Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que significa «Hijo de consolación»), levita, natural de Chipre, vendió una heredad que tenía y trajo el producto de la venta y lo puso a los pies de los apóstoles. (Hechos 4:36-37)
Con demasiada frecuencia pensamos en dar, comenzamos con la idea de que algo debe pasarnos primero antes de que consideremos el ayudar a alguien más: después que obtenemos el aumento de sueldo, que compremos esa casa mas grande, remodelemos la cocina, compremos un sofá nuevo, cambiemos de carro, etc. Siempre parece haber una lista interminable de cosas que hacer o adquirir antes de que comencemos a dar. Esto es exactamente lo opuesto a la enseñanza de la Biblia y de cómo las cosas deben funcionar en la familia de Dios.
Estoy seguro que tú sabes que el diezmo que requiere el Viejo Testamento sería el equivalente al 10% de tus ingresos (ver Levítico 27, Números 18, Deuteronomio 12 y 14). También estoy seguro de que para algunos de nosotros un diezmo de esta magnitud sería llegar al borde de lo imposible. Representa demasiada carga financiera. Tómate un momento y calcula cuanto es el 10% de tu ingreso – luego elabora una lista de las cosas a las que tendrías que renunciar para dar tu diezmo de manera apropiada. Ahora has contestado honestamente la pregunta: ¿Por qué es tan difícil dar? La respuesta: Porque requiere más sacrificio o compromiso de nuestro estilo de vida, de lo que estamos dispuestos a desprendernos.
¿Cómo fue que asumimos esta actitud ante el diezmo? ¿Cómo fue que nuestras finanzas se hicieron tan estrechas que vivimos de sueldo a sueldo? Hay muchas respuestas, pero pienso que todo gira alrededor de un tema central, el cual es este: Pensamos que todo nos pertenece. En otras palabras, “Es mío, yo lo gané y yo solo decido como gastarlo.” Esto es verdad tanto para el liberal en el manejo de las finanzas como para el conservador. La única diferencia es la forma como es gastado: bien sea en compras de consumo o en cuentas de inversión o de retiro. La idea básica es esta –tanto el liberal como el conservador están equivocados ante la Mirada de Dios.
En Mateo 19:16-24, un joven rico se acercó a Jesús para preguntarle qué era lo que debía hacer para entrar al reino de Dios. Jesús le contestó, “vende todo lo que tengas, dalo a los pobres y sígueme.” Jesús no estaba pidiendo el 10%, Él estaba pidiendo todo. Sabes, Jesús se dio cuenta que el problema de este joven no era el cumplir con la Ley, él estaba permitiendo que sus posesiones lo poseyeran. Jesús agrega lo dicho en el versículo 24: “es más fácil para un camello pasar a través del ojo de una aguja que para el rico entrar al Reino de Dios.”
La historia nos dice que en Jerusalén todo el comercio se detendría a la puesta del sol o en el día domingo porque las puertas que permitían que los camellos y caravanas entraran a la ciudad, se cerraban. Una puerta se dejaba abierta para que los peatones entraran a la ciudad y esa era la “Puerta de la Aguja” (que actualmente era una puerta dentro de la puerta de entrada principal). Un camello podía caber a través de esta puerta si era descargado (su carga removida), y pasaba arrodillado. Esta es una buena representación de mí mismo. Me dice que si yo no soy cuidadoso, puedo llegar a permitir que mis cargas financieras (casa, automóvil, educación escolar, etc.) me roben le experiencia de dar. Así que ¿Cómo nos liberamos de esto? Damos lo que tenemos a Dios – seguimos el ejemplo de José (Bernabe) – tomamos lo que tenemos y lo colocamos a los pies de la cruz de Jesús para hacer con ello lo que Él quiera.
Aquellos de nosotros que vivan bajo los estándares del mundo, son ricos, así que bien sea que vivas en un apartamento o en una mansión, manejes un automóvil de 10 años o un modelo de primera línea – Tú eres el “joven rico” al que Jesús le estaba hablando y de quien nos habla. Pregúntate a ti mismo: ¿quién es el dueño de tu televisor, membrecía de tu gimnasio, o de tu cheque de pago? ¿Qué o quién es el Señor de tu vida? ¿Son tus posesiones, o Jesús? Dios es el creador del universo; si Él quiere hacer algo Él no necesita nuestro dinero para hacerlo. Lo que a Él le interesa son nuestros corazones. Si realmente confiamos en Jesús – démosle nuestros cheques de pago – y que Él decida como gastarlo. ¿Cuál es tu próximo paso en dar? ¿Lo es el considerar que todo lo que tienes pertenece a Dios? ¿Lo es el comenzar a dar regularmente? ¿Lo es el confiar en Dios con el primer 10% y aprender a vivir con el resto? ¿Qué significa para ti?
Fuente Liga del Testamento
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