Desde el conuco | De la ETA Crisanto Lacruz a La  Universidad del Café | Por: Toribio Azuaje

 

«El secreto del cambio es enfocar toda tu energia no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo» (Socrates)

 

Un poquito de historia:

Hace ya varios años, un grupo de destacados dirigentes caficultores de estas tierras Biscucuyenses se propusieron crear una escuela para sus hijos, una escuela donde se formarían técnicamente los hijos de nuestros campesinos cultivadores de café. Así comienza la historia de la Escuela Técnica de Agricultura «Crisanto Lacruz», ubicada en Guayabital, Municipio Sucre del Estado Portuguesa, llegando rápidamente a convertirse en una referencia nacional de la educación técnica. En Marzo de 1977 se inaugura formalmente y son los caficultores los protagonistas de este importante paso académico. En ella se han formado centenares de jóvenes de todo el país.  Hasta hoy, es la única escuela técnica dónde se gradúan técnicos medios en agricultura con orientación en café.

Por la ETA Crisanto Lacruz, desfilaron destacados profesionales de la docencia agrícola y en sus tiempos fue considerada la escuela técnica de los caficultores. Sin duda, está escuela nace a solicitud y con el aporte de los caficultores quienes motivaron la idea, compraron y donaron el terreno para su funcionamiento. Al pasar el tiempo y en estos momentos cuando la educación en el país se vino a menos, ésta institución no es ni la sombra de lo que otrora fue, son apenas vestigios lo que queda de ella, y tan solo unos treinta son los alumnos que conforman su matrícula actual. Pareciera que a nadie le duele el futuro de esta prestigiosa institución educativa. Urge salir al rescate de esta escuela técnica y no permitir su desaparición.

La escuela cuenta con unas cinco hectáreas sembradas de café que  fueron el sostén más importante para la institución, además cuenta con otro lote de tierra de similar tamaño, en el caserío Santo Cristo, para desarrollar otras actividades agrícolas. La ETA llegó a tener cubierta toda la cadena de valor del café desde la semilla hasta la taza. Contando con un laboratorio de análisis sensorial del café, del más alto nivel en el país, allí se han formado innumerables jóvenes que están esparcidos dentro y fuera del territorio nacional, como emprendedores en materia de barismo y preparación del buen café en la taza. Actualmente se cuenta con un «café escuela» donde se forma la muchachada en materia de preparación de la bebida de café de excelente calidad.

 

Que proponemos:

Siendo que la ETA o lo que queda de ella, como quien dice, cuenta con una plataforma tecnológica importante en materia de procesamiento de café, desde UNACAFEV nos atrevemos a proponer transformar está Escuela Técnica en LA Universidad del café, sería este un centro educativo integral para lograr la prosecución de los estudios de los estudiantes para formar científicamente a los hijos de los caficultores del país, en todas las áreas que involucran el mundo del café, desde la obtención de la semilla, vivero, siembra, cosecha, beneficio,  torrefacción, catación, barismo y comercialización del café, hasta la taza, incluyendo el mercadeo nacional e internacional. Está sería una importante tarea de UNACAFEV como organización naciente de los caficultores del país.

 

Madurar la idea:

Se trata de avanzar de manera científica hacia la nueva caficultura venezolana; si dejamos a un lado las mezquindades y superamos la mediocridad, pudiéramos estar dando un gran paso científico-técnico en una gran alianza nacional de distintas instituciones junto al movimiento de los caficultores, que permita echar a andar la nueva caficultura venezolana.

Formar a las nuevas generaciones de caficultores que serán las noveles plantillas de campesinos cultivadores y procesadores de café, modernizar la industria del café, fortalecer el movimiento cafetalero en esta tierra patria, es una hermosa y titánica tarea en la que pondremos nuestro empeño. Pero eso sí, para formar nuestros muchachos, no para sacarlos del campo, que ha sido la tarea bien cumplida del modelo educativo actual, si no, para transformar la caficultura venezolana y anclar nuestros muchachos a un mundo promisor y altamente productivo en el campo y en el mundo del café que es nuestro mundo.

 

 

 

 

 

 

 

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