Bruselas, 30 may (EFE).- Los líderes de la Unión Europea iniciaron este lunes una cumbre de dos días en Bruselas centrada en Ucrania y en la que tratarán de alcanzar un acuerdo político sobre el sexto paquete de sanciones contra Rusia, incluido el petróleo, pero en dos fases: primero el importado por vía marítima, para sortear el veto húngaro, y después el que llega por oleoducto.
La reunión extraordinaria, convocada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se centra hoy en la ayuda de la UE a Ucrania y en la energía, en la que se espera que los Veintisiete den luz verde a introducir topes temporales a los precios en colaboración con socios internacionales.
Nada más llegar a la reunión el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, exigió una nueva excepción para su país como condición para que Budapest acepte el veto al petróleo ruso como parte del paquete de sanciones contra Moscú que negocian los Veintisiete, y que incluye también la desconexión del mayor banco ruso, Sberbank, del sistema de mensajería Swift.
Orbán, el mayor aliado en la UE del presidente ruso, Vladímir Putin, dejó la puerta abierta a desbloquear el acuerdo si se le garantiza que si hay problemas con el oleoducto que pasa por Hungría pueda «obtener petróleo ruso de otro modo».
Los países de la UE trabajan con un borrador de sanciones en el que, en lo relativo al petróleo, se bloquearían las importaciones de crudo por vía marítima a final de año, que representan dos tercios del total, y el que llega por tubo quedaría abierto hasta una fecha por determinar.
La postura de Orban llevó hoy a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que presentó el sexto paquete de sanciones hace casi un mes, a rebajar las expectativas de acuerdo «en las próximas 48 horas», al tiempo que instó a mantener la «solidaridad con Ucrania y la unidad de la UE».
Que «no es fácil» es algo que también constató el presidente del Consejo Europeo, pero Michel no pierde la esperanza: «El momento es ahora y estoy convencido de que seremos capaces de tomar una decisión todos juntos», destacó.
«Confío plenamente en que tendremos un acuerdo» sobre el sexto paquete de sanciones, dijo por su parte el Alto Representante de la Política Exterior europea, Josep Borrell, el más optimista de todos.
Pese a las dificultades, los líderes insistieron en que la unidad política y la voluntad de acuerdo sigue en pie.
En este sentido, el canciller alemán, Olaf Scholz, destacó el carácter «constructivo» de las conversaciones y la «voluntad de llegar a un acuerdo».
El primer ministro letón, Krisjanis Karins, recomendó a sus compañeros a que no se queden «atascados en los detalles» de cómo sancionar a Moscú, porque Ucrania está ahora luchando por los valores que Europa «da por sentados» y «solo cuando Rusia sea derrotada podremos sentirnos seguros en Europa», incidió.
«Si cada país europeo solo piensa en sí mismo, nunca avanzaremos», recalcó Karins.
Más duro fue el presidente lituano, Gitanas Nausedas, para quien «es realmente una vergüenza» que los líderes de la UE no consigan «implementar el sexto paquete de sanciones».
Otra cuestión sensible a debate hoy es la incautación de bienes rusos, debido a las diferencias en las legislaciones nacionales.
Según el borrador de las conclusiones de la cumbre, los líderes se comprometerán a «examinar con rapidez» la propuesta que Bruselas presentó esta semana para confiscar los bienes y activos de los oligarcas rusos que intenten eludir las sanciones europeas.
El fin es obtener fondos para la reconstrucción de Ucrania que se añadirían a la ayuda de hasta 9.000 millones de euros en asistencia macrofinanciera que «la UE está dispuesta a conceder a Ucrania».
Está prevista también este lunes la intervención telemática del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la tercera en una cumbre de líderes europeos desde que empezó la guerra de Rusia, que el viernes próximo cumplirá cien días, mientras que el martes el debate se centrará en las formas de mitigar la crisis alimentaria global provocada por la agresión rusa y la defensa europea.
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