DICKENS Y SU NOVELA: ‘EL MISTERIO DE EDWIN DROOD’ | Por: Ernesto Rodríguez

 

Ernesto Rodríguez 

El escritor inglés Charles Dickens (1812-1870) está considerado como uno de los más grandes de todos los tiempos. Murió de un repentino derrame cerebral a los 58 años y dejó inconclusa su última novela: ‘El Misterio de Edwin Drood’ (1870). Dickens publicaba muchas de sus novelas en forma de entregas periódicas y solamente había entregado 6 de un total de 12, es decir, faltaba publicar la mitad cuando falleció.

Mathew Pearl (nac. 1975, New York) es un joven escritor que en su novela: ‘El Último Dickens’ (2009, Edit. Alfaguara) trata esa novela inconclusa y ya se perfilaba como uno de los grandes autores de la ficción literaria. Posteriormente Pearl publicó: ‘El Club Dante’ (2003) que fue una novela sumamente exitosa. De hecho, el escritor estadounidense Dan Brown (nac. 1964) autor de la célebre obra: ‘El Código Da Vinci’ (2003) dijo: “Mathew Pearl es la nueva estrella deslumbrante de la ficción literaria, un autor impetuoso, creativo e inmensamente dotado” (contraportada de la obra de Pearl). La novela de Pearl mezcla ficción con realidad, pero al final agrega una importante ‘Nota Histórica’ para aclarar lo qué es  histórico y lo que es ficción. La novela es apasionante y solamente me pareció que podría ganar si fuera más breve y al final no incurriera en lo excesivamente fantástico y sensacionalista, lo cual le resta un poquito de calidad a la novela.

Dickens para su novela: ‘El Misterio de Edwin Drood’ se basó en algunos personajes reales. Por ejemplo, William Trood fue conocido de Dickens y fue el padre de Edwin Trood que desde muy niño se dedicó a robar en su casa y William, indignado, lo expulsó,  y Edwin Trood fue acogido por su tío Nathan Trood, que estaba metido hasta las orejas en el tráfico de opio que traían desde China. Según una versión, Edwin Trood luego tuvo problemas con los traficantes de opio y fue asesinado y emparedado dentro de una pared de la casa de su tío Nathan después de que éste falleció. Según otra versión Edwin Trood siguió viviendo y dirigió las poderosas bandas que traficaban opio desde China a los muelles de Londres. Dickens, para documentarse sobre su obra, estuvo en los sórdidos y peligrosos fumaderos de opio y los describe en su obra inconclusa con su gran genialidad. En la novela de Pearl se describe cómo en esa época la Corona Británica obligaba a las aldeas de hindúes a cultivar la amapola (de la cual se extrae el opio) aunque eso implicaba que dejaran de cultivar alimentos, lo cual era causa de hambrunas en esas aldeas. Pero el comercio del opio con China proporcionaba enormes beneficios financieros a la Corona Británica. Luego las bandas organizadas chinas del opio lo transportaban a Estados Unidos e Inglaterra.

En la novela de Pearl se plantea que si Edwin Trood siguió vivo, entonces es posible que haya tratado por todos los medios de evitar que las siguientes 6 entregas fueran publicadas, porque si Dickens escribía que el gran narcotraficante Edwin Trood estaba vivo, entonces la Scotland Yard se pondría a investigar su vida y sus oscuros negocios y acabaría con la poderosa red. En efecto, en realidad hubo varios asesinatos, golpizas y robos en relación con la posible publicación de las siguientes 6 entregas de la novela: ‘El Misterio de Edwin Drood’. El público inglés sentía verdadera veneración por Dickens y había una gran expectativa por conocer el desenlace de la novela, y Dickens ofreció contárselo a la Reina Victoria (1819-1901) que fue Reina de Inglaterra desde 1837 hasta 1901, pero ella declinó el ofrecimiento y prefirió esperar ansiosamente el desenlace igual que todo el público lector.

Según otras versiones, Dickens culminó sus 6 últimas entregas en una taquigrafía muy personal indescifrable que luego desapareció y entonces  nunca se conocerá el misterio del desenlace, lo cual es una lástima porque según los expertos literarios hubiera sido una de sus mejores novelas. Lo más impactante es pensar que Dickens, quizás sin saberlo, estuvo involucrado en el torbellino de las bandas del tráfico del opio sumamente peligrosas.

(ernestorodri49@gmail.com)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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