La Habana, 11 ene (EFE).- El ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, calificó de «hipócrita y cínica» la decisión de la Administración saliente de EE.UU. de reincorporar a Cuba a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de la que había sido retirada en 2015 por el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).
«Condenamos la hipócrita y cínica calificación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, anunciada por EEUU», escribió el canciller en su cuenta de Twitter.
Rodríguez agregó que el «oportunismo político» de esta acción «es reconocido por todo el que tenga una preocupación honesta ante el flagelo del terrorismo y sus víctimas».
La nueva medida, adoptada a nueve días de finalizar el mandato del presidente Donald Trump, puede complicar los posibles planes del mandatario entrante, Joe Biden, de retomar el proceso de normalización iniciado por Obama en 2014 y frenado desde 2017 por su sucesor.
El reingreso en la lista de patrocinadores del terrorismo no ha tomado por sorpresa al Gobierno cubano, que el pasado 30 de enero ya había denunciado una «maniobra» de EE.UU. en este sentido con el fin de «complacer a la minoría anticubana en la Florida», según dijo entonces el ministro de Exteriores.
ELN, FUGITIVOS Y VENEZUELA
Al anunciar hoy la nueva medida, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dijo que el regreso de la isla a la lista se debió al hecho de «brindar apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas».
En concreto, aludió a la negativa del Ejecutivo cubano a extraditar a diez miembros de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), que viajaron a La Habana para participar en negociaciones de paz con el Gobierno colombiano.
Bogotá responsabiliza al grupo guerrillero del ataque terrorista perpetrado contra una academia de policía en Bogotá el 17 de enero de 2019 que mató a 22 personas e hirió a más de 87, y ha solicitado repetidamente a La Habana la extradición de los representantes del ELN que permanecen en la capital cubana.
Cuba, país garante de los diálogos de paz, ha rechazado reiteradamente esta solicitud, al considerar que supondría una violación de los protocolos internacionales que amparan las negociaciones.
Pompeo también acusó a Cuba de albergar a varios fugitivos estadounidenses y de ejercer una «interferencia maligna en Venezuela y en el resto del hemisferio occidental».
CUATRO AÑOS DE SANCIONES
Cuba ingresó en la lista de países patrocinadores del terrorismo en 1982 y salió en mayo del 2015, en pleno proceso de la normalización de las relaciones bilaterales con el país vecino luego de casi seis décadas de tensiones y desencuentros.
Pero la llegada de Trump a la Casa Blanca abrió una nueva etapa de tensiones entre La Habana y Washington que llevo las relaciones a los niveles más bajos.
Las restricciones impuestas al país caribeño por el gobierno del republicano durante sus cuatro años en el poder sobre sectores estratégicos de Cuba han deteriorado la ya maltrecha economía cubana, que atraviesa su peor crisis en tres décadas.
De hecho, las sanciones asociadas a la inclusión de un país en la lista negra de terrorismo ya pesaban sobre Cuba debido al embargo comercial y financiero que EE.UU. mantiene desde hace seis décadas sobre la isla.
El presidente electo Joe Biden ha prometido descongelar el proceso de acercamiento a la isla impulsado por Obama y revertir -aún no se ha precisado si en parte o en su totalidad- las sanciones impuestas por Trump sobre la nación caribeña.