En un análisis sobre la situación económica y el papel que deben asumir los gremios en el país, José Antonio Gil Yepes, Director de Datanalisis, señaló que Venezuela atraviesa una transformación estructural ineludible: el abandono del modelo rentista petrolero para centrarse en la producción y la inversión privada.
Durante su intervención en el encuentro con sectores económicos trujillanos “Horizontes 2026” organizado por la Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera (Acoinva), Gil Yepes enfatizó que, si bien los cambios no son obvios a simple vista, la imposibilidad de seguir siendo rentista marca la “gran transformación” en la economía venezolana.
“El gran cambio se ha producido en la medida que ya Venezuela, aunque siga siendo petrolera, no puede seguir siendo rentista. Y eso significa que no puede seguir sobrevaluando la moneda, que no puede seguir basando el crecimiento económico en gasto público, sino que tiene que basarlo en la inversión y la producción privada”.
Críticas a la política antiinflacionaria actual
El director de Datanalisis cuestionó la actual política gubernamental de control de la inflación, que se basa en la restricción de la liquidez. Según su análisis, esta estrategia está “arruinando al consumidor y está arruinando a las empresas y creando pobreza”.
En su lugar, abogó por una política antiinflacionaria fundamental y de manual económico: “Tenemos que basar nuestra política antiinflacionaria, como dice el capítulo 1 de cualquier libro de economía, a mayor oferta, menor precio”.
Gil Yepes hizo un llamado a los futuros gobiernos venezolanos para que, después de 100 años, “entiendan que tienen que por fin darle más rienda suelta a la empresa privada para poder desarrollar y restablecer un nivel de vida adecuado para la población”.
Nuevo papel estratégico de las cámaras
El experto destacó que las cámaras empresariales deben evolucionar más allá de la articulación vertical de planteamientos ante el gobierno. Su nuevo rol estratégico debe enfocarse en la colaboración horizontal entre los actores productivos.
“Las cámaras tienen que buscar la manera de que los diferentes eslabones de las cadenas productivas sectoriales se alíen unos con otros, se apoyen unos con otros para bajar los costos de transacción, hacernos más productivos, más competitivos y diversificar nuestras exportaciones”.
Considera que esta diversificación es crucial, ya que el país no puede seguir siendo monoexportador, lo que lo sujeta a la volatilidad de los precios petroleros y a las economías desequilibradas. Puso como ejemplo el café venezolano de alta calidad, que por su naturaleza no es un commodity, sino una especialidad que puede impulsar esa diversificación.
Consumo lento por inflación y tipo de cambio
Al ser consultado sobre el comportamiento del consumo a finales de año, Gil Yepes fue categórico: el consumo se mantiene “lento” debido a que “la inflación sigue subiendo, sigue subiendo el tipo de cambio y eso en pasos importantes y eso dispara la inflación y la inflación deteriora en la capacidad de compra del salario de los ingresos de los venezolanos”.
Impacto de la tensión diplomática y ralentización petrolera
Sobre el impacto de la tensión diplomática entre Estados Unidos y Venezuela, el director de Datanalisis indicó que, aunque no maneja información específica por áreas, la incertidumbre “ralentiza las inversiones” en el sector más importante del país.
Se refirió a la expectativa en el ámbito petrolero sobre si una negociación que permita el regreso de compañías petroleras norteamericanas y el aumento de la producción podría generar posturas menos drásticas por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Mencionó el caso de Chevron, que ha aumentado su producción muy lentamente, a pesar de tener planes de largo plazo, señalando que “no es evidente que lo esté haciendo” y es un ejemplo claro de la “ralentización que hay por esa indefinición”.
La región andina: una cultura de alianza productiva
Finalmente, Gil Yepes resaltó el papel fundamental de la región andina en este proceso de redefinición productiva. Distinguió la cultura andina (Timotocuica) del resto del país (Caribes), señalando que los Timotocuica desarrollaron comunidades estables y economías basadas en la agricultura y la explotación permanente.
La cultura andina, de poblaciones sedentarias, promovía “hacer alianzas con sus vecinos para ayudarse mutuamente”.
Esta herencia cultural, según el analista, puede ser clave para que las cámaras regionales, como la Cámara de Comercio e Industria de Valera donde se encontraba, tomen un papel muy activo en “aliar a los diferentes eslabones de la cadena”, ya que es un comportamiento que forma parte intrínseca de su cultura.
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