Desde el conuco | Conversaciones a paso de luna | Por: Toribio Azuaje

 

No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.

Lao-tsé

 

Por: Toribio Azuaje

Anoche fue el “paso de luna”, se llama paso de luna cuando se produce la transición de una fase lunar a otra. La luna nueva de marzo anuncia la llegada de la luna creciente o cuarto creciente. Que verano tan caliente, nos sofocan estos calorones intensos que retumban en las montañas y en los cafetales. Las maticas de aguacate y de cacao comienzan a ceder ante el calor y la abrazadora sequía. Una alfombra gigante de la hojarasca que cae de los árboles, se extiende por todo el cafetal, aguardando la lluvia para acelerar su descomposición y transformarse en la materia orgánica necesaria para los cultivos. Aquellos caficultores que usan pesticidas, matan con su veneno a los microorganismos que viven en el suelo, entonces pierden este recurso valioso y se ven obligados a  sustituirlo por los afamados y destructores NPK.

Sin falta y sin mucha demora aparecen los incendios promovidas por nuestros campesinos para dejar lista la tierra aguardando el tiempo de lluvia y comenzar la siembra. Esta práctica abominable, de quemar para sembrar, nos persigue desde nuestros ancestros, y así, de quema en quema, de chagua en chagua,  damos nuestro sanguinario aporte para que se sequen los riachuelos y se incremente cada año el calor. Progresivamente nos vamos quedando sin agua y esto no es casual.

El intenso y fortísimo calor, nos obliga a realizar las tareas del conuco solo a tempranas horas de la mañana, luego nos dedicamos a otras tareas menos exigentes y menos sofocantes. ¡Cuídense de estos calorones! pues las altas temperaturas resultan insoportables y riesgosas. A propósito de incrementos de las temperaturas, hay que incentivar en nuestra gente nuevas modalidades de siembra, se debe promover el uso adecuado del recurso suelo y agua. Es necesario promover en nuestra gente la cultura del riego y la siembra del agua.  Pequeños sistemas de riego pueden ser orientados en nuestros campos, pero entre tanta burocracia existente, no veo a ningún organismo promoviendo estás prácticas que son fundamentales en la agricultura nuestra de cada día. El agua escasea mientras la desforestación y la quema se incrementan año a año.

Ayer, fue  otro día dedicado a la  construcción de una instalación artesanal para la cría de aves, el bambú que sembré hace unos años lo uso ahora para esas pequeñas instalaciones. ¿Para que siembras esas guafas? Me decían, hoy me piden una que otra vara, para darle algún uso en sus casas. Ayer fue un grato día, caliente pero grato; me visitó Sandino, Jesús David y Milena; que agradable resulta recibir la visita de los seres queridos.

Con el paso del tiempo nos han venido inoculando otras culturas citadinas que nos distancian de la vida campesina y nos hacen más destructores y agresores del entorno natural que nos da vida. A estas alturas ya somos “suma cum lauden” en destrucción y contaminación, somos destructores por excelencia, acabamos con ríos, zanjones y quebradas,  y luego nos quejamos y culpamos a otros por la falta del agua.

Cómo si nadie entendiera el daño que se causa, las quemas irracionales y la desforestación se adueña de todo el mundo campesino. Pocos son quienes guardan conciencia sobre la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida depredador y consumista. El capitalismo, abrazador como el fuego, nos impone sus normas para hacernos mas dependientes y más  esclavos. Nada ha cambiado. El ministerio del ambiente es la instancia más inútil que padecemos, no permiten nada, pero toleran todo.

Un nuevo proceso electoral se nos vino encima, apurado por tantos reacomodos políticos. Se aproxima la lluvia de repetitivas promesas electorales que nos arropa nuevamente. Mientras tanto, nuestros campesinos siguen sobreviviendo ante tanta indolencia. ¿Van a votar?, fue mi pregunta a un grupo de hermanos del campo, que descansan antes comenzar a subir la cuesta, uno de ellos, amistoso y jocoso, respondió, claro que lo haremos, mostrándome los 14 puntos de sutura en su rodilla derecha, “en el hospital no había suturas, ni gasas, ni nada, vengo de allá, si no llevo los verdes no me cosen”. Los ambulatorios rurales están desolados y en palancas. Francisco, ríe y me dice, mi candidato es el conuco.

Remate dantesco; el billete verde que progresivamente ha sustituido a nuestra moneda nacional, nos deja sin identidad, un país sin moneda propia es un país en “independencia cero”.

 

 

 

 

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