Jose Rojas / Joserojastrejo68@gmail.com
“Porque, según pienso, Dios nos ha puesto a nosotros los apóstoles en el último lugar, como a sentenciados a muerte. ¡Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres!” (1 Corintios 4:9)
Cuando miramos hacia atrás, en la historia del gran período de mártires de la iglesia, nos percatamos de que cada uno de los apóstoles (excepto Juan), se enfrentaron a una muerte violenta mientras daban sus vidas por Jesús y el avance de la iglesia.
Por ejemplo, Santiago fue degollado por el rey Agripa (Hechos 12:2), y aunque la Biblia no registra otras muertes, la historia nos dice que Pedro fue crucificado al revés por Nerón; Felipe fue crucificado y luego apedreado a muerte; y Bartolomé (también conocido como Natanael) sufrió la doble sentencia de ser desollado vivo y crucificado. Ni la Biblia ni la historia realmente nos dicen cómo murió Pablo. Sin embargo, la tradición de la iglesia indica que Pablo fue capturado en Europa y volvió a Roma donde también le mataron.
Con una perspicacia en los acontecimientos venideros Pablo escribió, «hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres.» Pienso que «espectáculo» es en referencia a nosotros hoy. En otras palabras, somos los espectadores. Dios permitió que estos hombres sufrieran enormemente para que miráramos, nos beneficiáramos y fuéramos bendecidos por su sacrificio.
A menudo me quedo fascinado por el coraje espectacular demostrado por los apóstoles mientras avanzaban en el mensaje de salvación por la fe en Jesús. A nosotros también se nos llama a defender nuestra fe contra el camino del mundo. ¿Cómo puede usted hacer eso esta semana? ¿Hacia qué le llama el Señor? ¿Cómo responderá usted?
Fuente: Liga del Testamento