Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero. A este, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que lo obedecen.» (Hechos 5:29-32)
El Sanedrín creyó que ellos fueron divinamente designados por Dios para administrar la Voluntad de Dios en la tierra, así que todo lo que hacían era la voluntad de Dios. Puedes imaginarte la molestia que deben haber sentido cuando Pedro y los Apóstoles continuaron desobedeciendo sus órdenes y respondían diciendo “Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.”
Pienso que debemos ser cuidadosos que no nos estemos sirviendo a nosotros mismos cuando aplicamos este principio de desobediencia civil. John Stott, un buen conocido comentarista Cristiano, dijo una vez: “Si la autoridad encargada hace uso indebido del poder que Dios le ha otorgado para comandar lo que Él prohíbe, o prohíbe hacer lo que Él manda, entonces el deber del Cristiano es desobedecer la autoridad humana a los fines de obedecer la autoridad de Dios.” Podemos meternos en problemas si seguimos este consejo demasiado literalmente o liberalmente. Existen aquellos que pueden pensar que un límite de velocidad de setenta millas por hora es demasiado despacio, y por lo tanto argumentan que el estado está haciendo uso indebido del poder que Dios le ha otorgado para comandar. En 1 Pedro 2: 13-14 se nos dice que debemos someternos a toda autoridad terrenal impuesta sobre nosotros, así que ¿cómo balanceamos todo eso?
Existen dos requisitos bíblicos primarios a tener presente cuando evaluamos un acto de “Desobediencia Civil Cristiana.” Yo presento estas preguntas; la primera es: ¿Tiene ese acto algún soporte en la Escritura y su debida autoridad? Los Apóstoles no estaban siguiendo un sentimiento, estaban siguiendo una orden directa de Jesús que se desprende de Mateo 28:19 “Vayan y hagan discípulos en todas las naciones.”
La segunda: ¿Cumplirás tu deber con humildad? Pedro y los Apóstoles estaban dispuestos a soportar castigos por desobediencia. A todo lo largo de las Escrituras vemos otros ejemplos de aquellos que dicen, “no podemos hacer esto porque seguimos a una autoridad superior;” sin embargo, así lo hacen sin rabia, resentimiento o violencia.
¿Puedes acaso recordar una situación reciente en la cual hayas tenido que elegir el obedecer a Dios o al hombre? ¿Cuál fue tu decisión? ¿Cuál fue el resultado? ¿Aceptaste cualquier sanción con humildad?
joserojastrejo68@gmail .com