Diario de Los Andes, con alma de pueblo / Por Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

 

 

Fue un 24 de agosto de 1978, yo tenía apenas 22 añitos, cuando llegó a este mundo de los vivos, el Diario de Los Andes, dirigido por un apasionado del periodismo, nuestro amigo, Eladio Muchacho.

El ex presidente Carlos Andrés Pérez pasaría a la historia en la inauguración de este rotativo que en corto tiempo se sembraría en el “Alma Popular Trujillana”… Uno de los primeros reporteros gráficos, fue mi sobrino, Nelson Maya, quien con su generosidad de siempre, llevaba información al diario del hermoso proceso cultural que comenzaba a tomar fuerza en las barriadas valeranas, y allí estaba yo poniendo mi granito de arena…

 

Un Dios les pague…

 

Siento más que regocijo, recordar que fue a través del Diario de Los Andes y la página que escribía, “Crónica Cultural”, donde comenzamos a sacar del olvido a infinidad de artistas de nuestro pueblo (artesanos, poetas, cantores, músicos, personajes) todos de una creatividad infinita, como siempre hay un bendito pero, permanecían en el más completo olvido…

Sin proponérmelo, me fui convirtiendo en comunicador popular, recogiendo todo acontecimiento cultural que se escenificara en distintos pueblos de nuestra región. Pusimos nuestro humilde aporte en sacar del anonimato a festejos de la religiosidad popular como los Pastores de San Miguel, el reconocido viacrucis viviente de Tostós en el municipio Boconó, la Media Botella de San Benito en Pampán, la fiesta de San Benito en Timotes, solo para nombrar algunos de estos maravillosos eventos que pasaban desapercibidos para la prensa regional 40 años atrás.

 

“Un amigo en el camino”

 

No sé si existió un periódico más democrático que les abriera las puertas a las comunidades, como lo fue, y es, el Diario de Los Andes: Construyendo Juntos, El Gañán de Carache, Crónica Cultural, Red de Reporteros Populares, y otros espacios periodísticos, son ejemplo palpable donde “la gente escribía para la gente y con la gente”, no había intermediarios…

Creo que sin el liderazgo humano, cristiano, amoroso, humilde de Eladio Muchacho, eso de poner al pueblo a escribir su propia historia, jamás hubiera sucedido. Siempre las etiquetas crearon barreras: Esa gente, son “empíricos”, no saben la “o, por lo redondo”, jamás fueron a una escuela de periodismo, y con estas equivocadas afirmaciones se ha querido poner en un tercer plano o descalificar, lo que el “autodidacta”, poeta y laureado escritor venezolano, Aquiles Nazoa, llamó magistralmente; “Los Poderes Creadores del Pueblo”…

 

La Vida es más sabrosa…

 

 

Otro de los aciertos del Diario de Los Andes fue la trascendencia que le dio a lo “local”, al terruño, a lo sencillo de nuestras comarcas, a lo rico de su historia, de su pasado, de su presente. A lo hermoso de nuestros artistas populares… El Museo “Salvador Valero” es testigo de ese respeto supremo que este medio de comunicación le brindó a centenares de artistas que jamás pisaron una escuela de artes, pero, carajo, eran “oro puro” a la hora de crear obras pictóricas o artesanales que nada envidiaban a las del más “encopetado académico de las artes”…

 

Sentido de la Historia

 

Hoy, Diario de Los Andes, en ese respeto supremo por el “alma popular trujillana”, continúa valorando, difundiendo y preservando lo mágico de lo local con su espacio dominical: “Sentido de la Historia”. Para el periodista Elvis González (QEPD), un eterno Dios le pague, por esa pasión que ponía a la hora de investigar y difundir “el ayer y hoy” de nuestros pueblos…

 

Credo de Aquiles Nazoa

“Creo en Pablo Picasso, todopoderoso, creador del cielo y la tierra.
Creo en Charles Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones, que fue crucificado,
muerto y sepultado por el tiempo, pero que cada día resucita en el corazón de los hombres.
Creo en el amor y el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable.
Creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa.
Creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente
debajo de la almohada de mi niñez.
Creo en la amistad como el invento más bello del hombre.
Creo en los Poderes Creadores del Pueblo.
Creo en la poesía, y en fin, creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama”.

 

 

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