José Rojas
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Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitarlos. (Romanos 1:10)
La versión King James traduce el pasaje de hoy de la siguiente manera: «… si al fin algún tiempo haya de tener un próspero viaje… para ir a vosotros.» Sabemos que Pablo terminó en Roma según el libro de los Hechos: como prisionero en un barco que se hundió en una tormenta fuerte en el mar, naufragó y se lava en tierra en la isla de Malta, mordido por una víbora, y permanece encadenado durante dos años, bajo la custodia de la guardia en Roma. No estoy seguro de que es lo que Pablo quiso decir cuando dijo, «un próspero viaje». Pero era próspero, no obstante. Creo que Dios se lo llevó a su palabra cuando dijo: «si en alguna manera… para ir a vosotros.» No puedo decirte cuántas veces – con el beneficio de la retrospectiva – He sido agradecido que no consiguió lo que quería. Por otra parte, también he sido bendecido – cuando emerge en el otro lado de las tormentas, naufragios, lavado en tierra, mordeduras de serpientes, y cadenas – con una nueva visión de cómo, a pesar de algunos problemas muy importantes, Dios permitió que un viaje desastroso ser «próspero». ¿Cree usted que Pablo creció en la fe de su experiencia? ¿Qué pasa con sus compañeros? Los marineros? Los otros prisioneros? ¿Qué pasa con los isleños que fueron sanados (Hechos 28:8-10)? Dios prosperó el viaje a pesar de todas las dificultades. ¿No es Dios bueno!
¿Está usted en el centro de su propio «viaje desastroso»? Al salir del otro lado de los problemas y mirar hacia atrás, pregúntate: «¿Fue un viaje próspero? ¿Cómo pude haber hecho más próspero? ¿Tenía la actitud correcta? ¿He de confiar en Dios?» Esas son también algunas preguntas muy buenas para hacer al mismo tiempo en el viaje. Sé que es difícil encontrar la prosperidad cuando ahogando, tragando agua de mar, y aferrarse a un pedazo de madera para la supervivencia. Sólo recuerda el trozo de madera que nos aferramos es la cruz de Jesús – Él solo te hará bien – no importa cuál sea su circunstancia presente puede parecer.
Fuente Liga del Testamento
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