Ciudadanía secuestrada

 <…La insurrección de abajo tiende a los excelentes. El caníbal codicia su tasajo con roja encía y afilados dientes> Antonio Machado. Cartas de vida y esperanza 1905.

Las redes sociales al globalizar la información muestran sociedades con calidad de vida escasa o disminuida al lado de la miseria, corrupción y pobreza de sus miembros. Junto con esa muestra es difícil hablar de democracia y de ciudadanía activa para el bien común, allí el sobrevivir es la clave cotidiana. Investigaciones, libros y monografías se combinan como explicaciones en el mundo de la economía, lo cultural y la política. Por ejemplo, J. Keynes ganador del Nobel en economía pensó que los problemas surgen cuando falta el dinero y el Estado debe intervenir para promover el empleo. Hasta aquí el asunto es pasable para naciones denominadas pobres, pero en nuestro caso, Venezuela, Keynes (de vivir) revisaría su teoría pues aquí el dinero no es escaso, los recursos naturales con los cuales funciona la máquina capitalista están al día y sin embargo el capitalismo salvaje y la miseria que nos rodea sólo se medio explica por la abundante corrupción, el conflicto de intereses cuando se es gobierno y una escasa cultura democrática para el bien común. ¿Pudiera esto ser cultural? Los datos apuntan por ese camino. Estamos dentro de paradojas y de una sociedad compleja. Veamos. A- Pregonamos cierta rebeldía, pero para no dejar a un lado el <deme>, el <yo me las sé todas>, con los cuales cada miembro de nuestra sociedad predica esto: <por qué no voy a ser corrupto y servirme del presupuesto público si para eso estamos>. Pareciera obvio que cambiar eso sería la clave, pues las leyes, los jueces y los tribunales están. Frente a esa voluntad se muestran otras: <No tenemos papel sanitario, ni alimentos ni medicinas, pero tenemos patria>. <Qué le vamos a hacer si así lo dispuso Dios>. <Mire, todos somos corruptos, deje eso así>. B-Una pedagogía del juego y el engaño conviven entre nosotros desde la familia, pasa por la escuela, llega a los medios de comunicación y se instala con fuerza como un virus. Algunos lo definen simplemente como <viveza criolla>. Que exista un sorteo con nuestro número de identidad para adquirir productos es una muestra de ello. Pensando desde el afuera (Foucault, Dixit), no se puede ignorar la dificultad de leer nuestra crisis únicamente desde el poder y éste como algo a lo que se accede. Esto hay que revisarlo. C-Tenemos partidos políticos autodefinidos de la oposición que en coyunturas electorales son franquicias de sus símbolos y donde cualquier signo ético se pisotea sin arrugar el papel de sus estatutos. Ejemplos desagradables abundan de ello. Desde esas paradojas el resultado es un pastiche discursivo de frustraciones confirmando aquello de M. Weber para definir la modernidad como un desencanto. Es aquí donde hablar entre nosotros de ciudadanía es una contradicción no resuelta ni por dictaduras conocidas, ni por cruces de izquierda con militarismo, ni por pactos entre partidos políticos hegemónicos. Por ello ella está secuestrada o es invisible. El partido político es así una franquicia que dice representarnos, pero solamente se representa a sí mismo, a sus intereses y muestra de ello es su resistencia a aceptar nuevas formas de organización donde la disidencia y la libre crítica fluyan. Lo dice su expediente discursivo cuando ejecuta sus controles: <El compañerito violó la disciplina interna>. Ese partido político no estimula el voto libre y sin tutelas de aparatos represivos, sin finanzas fantasmas y de grupos de presión que vienen viviendo del Estado y los dineros públicos hace rato largo. Entonces el problema de votar no es algo que se puede despachar con facilidad. En un resumen forzado puede decirse que nuestro mal no pasa solamente por cambiar el gobierno. Piense usted nada más en lo que ocurre con nuestro dinero y la banca pública-privada. ¿Son diferentes? Va a ser interesante ante la salida forzosa de muchos venezolanos registrar sus conductas ciudadanas en otros lugares como para saber que fueron formados como ciudadanos. Algo hemos dejado en el camino que nos distancia de otras naciones con mejor calidad de vida. Saque sus conclusiones.

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