Continúa ecocidio en Llano Grande de Niquitao y Ramal de Calderas

 

Las acciones depredadoras del hombre no cesan y por el contario incrementan ante la falta de gas doméstico y la necesidad de obtener leña para cocinar, sin embargo, nada justifica el daño ambiental, tal como sucede en una zona bajo régimen especial, ubicada en la Parroquia Monseñor Jáuregui del municipio Boconó.

 

El ecocidio que un grupo de personas hace entre Llano Grande de Niquitao y el Ramal de Calderas se pone en evidencia con intenciones de actividad agrícola que violan la Ley del Ambiente.

 

Un grupo de funcionarios que velan por la conservación ambiental visitaron recientemente estos sectores, tomando el camino de Las Pailas, donde detectaron deforestación y tala de la especie vegetal Chusquea de la familia Poacea y la construcción de una casa de bahareque. Esto supone un avance y expansión de la frontera agrícola y con ello el deterioro de los ecosistemas, importantes para la generación del vital líquido.

Gráfica: Cortesía de NotiBoconó

El llamado de ambientalistas y en general del pueblo de trujillano es que las autoridades competentes no se hagan de la vista gorda ante este grave problema ambiental y accionen para frenar el daño; pues el Ramal de Calderas ubicado en la porción nororiental de la cordillera de Mérida, sobre su vertiente llanera, en el Estado Barinas, Andes de Venezuela, reúne entre sus características una “gran variabilidad ambiental, donde se conjuga el gradiente altitudinal con la variedad de los factores climáticos, dando como resultado la presencia de diferentes unidades ecológicas (selvas submontanas, selvas semicaducifolias, selvas nubladas y páramos) que, en conjunto, exhiben una altísima diversidad beta”, reseña una investigación de Saber ULA.

 

Estas características le confieren un valor estratégico fundamental para la conservación, sumado a su potencial como corredor biológico natural, integrando un conjunto de áreas naturales protegidas, como son los parques nacionales Sierra Nevada, La Culata y Guaramacal, Monumento Natural Teta de Niquitao-Güirigay y la Zona Protectora de las cuencas hidrográficas de los ríos Guanare, Boconó, Tucupido, La Yuca y Masparro.

 

La propuesta de que sea declarado Corredor Biológico sigue vigente. Se trata de una interconexión entre Áreas Naturales Protegidas, como ya lo está el Monumento Natural de Guirigay.

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