Crisis y Polarización política perjudican a la familia

Gente Emprendedora | Venezuela sociedad amorfa

 

 *Acabar con la corrupción que tiene los hogares sin agua ni luz ni servicios básicos

 

José Rojas/DLA.- Si algo ha sido grave en el desarrollo del sistema actual político venezolano ha sido el proceso de disolución de toda la institucionalidad pre-revolucionaria. Toda organización, ente, gremio, asociación, fue intervenida hasta su disolución o reducción a niveles de supervivencia.

Venezuela es hoy una sociedad amorfa con serias dificultades para que sociedades de intermediación, puedan articularse y organizarse. La familia venezolana, no escapa a esta situación. La polarización política ha dividido, separado y enfrentado sus miembros. La crisis económica ha obligado a emigrar a los venezolanos, especialmente los más jóvenes que en busca de oportunidades. Los padres se quedan solos y en muchos casos, la esposa y los hijos ven partir a su pareja procurando un mejor trabajo y sustento. Las madres abandonan los hijos.

El golpe más duro a la familia, le viene dado por el hambre y la escasez de alimentos y medicinas, poca accesibilidad en términos monetarios para costear la cesta básica.  Es una situación que está deteriorando la institución familiar porque a quién golpea más es a la madre y sus hijos. Ya que  el modelo estructural y funcional de nuestras familias se  compone mayormente en los sectores populares de Madre e Hijos. La mayoría de las familias en Venezuela están integradas por una mujer-madre con sus hijos. Ella puede tener o no, una pareja más o menos estable pero su familia real son sus hijos (varones y hembras). Siendo la madre el pivote central donde se construye el hogar, todo gira alrededor de ella.  No se trata de matriarcado como otras culturas porque no es un asunto de poder. Es simplemente que la madre está presente en toda la vida del hogar y de los hijos desde que nacen e inclusive en edad adulta. Es ella la que cuida en la enfermedad, vela porque sus hijos se alimenten, los lleva a la escuela, los viste, los forma y los educa en todo aquello que la escuela no da. Aún después que crecen, no se rompe el vínculo entre ellos. El funcionamiento del hogar está enteramente en sus manos. No importa su estrato socio-económico. Son pocos los casos en el que el hombre comparte con la madre las tareas relativas a la crianza de los hijos en un espíritu de unidad y de mutua cooperación. Y, en esta situación de crisis, ese no compartir colapsa a la mujer y por tanto colapsa y destruye la familia.

Es de advertir que esta situación conlleva  a que la madre, esposa, hija, hermana,  este en peligro en su capacidad de responder a su familia como tradicionalmente lo ha hecho. No puede hacer las colas de ocho horas o más, para conseguir los alimentos y al mismo tiempo preparar comida, trabajar para llevar sustento al hogar, atender los niños para la escuela, cuidar el enfermo o el necesitado. Por si sola no puede con tanta carga psíquica y emocional. Ni aún con el ingreso de ambos cónyuges se completa –hoy- la canasta básica familiar. Los tiempos para la mujer son de 24 x 24 horas. Su salud física y mental se está deteriorando. Los niños están siendo abandonados o deficientemente cuidados. Este colapso de la madre trae consecuencias sociales muy graves: más pobreza, más abandono de niños, desnutrición.  Por ello es necesario un gran acuerdo nacional para atender  la crisis humanitaria y de salud que está acabando con la familia.


Solución

Atender a la madre necesitada de comida y alimentos para ella y sus hijos. Acabar con la corrupción que tiene los hogares sin agua ni luz ni servicios básicos. Una corrupción que se roba el sustento de millones de hogares y las posibilidades de una vida digna.  Implementar políticas públicas de atención a la madre en su salud integral y reproductiva; pero sobre todo es de imperiosa necesidad una política de protección y fortalecimiento hacia la familia,-cierto hay leyes,  que propugnan esta protección pero quedan en el papel. Cuidemos a la familia y ganaremos todo un país mejor para nosotros y las nuevas generaciones.

 

jose.rojas@diariodelosandes.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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