Por: José Rojas
Esto ocurrirá «en el día en que Dios juzgará por medio de Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.» (Romanos 2:16)
¿Qué le parecería si cada uno supiera exactamente lo que usted estaba pensando? Dígame ahora, sin mojigatería – sea honesto, nadie es perfecto, ofrezca un pensamiento verdadero. ¿No sería horrible? Cada pequeña crítica, inseguridad, destello de cólera, envidia – todos estarían ahí para todos ver y oír. Esto seguro nos obligaría a todos nosotros a limpiar nuestros pensamientos y mentes. Jesús nos dijo que estos pensamientos secretos del hombre, y la mujer son tan pecaminosos como los que cometemos en actos (Mateo 5:28) dice: «Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.»
En el versículo de hoy Pablo nos dice, Dios juzgará estos secretos según el estándar de Jesucristo – esa declaración sola debería conducirnos en temor a arrodillarnos en arrepentimiento – pidiendo perdón al Señor y agradeciéndole por Su gracia.
¿Quiere usted que los secretos de su corazón sean expuestos? No las cortesías y gentileza, sino los pequeños pensamientos sucios que parecen venir libres y sin invitación a nuestras mentes. Miro estos pensamientos que tenemos como la esclavitud – si no pedimos la ayuda de Jesús y el perdón, con el tiempo ellos nos harán sentirnos culpables e indignos. ¿Ha admitido usted sus pensamientos secretos delante del Señor? ¿Ha pedido usted a Jesús lavar su mente? ¿Se ha arrepentido usted y ha pedido perdón?
Fuente: Liga del Testamento
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