El significado de innovación para el futuro, fue el ideario emancipador para vincular a Venezuela con la necesaria prospección del desarrollo de las ciencias y la tecnología, área que estaba tendencialmente en manos privadas. Dicho ideario, a la llegada del Comandante Hugo Chávez, es uno de los sueños que se asumen con la visión de tener las potencialidades necesarias y por lo tanto había que construir la plataforma legal, estructural y operativa que permitiera formular y ejecutar una política tecnológica como la que tenemos hoy en día.
La constancia en el desarrollo de la ciencia y la tecnología para generar soluciones y contribuir a avivar el aparato productivo nacional, en aras de satisfacer las necesidades de un país en proceso de consolidación de su independencia y soberanía científico-tecnológica, fue la principal política a implementarse en el proceso de cambio que se estableció para 1999 en Venezuela.
Acciones tales como la nacionalización de Cantv, la ampliación de la fibra óptica a regiones donde parecía que era imposible tener acceso a las telecomunicaciones y el incremento en el uso del Internet, dan cuenta de los avances que se vinieron obteniendo gracias a lo que parecía utópico, a muchos ciudadanos que habían sido excluidos en cuanto al acceso y desarrollo de las tecnologías. La idea de que en Venezuela el papel de la ciencia, la tecnología e innovación en la cimentación del proceso bolivariano, impulsaría el desarrollo económico, mejorando así la calidad de vida de la población venezolana.
Esta apuesta al impacto transformador de la tecnología vista como herramienta de desarrollo de un país y no como un fin en sí misma, es lo que hace la diferencia del legado que estamos empeñados en desarrollar hasta su máxima expresión para que no quede nadie excluido de la visión global de estos tiempos, muchísimo más en el caso de las nuevas generaciones que nacen demandando los mayores avances científicos – tecnológicos como parte de su natural desenvolvimiento.
La muestra más clara de todo lo anteriormente expuesto, lo vemos en la generación que se levanta, logrando el empoderamiento tecnológico, desde el manejo de una Canaima hasta la participación activa de jóvenes universitarios formados en carreras y programas a fines a las ciencias e innovación y concursando para sumarse en convenios que han permitido, por ejemplo el otorgamiento de 1.700 becas productivas mediante la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho en el estado Anzoátegui, así como, en ferias que premian la inventiva de científicos, investigadores e innovadores, quienes estudiando las necesidades, crean y hacen transferencia del conocimiento, a favor del pueblo.
En este sentido es pertinente resaltar que nos hemos concentrado en hacer una revolución profunda en todo el ámbito de la educación universitaria, todo esto para que terminen de morir las cajas de cristal que representaban antes las casas de estudios universitarios, para cumplir de esta manera con la utopía realizable de un país potencia, impulsado por nuestro gigante Chávez.
Cabe señalar que hoy Venezuela es de los pocos países que posee la matrícula estudiantil más grande del mundo, reconocido año tras año por organismos internacionales. En lo que se refiere a esfuerzos para que ninguna universidad se detenga por falta de recursos, se trabajó arduamente para lograr la aprobación de 1.5 billones de bolívares y así, honrar los compromisos derivados de la III Convención Colectiva Única del sector universitario.
Impulsar la universidad productiva, pública, gratuita y de calidad, es la tarea que nos corresponde en función de dar respuestas al nuevo modelo económico del país.
El reto es trascender de las viejas políticas que respondían sólo a las necesidades estudiantiles, para dar nacimiento a planteamientos que permitan dar soluciones a la compleja situación que está afrontando nuestro país.