Debo empezar señalando que en todo el territorio de la altiplanicie andino-trujillana, solo la sabana de Estovacuy poseía un encantador paisaje, en el que la calma solo era interrumpida por el trinar de gran diversidad de pájaros que constantemente revoloteaban de rama en rama y la algarabía de bandadas de guacharacas, pavos de monte, rabo blanco, tórtolas que surcaban entre la flora de la extensa planicie, sobre la que pie en tierra fecunda creciendo hacia el cielo señoreaban centenarios árboles de apamate, bucare, ceiba, cedro, cio, guamo, pan de año, pardillo y pomarrosa, conglomerado arbóreo en el cual emergía lentamente la neblina, bajo el rocío mañanero apoderándose del paraje y cual invisible éter cósmico se desvanecía al asomo del primer rayo del astro rey haciendo reverdecer de forma natural las frondosas matas de cocuiza que ofrecían a los nativos sus enormes espigas para que escindieran sus pencas (hojas espinosas) y las procesaran hasta transformarlas en Yare, así mismo la ananás (Piña) criolla se mostraba apetitosa para suplir la carencia de agua con su dulce melao…
Estovacuy fue un cruce de caminos de uso por los Timotocuicas como senda para la comunicación e intercambio comercial entre los Timotocuicas con pueblos aborígenes de la cuenca del Lago de Maracaibo y territorios colindantes. Luego durante la época de la colonia estos mismos pasajes fueron de usanza por gentes provenientes del viejo continente europeo. Más tarde ruta de tropas de caudillos regionales durante sus guerras de montoneras. Hoy en pleno siglo XXI sigue siendo un cruce de caminos de uso obligante por pobladores de los diecinueve municipios restantes, de los veinte que conforman la geografía político-territorial del estado Trujillo al momento de surcar los cielos del planeta desde el Aeropuerto Antonio Nicolás Briceño
Fundación
En esta agraciada explanada apostada al pie de la serranía del Alto de La Cruz yacía un rancherío ocupado por nuestros ancestros según registra Amílcar Fonseca: “… Aquí fue donde el capitán español Baltazar de Carvajal acompañado de su tropa formada por soldados hispanos y nativos adoctrinados al ser cautivado por el encanto de esta solemnidad natural suspende su andar de conquista iniciado en El Tocuyo e invocando el nombre del Rey de España, el 20 de octubre de 1670, proclama la fundación de –Estovacuy-”.
Con respecto al nombre el etnólogo Rafael María Urrecheaga señala: “… En lengua Cuica (viejo lenguaje indígena chontal) -Estovacuy- significa Sabana de las Cocuizas”. Bendecida Meseta bañada en el pie de sus faldas por dos corrientes fluviales que delimitan su ámbito geográfico, como son por un costado, el río Jiménez que riega sus aguas hacia los municipios Urdaneta, Trujillo, Pampanito y Motatán y por el otro, el río Motatán que recorta su extensión con los municipios Motatán y Valera. Significando que el espacio comprendido entre estos dos cauces hoy es conocido por todos como Municipio Autónomo San Rafael de Carvajal.
Epónimo
Al momento de la designación de la investidura de San Rafael de Carvajal como epónimo se integra una combinación entre lo mágico espiritual y lo histórico humano.
San Rafael Arcángel es el guía de los caminantes y fue el emblema católico que portaban los primeros ibéricos cuando pisaron este sagrado suelo.
Carvajal es el apellido de quien lo asienta como poblado, y en reconocimiento a esta acción fundacional, es incorporado en la designación del epónimo “San Rafael de Carvajal”.
Santo Patrono
Sus habitantes tienen el privilegio de gozar de la bendición y protección de San Rafael Arcángel como su Santo Patrono, quien junto a Gabriel y Miguel son los tres célebres arcángeles peregrinos reconocidos por su respectivo nombre dentro de la fe católica. Su nombre proviene del hebreo. –Rafa– que significa: El Dios ha sanado o sana. –El- enuncia: Medicina de él. De igual forma San Rafael es el Ángel que aporta a los seres humanos la sanadora energía de Dios, también es el patrón de los ciegos, los enfermos, las enfermeras, los médicos y los hospitales; además nos hace recordar que el cuerpo humano es un tesoro valioso para el espíritu, razón valedera para ser cuidado con atención y amor. Así mismo se le puede pedir su mediación para mantener sanos y salvos a los seres amados, para recuperarse de adicciones y todo tipo de padecimientos patológicos.
Trujillo estuvo en Carvajal
En su cuarta mudanza desde La Encomienda en Boconó, la móvil ciudad de Trujillo fue asentada en Sabana Larga, (al presente territorio de La Cejita, capital de la parroquia Antonio Nicolás Briceño, anexada al Municipio Autónomo San Rafael de Carvajal), hecho que aconteció el 1 de enero de 1563, pero, aquí fueron inesperadamente recibidos y atacados por un curioso enemigo Las hormigas rojas, también conocidas como hormigas jira jara o bachacos gigantes. Estos insectos de la familia de los himenópteros poseían venenosas picadas que a los peninsulares les producían fiebres altas y otros malestares; además devoraban la comida, las correas y la pólvora de los arcabuces, la ropa; destruían todo a su paso, dejándolos desguarnecidos ante el acecho de los naturales que merodeaban en el área, e igualmente a merced de tigres y demás animales salvajes que vivían por allí. Esta inesperada derrota frente a la madre naturaleza, les llevó a recoger aperos y enseres para extender su andar hasta El Jobal, sitio ubicado entre Peraza y Motatán… -Benigno Contreras Briceño. Historia Trujillana-.
Presencia de Simón Bolívar
Durante el tiempo que duró la gesta libertaria, Simón Bolívar efectuó cuatro visitas a Trujillo, las mismas se cumplieron en las siguientes fechas; 14 de junio de 1813; 1 de marzo de 1820; 7 de octubre de 1820 y 21 de agosto de 1821, de ellas correspondió al suelo cejitense la honra y el honor de vivir, sentir y preservar para la posteridad la presencia del hombre grande de América en dos ocasiones.
La primera aconteció al pasar por Sabana Larga el 14 de junio de 1813. En ese entonces, todavía el arrojado y enérgico Bolívar era muy joven, y descendía por primera vez de las heladas cumbres de la cordillera andina, fluyendo en su prodigiosa mente la inmortal y trascendente idea de libertar a Venezuela, pensamiento que se concreta en acción con la firma y ejecútese de la Proclama de Guerra a Muerte en la casa de habitación de Don Jacobo Antonio Roth el 15 de junio del precitado año: “… Españoles y Canarios contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela, americanos, contad con la vida aun siendo culpables”.
La segunda oportunidad transcurre luego de la segunda travesía del Libertador por los fríos picachos andinos el 7 de octubre de 1820, en este momento traía la misión diplomática de alcanzar compromisos entre los comisionados de las partes en disputa para la firma del Tratado de Armisticio, cometido que se concreta cuando el día 25 de noviembre a las 10 de la noche al ser firmado por los comisionados Antonio José de Sucre, Juan Rodríguez del Toro, Ramón Correa, Francisco González de Linares, José Gabriel Pérez y Pedro Briceño Méndez igualmente el acuerdo de Regularización de la Guerra es firmado el 26 de noviembre por Pablo Morillo y su secretario José Caparros en Carache, por Simón Bolívar y su Secretario Pedro Briceño Méndez en Trujillo, siendo ratificados uno y otro el 27 de similar año de 1820 en la población de Santa Ana. Esta semana aparece escrita en los anales de la historia patria, como la Semana Diplomática y señala que Bolívar, el hombre de las vicisitudes, tuvo breve estadía en Sabana Larga, afinando estrategias, atendiendo a los comisionados, despachando correspondencia, recreando y aliviando su espíritu libertario, colmado de sueños…
El Pirata Granmont en Carvajal
También la historia registra el 24 de agosto de 1678, día de San Bartolomé, como la fecha cuando Francisco Esteban Granmont de la Mothe y sus huestes, comienzan un extenso y arduo recorrido que sale de Moporo y finaliza el miércoles 31 de agosto de ese mismo año con la ocupación de la laboriosa y pacífica ciudad de Nuestra Señora de la Paz de Trujillo. En esta bárbara y brutal aventura, el pirata Granmont contó con un ejército de guerra constituido por 425 hombres, escogidos entre los integrantes de su cuerpo de temibles corsarios.
Caracterizado por ser buen estratega, al momento de sortear cualquier emboscada, el corsario Granmont trazó un recorrido alterno. Luego de ajustar el rumbo planificado, y haber cubierto el trayecto más arduo y prolongado como fue franquear agrestes y tupidas montañas, enfrentar culebras, plagas y animales feroces, pasar caudalosos ríos, Granmont cruza con cuerdas el torrentoso río Motatán, hasta llegar a El Turagual, Chimpire y Sabana Larga (en lo actual espacio físico del municipio San Rafael de Carvajal), donde enfrenta y vence fácilmente a escasas y frágiles tropas acantonadas allí. Para continuar su indetenible marcha hacia el Valle de los Mukas, a su arribo sitia la ciudad por espacio de dos semanas y media, tiempo suficiente para destruir todo rastro de progreso de Trujillo. Cumplida esta dantesca tarea el 17 de septiembre del mismo año retorna a la costa de las Barbacoas o San Juan Bautista de Moporo a 20 leguas de Maracaibo”.
-Ramón Urdaneta Bocanegra. Marco y Retrato de Granmont, Francia y el Caribe en el Siglo XVII-.
Guerras de Caudillos
A propósito de la presencia de las guerras de caudillos en territorio carvajalense este es un importante registro de tales hechos: “Pero no fueron solo las del caminante o del comercio andariego sino también la del lastre a caballo con chopo y machete, entre caudillo y fanático, en aquellos encuentros absurdos de las guerras civiles para dejar la simiente teñida de sangre. El paso obligado de Carvajal o la estratégica ubicación hicieron de Carvajal sitio de despliegue militar: unos de holocausto, otros de táctica. En 1880 el general León Colina decide revelarse contra Guzmán Blanco, lo cual repercute en el país, alimentado por la decisión política de Guzmán de unir estados formándose en Los Andes el Gran Estado de Los Andes, con Táchira, Mérida y Trujillo, lo que no agrado a muchos, entre estos al trujillano general Francisco Vázquez, quien en febrero de 1880, desde el Zulia, da el grito de rebeldía secundado en La Cejita por Federico Vetancourt, Florencio Briceño, Ezequiel Carrillo, Rafael Briceño Perdomo y Eleuterio Labastidas. Se dirigen, el 21 de febrero de ese año, a Carvajal al grito de <<¡Viva Colina! Y en la refriega muere Francisco Briceño y Briceño, defendiendo el gobierno, hasta que el general Juan Bautista Araujo, el “León de la Cordillera”, los derrota>>. En 1884 la ley cuarta promulgada en Mérida, la capital, deja en desventaja el cobro de los impuestos de aguardiente a las municipalidades y la de Betijoque, presidida por Benito Salas, se revela apoyada por los trujillanos, incluso por el Presidente de Trujillo (gobernador) José Manuel Baptista. Rosendo Medina, Presidente del estado de Los Andes, decide atacar a los trujillanos acompañado del general Santana Saavedra; sin embargo, el general Araujo apoya a su hermano Baptista y en Carvajal <<había organizado un batallón con ancianos, muchachos, pordioseros y cuanto encontró>> logrando derrotar la fuerzas de Rosendo. Allí murió desbarrancado el araujista general Natividad Santana alias “santanita”.-Benigno Contreras Briceño. Estampas y Semblanzas Trujillanas-.
Cipriano Castro pasó por Carvajal
Mucho antes de emprender su cruzada rumbo a Miraflores, Cipriano Castro visitó Valera, y se hospedó en el Hotel Rueda, situado en diagonal a la plaza Bolívar, arriba del palacio de Gobierno Municipal, este hospedaje era propiedad de Ana Rueda, dama apreciada en esta localidad por su agradable y espléndida sociabilidad. En su transitoria estancia en Valera El Cabito Castro hizo amistad con algunos viejos caudillos trujillanos, esta diplomacia anticipada, le permitió cruzar la región trujillana, sin asomo de resistencia por parte del gobierno regional, dirigencia civil y militar. El General Cipriano Castro atraviesa la mesa de Carvajal, por las tierras de la hacienda -El Turagual- rumbo a Caracas el 18 de agosto de 1899; entre quienes le acompañaban como integrantes de su ejército restaurador, destacan Juan Vicente Gómez y Eleazar López Contreras. -Mario Briceño Iragorry. Presencia e Imagen de Trujillo-.
La Batalla de Carvajal
Igualmente esta explanada fue escenario de la brutal confrontación guerrera nombrada “Batalla de Carvajal” o “Batalla de La Cuesta”, librada entre los días comprendidos desde el 1 hasta el 3 de octubre de 1899, por dos corrientes del caudillismo regional. Este suceso quedó grabado en la memoria histórica del poblador carvajalense, como uno de los combates más sangrientos que se conozca en esta provincia, allí los muertos y heridos quedaron registrados por centenares: “… Durante tres días y sus noches y por rivalidades políticas, las fuerzas conservadoras del Doctor y General Leopoldo Baptista se han batido en la sedienta Carvajal (Trujillo) contra fuerzas liberales del Doctor y General Rafael González Pacheco, casa por casa, metro a metro con un saldo de 200 muertos y 400 heridos, enfrentamiento que le otorgó el triunfo final a los batisteros”. -Perfecto Crespo. Memorias de un Soldado Trujillano-.
En Perspectiva
De cara hacia el futuro, en la perdurable búsqueda de mejorar la calidad de vida colectiva, Carvajal es una localidad residencial, con porte para convertirse en urbe universitaria debido a la edificación y puesta en operatividad del campus de estudios superiores –Estovacuy-, espacio educativo para la confrontación de ideas y la formación del individuo a través del conocimiento, donde entre otros funcionan las Facultades de Ingeniería y Estudios de Postgrado de la Universidad Valle del Momboy. Siendo primordial hacer una reflexión amplia, desprendida y sincera, sin distingos de credo, ideologías, raza, religión, siglas o colores que incluya la participación y esfuerzos unificados de artistas plásticos y sonoros, cultores populares, amas de casa, agricultores, criadores, comerciantes, líderes sociales, estudiantes, políticos, empresarios, profesionales y técnicos, trabajadores, iglesias, sociedad civil en general, para soñar y avanzar juntos tomados de la mano, con el claro y sincero propósito de plantearnos alcanzar la solución de nuestras necesidades fundamentales, siendo pertinente analizar, para minuciosamente ahondar nuestras carencias y potencialidades. Esta visión orientada en perspectiva, como punto de partida hacia el progreso de nuestra -Patria Chica- nos permitirá unificar criterios y voluntades para consolidar nuestra querencia, identidad, pertenencia y pertinencia por nuestro querido pueblo.