Venezuela ha tenido Movimientos Estudiantiles históricos que han servido como bastión de los partidos políticos tradicionales. No es casualidad que del liderazgo más famoso, conocido en Venezuela como la Generación del 28, hayan salido tres presidentes (Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Germán Suárez Flamerich) y un candidato al Poder Ejecutivo (Jóvito Villalba).
Una de las últimas generaciones “doradas” de la política por llamarlo de algún modo, y salvando las enormes distancias históricas, fue la de 2007 a 2014.
Líderes como Yon Goicochea, Freddy Guevara, Juan Guaidó, Stalin González, Juan Requesens, Gaby Arellano, Miguel Pizarro e incluso Daniel Ceballos y el actual ministro de Educación Universitaria, Ricardo Sánchez, surgieron desde las aulas.
Sin embargo, desde entonces, ha sido difícil el surgimiento de nuevas figuras de liderazgo político, juvenil y estudiantil en Venezuela dentro de un contexto universitario.
Hace pocos días se dieron elecciones para las representaciones estudiantiles en universidades como la UCV y la UCAB. Con ellas, también se ha generado la duda de si existe generación de relevo para la política de futuro y qué tan preparada está.
En NTA conversamos en exclusiva con el periodista e historiador egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Jesús Piñero, quien considera que existe una proyección de la juventud hacia el liderazgo político, pero con deficiencias.
Circunstancia y contexto político
La ONU ha determinado que en Venezuela existe un patrón de persecución política. No obstante, Piñero no cree que esta situación influya en el liderazgo político.
“Todo proceso histórico tiene sus retos, basta pensar en Betancourt. Nació en 1908, creció y se formó a lo largo de una dictadura como la de Gómez y regímenes autoritarios como López Contreras y Medina Angarita. No creo que los desafíos actuales sean una traba para las generaciones del presente”.
Mala formación
Según Piñero, el problema no es que haya escasez de liderazgo político, sino que está mal preparado. El también profesor señaló que todo se resume a un problema histórico.
“A nivel formativo yo sí veo un déficit muy grande. Si bien algunos manifiestan tener interés por la historia, que es algo clave en cualquier liderazgo político, la generación del 28 se formó de manera autodidacta”, dijo. «Lo que yo veo y percibo dentro de esta nueva generación es una escasa formación en historia. Hay un interés, sí, pero no están formados en historia y política”, insistió.
El historiador detalló que estas carencias pueden ser variopintas en sus causas. Por un lado, un Estado que no forma jóvenes. En segundo lugar, la infraestructura educativa. “Lo precaria que son las universidades públicas, lo costosas que son las privadas. Sin hablar de bachillerato y primaria”.
Migración y condiciones sociales afectan al Movimiento Estudiantil en Venezuela
Por último, otros factores que no se pueden obviar son la Emergencia Humanitaria Compleja y la migración. De acuerdo con Piñero, esto también ha incidido en un liderazgo político que no lidera porque no figura. Un ejemplo de ello es “el movimiento estudiantil, un gran bastión que salió a protestar en 2007, 2014 y hoy en día, aunque se mantiene activo, no tiene la misma fuerza”.
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