mejores funcionarios para lograr resolver adecuadamente los numerosos asuntos que atender, en un gobierno nacional que ha descuidado todo. Tienen que evitar todos los vicios que encontraron cuando el pueblo hastiado del mal gobierno, les abrió las puertas de estos espacios.
Estimados paisanos y amigos. Ustedes están llamados a ser la guía que oriente el futuro que debemos construir. No hay lugar que prospere donde no exista libertad, justicia, honestidad, compromiso y participación. Y todo, como el propio nacimiento nuestra patria, parte de aquí.
Y así como desde aquí parten a todo el país los alimentos que son fruto del trabajo de nuestros campesinos, de la fecundidad de nuestros suelos, de la abundancia de nuestras aguas, del agradable clima de nuestros campos y de los hermosos paisajes de nuestras lomas y formidables montañas, así tiene que llegar el mensaje que sí es posible gobernar bien en la modestia, en la honestidad, en el trabajo en equipo.
Que los que reciben en las grandes ciudades las cosechas de nuestros campos de cultivo, reciban también la buena nueva de que vienen de unos lugares hermosos y frescos, que gozan de un gobierno local que marca el camino de la Venezuela posible.
FGC/2022
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