Funcionarios del Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria, adscritos a la Coordinación Estadal de Inocuidad de los Alimentos y Bebidas, realizaron un cierre preventivo a una panificadora, ubicada en el sector de Santa Teresa, en el municipio de San Cristóbal, por presentar malas condiciones higiénicas.
La información fue suministrada por Hecdalys Romero, coordinadora regional de Inocuidad de Alimentos y Bebidas del SACS, quien explicó que los funcionarios debidamente autorizados se presentaron en el establecimiento de elaboración de pan para realizar la debida vigilancia e inspección sanitaria.
En esta ocasión, dijo Romero, la panificadora inspeccionada presentó presencia de vectores (roedores y chiripas), de nidos de roedores en la etapa de crecimiento y la existencia de heces y orina. “También había almacenamiento de alimentos lo que genera contaminación cruzada, los utensilios se encuentran en proceso de deterioro, los pisos y paredes se encuentran en estado de detrimento, el almacén del establecimiento se halla en completo desorden”.
Insistió en que no hubo duda del inminente riesgo a la salud que representaba el establecimiento por lo que se procedió a efectuar el cierre preventivo y temporal de la panadería, en la espera de que se realicen las correcciones necesarias.
“En varias ocasiones hemos declarado que los roedores pueden infectar los alimentos a través del contacto directo, además contaminan las zonas por donde ellos transitan, son portadores de microorganismos, causantes de enfermedades o de la muerte, al contaminar los alimentos mediante excrementos u orina infectada transmisores de virus, bacterias y parásitos”, dijo.
Asimismo, Romero se refirió al riesgo de las cucarachas las cuales se activan durante la noche y pasan el día agrupadas en sus refugios, enviando mensajes a través del olor de sus heces para que otras de su especie se unan a ellas, “el riesgo de contaminar los alimentos por estas, provienen de sus desplazamientos de manera indiscriminada entre la suciedad y la comida, arrastrando los patógenos a su paso, también vomitan y manchan los materiales con su olor característico”.
Romero alertó a tener cuidado con los vectores que se generan en sus establecimientos pues solo el año pasado más de 400 mil personas murieron en el mundo por consumir alimentos contaminados.