Nunca antes había sido tan urgente y necesario el reencuentro de los venezolanos. He observado con profunda preocupación cómo el debate político en Venezuela se ha degradado hasta convertirse en un intercambio de insultos y descalificaciones personales, sustituyendo las ideas por agravios, el diálogo por descalificaciones y la construcción colectiva por intereses particulares. Gran parte de esta narrativa es impulsada desde el exterior, financiada por intereses foráneos y reproducida por quienes, desde fuera de nuestras fronteras, buscan desestabilizar la imagen de Venezuela y de sus instituciones. Sin pruebas se lanzan acusaciones, cuando en realidad son esas mismas voces las que carecen de legitimidad para juzgarnos. Frente a esta arremetida, llama la atención el silencio cómplice de algunos sectores dentro del país que, por cálculo político, prefieren no alzar la voz. Este mutis permite que la calumnia y la ignominia avancen, promoviendo que la mentira y la difamación se instalen en el espacio público, poniendo en riesgo la estabilidad democrática que tanto nos ha costado construir.
La diatriba política se profundizó luego de las elecciones del 28 de julio de 2024, que fueron refrendadas por el Consejo Nacional Electoral y validadas por el Tribunal Supremo de Justicia. Es conocido que quienes impugnaron los resultados no consignaron las pruebas contra la decisión del Consejo Nacional Electoral que declaró al candidato Nicolás Maduro Moros como ganador de ese proceso electoral. A partir de allí, se apela a la narrativa de acusaciones infundadas sobre narcotráfico en las altas esferas del Estado, que forman parte de una estrategia de criminalización que ignora deliberadamente las verdaderas rutas del narcotráfico en la región hacia Estados Unidos por el Pacífico, y no desde Venezuela. Rechazo firmemente estos relatos fantasiosos que responden a una estrategia de desprestigio internacional que busca justificar intervenciones y atentar contra nuestra soberanía. Como ciudadano formado en los valores de la democracia, y habiendo servido desde diferentes roles en la función pública, la política y la academia, estoy convencido de que el único camino viable para Venezuela es el del diálogo y la unidad. Frente a este cuadro de pretendida desarticulación institucional del Estado Venezolano y sus instituciones, hago un llamado ferviente a todos los sectores de la vida nacional a formar parte de un gran acuerdo de UNIDAD NACIONAL, basado en el interés superior de la patria, que priorice la educación, la economía y la producción de bienes y servicios para el bienestar de todos. No se trata de un simple acuerdo político o de una tregua retórica, sino de un compromiso colectivo para rescatar el futuro de Venezuela. Se trata de reconstruir la confianza, de rehabilitar el espacio público como lugar de encuentro, de fortalecer la democracia y recuperar la esperanza en un porvenir común. Por eso, mi compromiso a trabajar incansablemente para promover este reencuentro nacional. ¡VENEZUELA ES UN COMPROMISO SUPERIOR Y UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA!
DIA DE LA VIRGEN DE COROMOTO Y DE LA VIRGEN DEL VALLE
En Venezuela, se celebran el día de hoy dos Advocaciones Marianas: La primera, la festividad de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela y la Virgen del Valle, Patrona del oriente de nuestro país.
Virgen de Coromoto, su primera aparición se remonta al 08 de septiembre de 1651, cuando se le manifestó al cacique Coromoto, cacique de los indios Cospe, y su mujer, pidiéndole que fueran donde los “blancos” (españoles) a recibir el bautismo. En su segunda aparición, el 08 de septiembre de 1952, le entregó al cacique Coromoto una pequeña medalla que se conoce como Reliquia y mide 2,7 centímetros de alto y 2,2 centímetros de ancho, la cual se conserva en un relicario dentro de la Basílica Menor del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto en Guanare, estado Portuguesa. Fue reconocida como Patrona de Venezuela en 1944, por el Papa Pío XII y su fiesta litúrgica es el 11 de septiembre, día de su coronación canónica. Cabe señalar que desde el 19 de noviembre de 2011 la Virgen de Coromoto es la Patrona Principal de la Arquidiócesis de Caracas.
Virgen del Valle, conocida también como Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo: Patrona del Oriente del país, de los pescadores y de la Armada venezolana. La devoción a esta Virgen se remonta al siglo XVI, cuando la imagen llegó a la isla de Cubagua, procedente de España, y tras un huracán, ocurrido en diciembre de 1541, fue traslada a la isla de Margarita, específicamente al Valle del Espíritu Santo, donde fue alojada en una humilde capilla que dio origen a la Basílica Menor de Nuestra Señora del Valle. Su coronación canónica se realizó en 1911, por el Padre Pío X asignándosele su fiesta litúrgica el 08 de septiembre. Dentro de los actos festivos que se realizan cada año, el más importante e impresionante es la procesión de embarcaciones de todos los tamaños, estilos y modelos por toda la costa de Venezuela.
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