Mariana Duque/DLA.-
Autoridades desplegadas en el operativo de búsqueda de la familias desaparecidas en el municipio Jáuregui, descartan que una secta satánica esté detrás de este hecho que mantiene en alerta al estado Táchira y al país.
Así lo informó este jueves 8 de septiembre el alcalde del municipio Jáuregui, Juan Carlos Escalante, quien destacó que el miércoles 7 de septiembre encontraron rastros de los extraviados en una aldea de La Grita, específicamente en una vivienda que habían alquilado. Los campesinos del sector les aseguraron haberlos visto en buenas condiciones, y que estaban haciendo oración continua.
Habitantes de la zona, les informaron que la última vez que los vieron fue hace diez días y que el grupo de 16 personas de las familias Luna Roa, García, Peña y Serrano, quienes desaparecieron desde el pasado 22 de agosto huyendo del fin del mundo, se trasladaba en un camión Tritón 350, color azul, y en una camioneta Toyota Hembrita, de plataforma, color gris.
“No hay cuestiones de extraterrestres de ningún tipo, no hay cuestiones de sectas satánicas, de ningún tipo. Lo que hay es un grupo que se conformó desde hace tiempo, que venía planificando este retiro desde hace tiempo, son personas que están en permanente oración”, expresó el alcalde de Jáuregui.
Despliegue de seguridad
Los organismos de seguridad establecieron cuatro puntos de resguardo y vigilancia, en donde revisan vehículos y preguntan a los conductores si han visto a algunos de los desaparecidos, al tiempo que les informan que en caso tal de tener alguna información deben dar parte a las autoridades.
Los puntos habilitados fueron Portachuelo, Batallón Páramo La Negra, La Grita y Babuquena, donde revisan a quienes van a Bailadores (estado Mérida), La Grita y Pregonero (Táchira).
El alcalde de Jáuregui, Juan Carlos Escalante, precisó que el Cicpc se encuentra en puntos específicos donde sospechan que pueda estar la familia en su retiro de oración.
Descartó que el grupo se haga daño o que atenten contra la vida de alguno, pues los reconoce como ciudadanos respetables, trabajadores, honestos y muy católicos, solo con un criterio distinto de la fe, qué pasa al fanatismo, pero aclaró que esto no es un delito en Venezuela.