Zulma López /DLA.- Karin Pico, propietaria de una farmacia en la población fronteriza de Ureña, denunció la proliferación de negocios dedicados a la venta ilegal de medicamentos, los cuales están afectando las ventas de los comercios legalmente establecidos.
Pico relató que a la situación que se está presentando en la frontera con los malos servicios públicos y las altas tarifas de las factura, también se suma que se han abierto locales comerciales de manera ilegal y que no cumplen con los compromisos que exigen las autoridades.
Contó que mientras los negocios ilegales no pagan absolutamente nada por funcionar, ella tiene que cumplir con el pago de patente, contador, alquiler, agua, luz , empleados y permisos para poder funcionar.
“Otras personas tienen su negocio y no pagan ni la cantidad, ni la mitad de lo que yo pago, un ejemplo yo pago 500 mil pesos mensuales, él paga 50 mil pesos, entonces la gente le dice a uno que es un ladrón y un abusador; no somos esos, somos negocios legales, queremos que nos apoyen para que todos estemos iguales”, declaró.
Afirmó que los comerciantes legalmente establecidos no se niegan a pagar impuestos, pero quieren que haya igualdad, es decir que todos trabajen en las mismas condiciones y cumplan con sus compromisos.
Alertó que hay una gran cantidad de fármacos adulterados que están vendiendo en la frontera y aseguró que quienes la consumen no se dan cuenta de esa situación porque lo que más les interesa es el precio, es decir que sean más económicos. Cree que de 20 negocios que hay en la frontera colombo-venezolana, al menos 15 son ilegales.
Pico dijo que para que su empresa funcione debe tener un regente, mientras que los otros negocios que venden medicamentos no lo tienen. Aseguró que sus compromisos ante la alcaldía u otro organismo debe pagarlos en Petros, “yo pago en Petros, eso ni lo conozco, a mí nadie me paga en Petros porque si cobro en esa moneda la gente me va a decir que estoy loca, pero eso me lo exige el gobierno”, sostuvo.
Relató que a las farmacias legalmente establecidas les venden las medicinas colombianas que son traídas a Venezuela de manera legal y esa situación les aumenta el costo, por lo que mientras venden un medicamento en 10 mil pesos, quien lo hace de manera ilegal lo ofrece en dos mil.
Agregó que ahora es muy difícil ser un comerciante legal, no obstante y pese a esta situación, quienes tienen negocios en la frontera exigieron a las autoridades que tomen en cuenta esta situación y le brinden el mismo trato a todos por igual.