La profesora y cronista del municipio Boconó, Lourdes Dubuc de Isea, aprovechó la ocasión de la visita de delegación de la Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel, con motivo de cumplirse el quincuagésimo aniversario de su fundación, para recordar los inicios en el Jardín de Venezuela y recordar las propuestas de cátedras educativas para la localidad.
“En este lapso y tras iniciativas y avances exitosos, su equipo docente, profesional y obrero ha dado muestra de resiliencia al sortear obstáculos que demoraron su devenir y todos a una enfrentar el futuro con esperanza y creatividad en disposición de acoger y caminar hacia senderos de superación material y espiritual a las cohortes estudiantiles ávidas de conocimientos y prestas en enriquecer el bagaje intelectual y espiritual que las encamine al futuro”.
“Se celebra de igual manera el quinto aniversario de la creación de la Extensión Boconó, por eso la universidad es o debe ser la aspiración suprema de la juventud y por cuanto a ella concurren los jóvenes en busca de la luz que emana de las aulas, bienvenida la originalidad que surja en torno a la variedad de nuevos derroteros que amplíen el panorama y se apliquen estudios que atiendan los desafíos y emergencias actuales”.
“Por eso mantener vivas y activas las inquietudes socioeducativas y ambientales debe ser materia concienzuda que perviva en estos corredores y atienda el clamor de los habitantes del mundo, demostrándoles el valor del estudio del planeta tierra y de los seres que lo habitan. No está lejos el ímpetu con que se aplicó el aval de la ULA en el municipio Boconó y en el Centro de Ecología con la ayuda de la Red Ambientalista Brisa y el proyecto Agenda Agua la campaña de educación ambiental Guardianes de Musgos, Suelos y Agua que cubrió toda la escuela básica en el territorio municipal y que logró detener y revertir la extracción de musgos al lograr que el Ministerio del Ambiente legalmente prohibiera la desmedida destrucción de nuestros ecosistemas boscosos”.
“Si como creemos cuanto más acerquemos al conocimiento a nuestros niños, mayor será el equilibrio ecológico. Soñamos con planificar una cátedra de Botánica Básica, mediante la cual, desde la primera infancia, se comiencen a ver los animales y las plantas como cohabitantes del planeta tierra, con tantos derechos como se atribuyen a los humanos. En virtud de las características del núcleo urbano que puebla el municipio, mantener una catedra sistemática de etnobotánica significaría del aprovechamiento de los conocimientos que aun resguardan con celo9 y devoción pobladores de sierras y sabanas y enriquecería aportes originales para la ciencia”.
“Igualmente, se planteó en esa oportunidad la conveniencia de que nuestras universidades inicien el estudio de nuestra etnia originaria. Se pospuso una cátedra libre con el nombre del profesor Felipe Velázquez, amante de la madre tierra y de nuestros habitantes primarios”.
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