La Paz, 20 nov (EFE).- Varios fallos constitucionales alejan al expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) de sus aspiraciones de ser candidato presidencial para las elecciones de 2025 y de su, hasta hace poco, incuestionable liderazgo del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), esto en medio de una larga pugna con el presidente Luis Arce.
Morales ha perdido terreno en la búsqueda de su cuarto mandato presidencial por los fallos del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP).
El exmandatario también podría perder la presidencia del MAS después de que sus seguidores bloquearan carreteras por 24 días en su defensa ante una posible orden de captura por un caso de estupro y trata de personas, pero también para exigir que se avalara un congreso del MAS en el que se le reafirmó como líder y candidato del partido oficialista.
Estas son las claves de las sentencias constitucionales que podrían definir el futuro político de Morales:
1. No a la reelección presidencial indefinida
En diciembre de 2023 el TCP decretó en una sentencia constitucional que la reelección indefinida «no es un derecho humano», y determinó que una persona solo puede ser presidente de Bolivia por dos períodos ya sea de forma continúa o discontinua.
Este fallo fue ratificado el 8 de noviembre e indica «el periodo de mandato de los representantes nacionales, se sujetará a las reglas constitucionales señaladas en el mismo, siendo posible para los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el ejercicio de dicho mandato por dos periodos similares, sean estos continuos o discontinuos sin posibilidad de ampliarse a un tercer mandato».
Esto deja a Morales por fuera de la carrera electoral, quien ya gobernó el país por tres períodos (2006-2009, 2010-2014 y 2015-2019).
2. Fin del histórico liderazgo del MAS
Después de casi 30 años Morales fue apartado del liderazgo del MAS, partido con el que gobernó Bolivia por casi 14 años.
Un congreso del partido oficialista convocado en mayo por sectores afines al presidente Arce eligió una nueva junta directiva en ausencia de Morales, nombrando al dirigente campesino Grover García como nuevo presidente del MAS, hace unos días el TCP declaró válido ese cónclave.
Se espera aún que el Tribunal Supremo Electoral reconozca a García para que Morales pierda definitivamente la presidencia del partido.
Además, los seguidores del expresidente lo habían declarado «candidato único» en un congreso del MAS en 2023, al que no asistió ni Arce ni el vicepresidente David Choquehuanca. El TSE nunca aprobó las decisiones emanadas en esa reunión.
3. Magistrados prorrogados
El mandato de los actuales magistrados terminó a principios de enero, sin embargo, por trabas en el Legislativo boliviano las elecciones judiciales no se celebraron a tiempo, y por esto las cortes extendieron su mandato aduciendo que así evitaban un «vacío de poder».
Morales ha acusado a las altas cortes de trabajar «para Arce» y al mandatario de gobernar a través de «fallos judiciales» y sin necesidad de coordinar con otros órganos del Estado.
4. Elecciones judiciales
Después de un largo proceso, el Legislativo avanzó en el proceso para las elecciones judiciales y se eligieron a los candidatos para las principales cortes del país, pero el TCP emitió una sentencia con la que declaró desiertos esos comicios al Constitucional en cinco de las nueve regiones del país.
El TSE, en principio, llamó a todos los partidos políticos y al Gobierno para hacer una alianza para garantizar unas elecciones judiciales «integras», aunque después optó por acatar la decisión constitucional ante el riesgo de que los vocales sean procesados.
Los comicios judiciales fueron finalmente convocados para este 15 de diciembre.
5. División oficialista
Arce y Morales están alejados desde finales 2021, por diferencias en el manejo del Ejecutivo boliviano y el MAS.
El presidente Arce dice que Morales ha intentado acortar su mandato creando inestabilidad política y económica.
Por su parte, Morales señala a Arce como el gestor de su inhabilitación como candidato e incluso lo acusa de planear un ataque armado en su contra que buscaba «capturarlo o asesinarlo».
La pugna ha dividido al oficialismo en dos facciones y con esto se ha agudizado la crisis económica que atraviesa Bolivia, por la falta de dólares, la escasez de combustible y el encarecimiento de varios productos de la canasta básica.
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