Desde cerro Felipe | Necesitamos una gran revisión | Por: Héctor Díaz

Por: Héctor Díaz *

Cuando revisamos minuciosamente uno de los estudios más importantes del ideólogo del marxismo Héctor Díaz Polanco (Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia). Allí encontramos una metamorfosis del antiguo pensamiento marxista con la realidad actual del siglo XXI, es desplazar el principio de las luchas de clase, por nuevos elementos de la sociología entre ellos: el indigenismo, la globalización, la identidad sexual, el marketing como tendencia y estudio y la desideologización del pensamiento clásico; allí observamos todo un desmontaje total de la tesis que dio origen al capital y a la sociología de Marx, pero nos abre una compuerta a los nuevos elementos que se mueven en los escenarios sociales actualmente. Da paso a la ideología del género como instrumento de aceptación frente a las desviaciones sexuales y cuyo epicentro es el pecado carnal desde el punto de vista del enfoque teológico, pero se nos convierte en una realidad social que busca espacios en los cimientos del poder, es decir, frente a la negación de una sociedad en aceptar los matrimonios legales de un mismo sexo, la convivencia libre y la libertad plena con espacios de poder del mismo género sexual, la robotización de la especie humana en el desplazamiento laboral, la educación manipulada para enseñarle a los niños y adolescentes los nuevos esquemas de conductas sexuales que deben de asumir frente a la sociedad, el nuevo modelo cultural de odio en contra de todo lo que represente el pasado o lo viejo y el aislamiento total para darle paso a las redes sociales virtuales.

Todas estas gamas de innovaciones evolutivas se abren paso en los nuevos enfoques de la sociología marxista y ya la lucha de clase del proletariado no existe, una de las potencias comunistas de mayor arraigo en el mundo como la China, donde en pleno congreso del partido comunista Chino expresaron “que no importa el color del gato, lo importante es que case ratones” esa es la teoría más unificadora que hemos escuchado para darle paso al comunismo capitalista. Un conocido teórico venezolano como Ludovico Silva ya lo venía anunciando en su famoso ensayo de filosofía política, “En busca del socialismo perdido” pero antes de él, Teodoro Petkoff en su rompimiento con el partido comunista escribió un ensayo llamado Checoslovaquia, el socialismo como problema. Allí vertió todo un pensamiento de lo que se avecinaba en el mundo de la izquierda y daba paso al socialismo a la venezolana, con nuestras propias raíces culturales venezolanas latinoamericanas; esas ideas, años más tarde, fueron recogidas en un proyecto político liderizados por un militar como Hugo Rafael Chávez Fría y su MBR-200 y ejecutado como el Plan de la Patria. Lamentablemente, fracasó porque se alió con el sector más reaccionario comunista de América Latina como es Cuba y los Castros, es allí donde radica el aborto de un proceso político que inspiró a más de uno y al principio sirvió de ejemplo para América, con la diferencia que en el resto de los países fue asumido por civiles de la izquierda democrática y con un sentido institucional en el respeto de las libertades.

En el país tenemos que dar un debate ideológico entre las organizaciones políticas, revisar las bases programáticas, que permita impulsar un proyecto de país, tomando en cuenta las nuevas realidades sociológicas en que nos estamos moviendo y la evolución de las ideas acompañadas por los nuevos cambios tecnológicos, de no hacerlo nos estancaríamos en el espacio y el tiempo ocasionándole un grave daño al país. Hoy vemos propuestas como la de María Corina Machado, el Estado Liberal, que aún no sabemos cómo se come eso y Claudio Fermín que planteas una profundización de la democracia en el marco de las libertades plenas para poder salir de la crisis profunda en que estamos sumergidos. Ya aquí existen tres elementos para el debate público: uno que representa al gobierno, entrampado entre la vieja ideología del marxismo de Estado y negadora de la libertad del pensamiento; la segunda propuesta del Estado liberal que sería la vuelta traumática de 365 grados que podría ser peor el remedio que la enfermedad, pero que también entraría en el debate interno de los postulantes de esta tesis y la última, que conllevaría a importantes acuerdos políticos, para ir abonando el terreno a una salida pacífica, sin traumas, sin violencia y donde todos los factores tengan espacios para moverse y plantear sus ideas a fin de que el país retorne a la normalidad y le permita al aparato productivo despegar totalmente.

Así como los soviéticos se sometieron a una profunda revisión con la Perestroika y la Glasnost  China, con su tesis de la economía de mercado socialista, porqué nosotros, la dirigencia política venezolana no hacemos lo mismo, una revisión en todos los órdenes que nos permita despegar con toda nuestra riqueza natural hacia ese mundo en evolución.

*Ex concejal

 

 

 

 

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