“Luego todo Israel será salvo, como está escrito: «Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados».” Romanos 11:26-27
Pablo en este pasaje no quiere decir que cada israelita en particular será salvo (“luego todo Israel será salvo”). Sino que, en cada época y de acuerdo circunstancias dadas, sólo un remanente es salvo. La cita de Pablo es de Isaías 59:20: “«Vendrá el Redentor a Sión y a los que se vuelven de la iniquidad en Jacob», dice Jehová.” El súper principal mensaje es que cada individuo tendrá que apartarse de su pecado. Habrá un remanente que hará así, y ellos serán salvos. Estos pasajes hablan de este remanente salvo como la nación de Israel.
Recuerde que en cada época, siempre ha habido un remanente salvo. En el tiempo de Elías, en el tiempo de David, en el de Pablo, y en el nuestro. También habrá un remanente salvo durante el Período de la Gran Tribulación que comienza de una u otra manera a patentizarse en nuestra Nación.
A pesar de que a escala nacional Israel será salvo – individualmente ellos deben venir al Señor – arrepentirse de su pecado y confesar que Jesús es el Cristo. Tal y como es con Israel, así es con nosotros. Personalmente debemos venir a Él. Nuestra herencia no cuenta. Podríamos haber venido de una larga línea de hombres y mujeres piadosas – por ejemplo, Mi abuela daba gustosa comida a ciertos vecinos – pero nada de eso importa. Si no venimos individualmente al Señor – entonces también estaremos perdidos. ¿Y usted? ¿Confía usted en su herencia, o tiene una relación personal con Jesús?
No debemos de perder de vista que Dios siempre ha buscado un encuentro real con el hombre y hoy más que nunca intenta una vez más llamar al hombre al arrepentimiento, antes de la venida de Cristo Jesús… ¿Le aceptará usted en Su palabra? Su ayuda no es sólo el perdón en algún momento en el futuro, sino con nuestras luchas hoy. ¿Le invocará usted ahora?