Desde el conuco | No olvidemos a los campesinos presos en Sanare | Por: Toribio Azuaje

 

Por: Toribio Azuaje

 

«Si la lucha se dispersa, no habrá victoria popular en el combate» (Ali Primera)

 

Una grata conversación con Amado Fernández, caficultor de la población de Chabasquén  en momentos en que llegaba a mis manos el libro del poeta Tarek William Saab «Hogueras de una adolescencia intemporal», se juntaron para  para obligar un vistazo al mundo de la caficultura nacional, sus exigencias, sus urgencias, sus retos y sus dificultades. Así entramos si tocar tablita al terreno de la lucha social.

La lucha por los derechos de los trabajadores, de los campesinos, de los obreros, de los distintos sectores víctimas de la explotación capitalista nos ha acompañado siempre en la historia de la humanidad. En ella se expresa la solidaridad de unos sectores hacía otros que sienten vulnerados sus derechos. Cuántas veces como estudiantes universitarios nos plantamos a los puertas de las fábricas a repartir panfletos y carteles que expresaban nuestra solidaridad con la lucha obrera, cuántas manifestaciones de solidaridad hacia las luchas campesinas. Esto refleja la combatividad y la sensibilidad social de unos sectores hacía otros cuando se perciben vulnerados los derechos por parte de los centros de poder, que se adueñan de todos los medios de producción para convertir al sector obrero y campesino en sus esclavos.

Desde que la sociedad involucionó hacia el capitalismo y más aún hacia el imperialismo como el estadio más moderno de dominación, las luchas están aderezadas de solidaridad presente en los distintos sectores explotados. Por eso me niego a la narrativa creada en torno al caso de los campesinos judicializados recientemente en la población de Sanare, hay quienes le restan importancia y expresan que algunos de ellos no son campesinos. Déjeme decirles que la lucha por los derechos de los trabajadores no tienen fronteras que nos separen y seguiremos viendo hasta el fin de la vida, las solidaridades expresas de unos sectores hacía otros, esa es la dinámica natural de los pueblos en la lucha por el respeto a los derechos conquistados a lo largo del tiempo. La lucha no puede reducirse hasta esos niveles, como explicar entonces, la de Simón Bolívar por liberar a los esclavos y lograr la justicia en los sectores campesinos, y combatir a la colonia imperial Española, siendo que él viene de altos niveles económicos que pudieron alejarlo de esas luchas. Que ignorancia y mezquindad se expresa en quienes crean distancias en la solidaridad de la lucha social.

La mezquindad,  la ceguera política, el sectarismo y el servilismo nos hace pisar en terrenos que nos alejan más y más de la liberación real de las clases explotadas de nuestra sociedad. Cómo es que, no podemos solidarizarnos con los maestros solo por el hecho de no ser maestros, cómo es que, no podemos solidarizarnos con los obreros tan solo por el hecho de no formar parte de esa clase social.

En torno al caso en cuestión, el retardo procesal y la injerencia política es una de las mañas que se han adoptado para provocar traumas a la dinámica natural de la justicia. Hoy nuestro compañeros están llevando un juicio injusto y extremadamente contaminado con la diatriba de la politiquería que arropa a nuestra sociedad. Estos compañeros detenidos en Sanare Estado Lara, sienten en su pellejo la injusta medida de quienes pretenden silenciar la protesta. Las mañas capitalistas no se acaban. Por lo demás, es evidente su condición de campesinos vinculados a la producción de café de toda la población Sanareña. Ese es un pueblo caficultor como muchos otros pueblos de esta patria.

Tan solo solicitamos, con firmeza y con respeto, del poeta y defensor de los derechos humanos, hoy Fiscal General, Tarek William Saab, volver la mirada a este caso, no podemos permitir que se siga judicializando la protesta popular.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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