Nueva evidencia que refuerza las sospechas de abuso de poder del presidente Donald Trump surgió el miércoles, en el primer día de históricas audiencias televisadas en el Congreso de Estados Unidos para determinar si el mandatario republicano debe ser llevado a juicio político.
William Taylor, el principal diplomático de Washington en Kiev, declaró al Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que lleva a cabo los interrogatorios, que a Trump “le importaba más” que el gobierno ucraniano investigara a su rival demócrata Joe Biden que la situación en Ucrania, en lucha contra separatistas respaldados por Rusia.
Taylor sorprendió al afirmar bajo juramento que se había enterado recientemente de una llamada telefónica entre Trump y el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland. Un colega suyo que estaba al tanto de la conversación le dijo que, al finalizar la charla, le preguntó a Sondland qué pensaba Trump sobre Ucrania.
“El embajador Sondland respondió que al presidente Trump le preocupaba más investigar a Biden”, dijo Taylor.
Los demócratas que controlan la Cámara baja acusan a Trump de usar la política exterior para su beneficio político personal, usando la asistencia militar estadounidense para presionar a Kiev para abrir una investigación sobre supuesta corrupción de Biden y su hijo Hunter, que integraba el directorio de la compañía de gas ucraniana Burisma.
Exvicepresidente de Barack Obama, Biden está bien posicionado para disputarle a Trump la reelección en 2020.
“Retener asistencia militar a cambio de ayuda con una campaña política nacional en Estados Unidos sería una locura”, afirmó Taylor.
Taylor también dijo que las presiones para que se investigara a los Biden provenían de “un canal diplomático irregular” que involucraba el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani.
“Demasiado ocupado”
Trump, quien asegura que su conducta es “irreprochable”, volvió a decir que la investigación lanzada el 24 de septiembre por los demócratas es una “caza de brujas”, y dijo que estaba “demasiado ocupado” para ver las audiencias por TV.
La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, aseguró que el presidente, que en la tarde recibió al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, había pasado la mañana “trabajando”, con “reuniones en la Oficina Oval”.
Sin embargo, en la cuenta en Twitter de Trump había un aluvión de declaraciones retuiteadas de opositores a la investigación del Congreso.
Los republicanos acusan a los demócratas de montar un circo mediático.
Esto es parte “de una operación de tres años llevada adelante por los demócratas, los medios corruptos y los burócratas partidistas para anular los resultados de las elecciones de 2016”, expresó el principal legislador republicano en el proceso, Devin Nunes.
Trump puede convertirse en el tercer presidente estadounidense en ser sometido a un juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998.
Ninguno de los dos fueron destituidos, y es poco probable que Trump lo sea, puesto que para esto necesitaría ser condenado por el Senado, donde los republicanos tienen mayoría.
En 1974, sin embargo, el republicano Richard Nixon renunció ante la inminencia de ser juzgado por el escándalo de Watergate.
“Sin rencor”
Al abrir las audiencias, el legislador demócrata que lidera la investigación, Adam Schiff, dijo que las principales preguntas de la pesquisa, si Trump abusó de su poder y si corresponde enjuiciarlo por eso, deben responderse “sin rencor”, “sin demora” y “sin favoritismos partidarios o prejuicios”.
Además de Taylor, testifica un alto funcionario del Departamento de Estado especialista en Ucrania, George Kent. Ambos ya dijeron en privado a los legisladores que Trump utilizó la ayuda militar estadounidense para forzar al presidente ucraniano Volodimir Zelenski a investigar a los Biden.
Kent consideró el miércoles que pedidos así “socavan el Estado de derecho”.
El diplomático ya reveló que a mediados de agosto había alertado a sus superiores sobre las presiones contra Kiev para que investigara a los Biden. También confirmó a los congresistas que Giuliani había instigado desde hacía meses una campaña para investigar al exvicepresidente de Obama.
En un artículo publicado por el Wall Street Journal, Giuliani dijo que “el comportamiento de Biden merecía un escrutinio minucioso”.
Una decena de audiencias están previstas en el Congreso hasta el 20 de noviembre.
Los republicanos han pedido, hasta ahora infructuosamente, que testifiquen públicamente Hunter Biden y el denunciante no identificado que reveló la conversación telefónica del 25 de julio entre Trump y Zelenski, cuya divulgación hizo estallar el escándalo.
Un año antes de las presidenciales de 2020, las audiencias conllevan grandes riesgos para ambos partidos: una escasa mayoría de los estadounidenses apoya un juicio político del presidente, según las encuestas.