Hoy Día del Periodista, esta casa editorial, Diario de Los Andes le rinde un merecido tributo a quienes formaron parte de esta familia y contribuyeron en el crecimiento de la sala de redacción compartiendo convicciones, afanes e ilusiones más allá del simple vivir de cada día y que se adelantaron en el viaje
La vida comienza y la vida termina, pero las personas con sus acciones nos dejan muchas enseñanzas, por lo que no todo concluye cuando abandonan estas latitudes. La mística, la buena voluntad y el don de gente, que quizás en su momento pudieron pasar desapercibidos, cuando retrocedemos la película de la vida las valoramos, así como los instantes, los detalles e incluso los gestos que nos han llenado.
Hoy Día del Periodista, esta casa editorial, Diario de Los Andes le rinde un merecido tributo a aquellos que formaron parte de esta familia y contribuyeron en el crecimiento de la sala de redacción, compartiendo convicciones, afanes e ilusiones más allá del simple vivir de cada día y que se adelantaron en el viaje.
Todo este grupo humano que hoy recordamos y a quienes brindamos el más rotundo de los aplausos, fueron baluartes excepcionales, supieron digerir los sinsabores y con cautela e inteligencia fueron sembrando semillas y disfrutado los éxitos alcanzados, que fueron muchos.
Ya no están, se adelantaron en el viaje eterno, pero igual se les sigue recordando y se les agradece todo el empeño y espíritu de superación puesto en su momento. Gratitudes eternas, reconocemos que asumieron compromisos haciendo historia, de mantener encendida la llama de la esperanza, siempre trabajando y luchando contras los avatares de la vida, buscando abrir nuevos horizontes mucho más iluminados y prósperos. Aquí seguirán siempre. ¡A todos, MIL GRACIAS!
Guillermo Montilla
Lamentablemente la lista de los ausentes es larga. El primero que despidió dejando un extraordinario legado fue, Guillermo Montilla, lo del primer Jefe de Redacción no tiene parangón, múltiples enseñanzas para quienes tuvieron el privilegio de compartir y trabajar con él. Con un amplio sentido de la responsabilidad, contribuyó a mejorar la calidad del periódico, pues para él no bastaba con ser bueno, sino ser el mejor, y para ello, exigía lo máximo a su equipo de trabajo, consciente del talento y gran disposición de todos quienes conformaron el DLA en sus inicios. Fue Guillermo Montilla quien abrió las puertas del diario a la colectividad trujillana, sembrando rápidamente en el pueblo el sentido de pertenencia para con este medio de comunicación.
Aníbal Miranda
A Don Guillermo le siguió al encuentro celestial Aníbal Miranda, el primer director de Diario de Los Andes, un profesional a carta cabal en el área gerencial. Se le recuerda como un hombre muy capaz, serio en su trabajo y sobre todo, responsable. Entre lo más valioso que tiene esta empresa se encuentra su personal, talentoso y con gran sentido de la fidelidad, ya que muchos están en esta familia desde los inicios del diario. En parte, eso se debe a Aníbal Miranda, quien con muy buen tino y la agudeza del experto, fue el encargado de seleccionar a los trabajadores, asignándole cargos y responsabilidades de acuerdo a su perfil.
Eso muestra el profesionalismo y habilidad que caracterizaron a este importante personaje de la historia interna del DLA.
Germán González
Quienes le conocieron y laboraron con él dicen que, fue una persona que de su rostro solo emanaba la esencia de la vida, alegría pura, reflejaba ternura, amistad, amor y respeto.
Germán González hizo historia en el periodismo venezolano y trujillano.
Hasta los años setenta laboró en el Diario El Nacional en donde fue calificado como sinónimo de buen periodismo.
Desde que ingresó a DLA, su gráfica y sus escrituras se juntaron para dejar plasmados muchos acontecimientos e historias, un ser enemigo del “yoísmo”, su sencillez se perdía de vista y al revisar sus trabajos comprobamos el porqué de esos calificativos. Fue un defensor del ambiente y conservacionista.
Era un convencido que un profesional del periodismo debía tener mucha vocación y mística.
Rodolfo Zambrano
Profesional a carta cabal. Otro de ese grupo de viejos robles que le dieron prestigio al periodismo en Trujillo. Llegó para quedarse. Todo su talento lo echó a rodar en esta tierra. En DLA se convirtió en pilar fundamental de la redacción de su época, un apasionado a la fotografía, considerado entre los mejores gráficos tanto del periodismo como de la fotografía comercial. Su periodismo gráfico marcó pauta. Se distinguió por su don de buena gente, de echar pa`lante, siempre dispuesto al momento de ser requerido. Un ejemplo, una institución.
Régulo Jiménez
Se inició en el Diario El Tiempo, con el transcurrir de los años se enrola con Diario de Los Andes, casa en la cual se encontró con grandes amigos y experimentados colegas desde su época de la AVP. Régulo Jiménez fue un hombre que le dio otra dimensión a la cobertura deportiva y comunitaria, implementando una metodología deportiva y social a cada una de sus notas o crónicas. Su estilo de escribir se veía engalanado con las gráficas que en la mayoría de sus textos eran de su creación. Fue brillante, un maestro que supo enseñar.
Alfonso Toledo
Un Quijote del periodismo trujillano desde la época de la AVP, de la cual fue fundador. Alfonso Toledo se caracterizó por ser un periodista que escribía con una sazón de humor o chispa única, un estilo que patentó y lo identificó siempre. Hombre alegre y de una amabilidad extraordinaria al momento de realizar su trabajo reporteril, educado y de gran respeto. En esta redacción se ganó el cariño y respeto de todos, incluyendo de sus superiores. Su ética y disciplina como carta de presentación.
Antonio Pérez Carmona
Escribía con inteligencia y amor. Así definimos al poeta de Escuque, Antonio Pérez Carmona, otro de aquellos experimentados periodistas de la vieja guardia que dejó huella y prestancia en la redacción del edificio azul de la Zona Industrial. Fue y así lo catalogan, uno de los periodistas de altos quilates con los que ha contado la historia del periodismo trujillano, de los más completos. De una redacción fina, pero también critica, pero bien llevada, como elaborada en lienzos de los talleres de la más alta costura literaria.
La escritura
es salvadora
La palabra escrita nos recuerda quiénes somos para saber a dónde vamos, para saber qué es la vida más profundamente. La palabra es una forma salvadora de ver el mundo y ayuda a encontrar caminos luminosos de ver la vida de la mejor manera
Julio Urdaneta
El popular Chino se entregó con alma y corazón a Diario de los Andes. Todavía enfermo se preocupaba y se negaba a dejar lo que fue su pasión toda la vida, el quehacer periodístico. Hoy, cuando todo ha cambiado, hasta en nuestra profesión, los Julio Urdaneta, esos quijotes que no ven hora de salida en sus lugares de trabajo y menos con un grabador y una libreta, han desaparecido de la «fauna» comunicacional. Los que trabajamos al lado del Chino nunca podremos olvidarlo. Había mucha bondad y amistad en ese caballero y lamentablemente se fue cuando todavía le quedaba mucho por hacer en esta Viña del Señor.
Omar Buznego
Una leyenda del periodismo, llegó del centro del país para desempeñarse por una larga temporada como jefe de Redacción en Diario de Los Andes. Aunque era de los llamados “periodistas de la vieja guardia”, a Omar Buznego le gustaba innovar, hacer un periodismo de avanzada, por eso se ganó rápidamente la admiración de su equipo de trabajo. Era un profesional muy preparado, con amplia experiencia en los principales diarios del país.
Néstor Vielma
El poeta, llamaban a este inolvidable periodista, poseedor de una creatividad desbordante y magnífica pluma. Sus crónicas de sucesos eran como relatos literarios, marcando pauta en la fuente policial, no solo por sus habilidades para redactar, sino porque daba tubazos todos los días. “Ninguno como él”, dicen todos los que recuerdan su paso por este rotativo. Néstor odiaba las injusticias, por eso atacaba sin compasión a quienes cometían errores.
J.J Peña Peña
Otro integrante de la cofradía de la vieja guardia del periodismo. JJ Peña Peña llegó a la subdirección de Diario de Los Andes luego de la salida de Guillermo Montilla. Peña Peña le tocaba una tarea ardua y complicada, mantener en alto y llevar adelante aquel legado que habían dejado tanto Monilla como Aníbal Miranda. El hombre sacó a relucir su experiencia y se apuntaló en el excelente equipo de trabajo para saldar cada compromiso. Además fue un extraordinario reportero, gremialista, no le gustaban las injusticias. En esta casa editorial desarrolló diversas facetas como también lo hizo en el Diario El Tiempo.
Mario Mackevoy
Este hombre con apellido gringo fue un peruano que su pasión por el fútbol lo hizo llegar a Venezuela. Primero en Yaracuy, desde donde llega y se asienta en Valera y DLA le dio la oportunidad. Se enfiló en la fuente deportiva con el fútbol, lo dominaba a la perfección, pero le gustaba mucho el ciclismo y aprendió mucho al lado de Graterol Vargas. Realizó un gran trabajó y le dio un cambio significativo a la fuente deportiva y eso se reflejaba en sus crónicas.
Antonio Ruiz Sánchez
Intelectual de reconocida trayectoria y cultivador de la buena lectura. Así fue nuestro ex director Antonio Ruiz Sánchez; de una capacidad analítica de los más intrincados artículos, soñador por excelencia, amante de la cultura y conceptualizador de cómo debía ser el comunicador integral de la redacción de Diario de Los Andes, ese concepto lo plasmó en el Manual de Redacción DLA editada en 1996. Antonio Ruiz calificaba a esta casa como, una comunidad intelectual e informativa, donde el lector, es siempre la razón de ser.
Como periodista fue un defensor de la verdad, de la honestidad, del amor por su tierra. Como escritor, su pluma fue inteligente y su discurso claro: brilló como editor, director, columnista y como consejero y amigo. Un ser excepcional en el amplio entendido de la vocación.
José Romero Anselmi
Se definía como un simple reportero de toda la vida. Se caracterizó por ser un hombre solidario, brillante y sagaz. Para Romero Anselmi la solidaridad humana era una de las condiciones más importantes del ser. “El que no es solidario no es nada”, decía.
Fundador y director de DLA Táchira, considerado como un extraordinario reportero y redactor de las fuentes de Política y Economía, secciones que dirigió por muchos años en El Nacional.
No le gustaba las alabanzas. Romero Anselmi era así, más bien le gustaba pasar desapercibido, jefe de conversar y escuchar con los integrantes de su equipo reporteril. Quienes le conocimos, tratamos y fuimos dirigidos por él, damos fe que, era esencia de un ser bueno, distinción que muy pocos pueden ostentar, y que en honor a la verdad, estamos hoy en el deber ver de resaltar, de enmarcar. Supo dignificar el buen periodismo y al periodista.
Oscar Piñero
“Piñerito” como se le conoció en el mundo periodístico, fue un maracucho que llegó a Valera y aquí se quedó hasta su último día de vida. Vivió el periodismo con mucha pasión, y entrega, era el hombre a todo terreno de la redacción, para él era lo mismo cubrir un suceso que la política, el deporte, la farándula o comunidad, se paseó por todas las fuentes, lo hizo con profesionalismo y entrega. De personalidad alegre y siempre dispuesto a tender la mano, y colaborar con sus compañeros de jornada. Periodista de raza como solía identificarse. Uno de los periodistas con mayor retentiva que hemos conocido.
Rafael Ángel Lujano
Un enamorado del buen lenguaje. Exigente de la buena redacción, riguroso con los titulares. No se catalogó de perfeccionista pero exigía notas bien instruidas con redacción fluida, que llegara con facilidad al lector. Rígido desde su puesto de Jefe de Redacción, pero a su vez amigo y compañero. Rafael Ángel Lujano instruía y pulsaba por un buen periodismo, donde la responsabilidad y disciplina era primordial y a eso le sumaba el respeto, la verdad y el manejo del mensaje para con el lector. Se consagró por completo a su profesión, a la cual se dedicó al dejar los estudios de medicina en la ULA Mérida. Fue otro de los grandes maestros con los que hemos contado en la sala de reacción de Diario de Los Andes. Hombre culto y preparado.
Chuto Matheus
Jesús “Chuto” Matheus fue un hombre que vivía intensamente la vida, y con esa intensidad y pasión vivió el periodismo que no solo lo hizo a nivel radial, su calidad profesional se expandió por los impresos regionales, entre ellos Diario El Tiempo y Diario de Los Andes, en ambos desempeñó un trabajo arduo, dedicado, profesional y bien hecho. Con su alegría y jocosidad hacía más amenas las malas noticias surgidas en la fuente de sucesos, la cual le tocó encabezar por mucho tiempo en esta casa editorial, Diario de Los Andes.
Doris Viloria
Corta fue su vida, no tuvo tiempo para desarrollar todo el potencial que tenía. Aún así, en su corta estadía entre nosotros, Doris Viloria dio muestras de grandes facetas, entre las principales la amistad, eso lo corroboramos quienes laboramos con ella desde su época de pasante hasta desempeñar la Jefatura de Información. Doris dejó una grata presencia, responsabilidad y disciplina en lo profesional y fue perfil de un excelente ser humano. Sus compañeros de aquellos días en DLA aún le extrañan, aún se recuerda su sonrisa, su jovialidad y amabilidad. Un día decidió experimentar nuevos rumbos pero, la empatía, el compañerismo y sobre todo el respeto, siempre se mantuvo. Los recuerdos son infinitos.