Con el informe de prensa presentado el pasado 1 de febrero, por La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y por su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) sobre la grave situación política, económica y social que afecta a todos los venezolanos, particularmente lo relacionado con la escasez de alimentos y medicinas, se está reconociendo que en Venezuela se están cometiendo crímenes de exterminio, indica el parlamentario nacional emérito y defensor de los derechos humanos Walter Márquez.
Explicó el parlamentario que de acuerdo a su propia definición, el crimen de exterminio según el artículo 7, numeral 2, literal B del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, se da cuando existe la imposición intencional de condiciones de vida negativas como la privación del acceso a alimentos o medicinas, con el fin de destruir a una parte de una población, y la negativa del régimen de Nicolás Maduro ha demostrado hasta la saciedad que no le preocupa que los venezolanos más vulnerables se mueran de hambre o por no conseguir los medicamentos para tratar sus enfermedades, no solo porque no las procura como Estado, sino porque adicionalmente niega que esa ayuda, necesaria a todas luces, llegue al país a través de canales humanitarios.
Estos organismos internacionales citan el último informe sobre seguridad alimentaria y nutricional elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud, ha verificado un aumento de 1,3 millones de personas subalimentadas en Venezuela para el periodo 2014/2016, es decir personas que no estarían cumpliendo con los requerimientos nutricionales mínimos para llevar una vida saludable y activa.
El reporte presentado por la CIDH, también da cuenta de “las reiteradas denuncias recibidas sobre el riesgo que tendrían miles de niños y niñas en Venezuela de perder la vida por desnutrición durante este año. Según la información recibida, durante 2017 habrían fallecido entre cinco y seis niños semanalmente por falta de alimentación, y al menos 33% de la población infantil presentaría indicadores de retardo en su crecimiento. Asimismo, un promedio de 4,5 millones de personas solo estaría alimentándose una vez al día, y en ocasiones cada dos días, resultando que el 11.4% de la población infantil ya se encontraría en situación de desnutrición”.
Estas cifras –expresó Márquez- que asombran al mundo que aún no entiende cómo uno de los países más ricos de América Latina pueda tener estos niveles de desnutrición, quizás son solo la punta del iceberg, ya que no existen cifran oficiales, por lo que la ONU ha hecho sus investigaciones con el cerco informativo del régimen de por medio, de manera que los números de afectados con seguridad son muchos más.
Agregó Walter que además de la alimentación se suma la difícil situación de escasez de medicamentos, y en su reporte la CIDH y su REDESCA indica que “al finalizar el 2017 el desabastecimiento de medicinas básicas para enfermedades relacionadas con diabetes, diarrea, hipertensión e infecciones respiratorias agudas se encontraría sobrepasando el 80%. De la misma forma, se ha tenido conocimiento que el 85% de las farmacias de la capital venezolana se habrían quedado sin medicación para infecciones oportunistas que atacan a personas viviendo con VIH o SIDA; y que entre un 95 y un 100% de los hospitales no tendrían antirretrovirales a su disposición. Esto ha significado que se hayan reportado fallas de hasta un periodo de 6 meses continuos sin recibir el esquema de tratamiento indicado, generando un estimado de 5 personas fallecidas al día por causas relacionadas con dicha enfermedad”.
Ejemplos de las muertes por falta de medicamentos sobran en el país, una de las últimas más notorias ha sido la del exgrande liga Marcos Carvajal, quien tan solo a los 34 años falleció el pasado 24 de enero por no conseguir la medicina para tratarse una pulmonía, y así como él sucede todos los días con ciudadanos comunes que no pueden conseguir sus tratamientos, además existe la grave sentencia de muerte de los pacientes renales en el país quienes están dejando de recibir sus tratamientos, indicó el defensor de los derechos humanos.
«Este informe de la CIDH y su REDESCA solo ratifica lo que nosotros vivimos y vemos a diario, que un régimen totalitario como el de Nicolás Maduro abusa de su poder para mantener a la población en la miseria y poder manipular su hambre con los alimentos que el mismo gobierno reparte a quienes le siguen el juego por su extrema necesidad, sumando además el agravante de la discriminación política al negar los alimentos a quienes rechazan el régimen».
Mucha gente puede pensar que éste sería un informe más, manifestó Márquez, pero está muy clara la intención del gobierno de acabar con la población al incumplir con sus obligaciones como Estado de procurar medicamentos y alimentación a la población, violando la Constitución de la República y la Declaración Americana de Derechos Humanos, lo cual le va a traer consecuencias a los culpables de esta debacle generalizada, al punto que la CIDH y su REDESCA anuncian la posibilidad de hacer una visita al país para evaluar el ejercicio de los derechos humanos en su integralidad.
Por último, destacó Walter Márquez, Nicolás Maduro se está quedando como el rey desnudo ante el mundo, quien ya lo reconoce como un dictador, y más temprano que tarde será juzgado por los crímenes cometidos en contra de la población civil, entre ellos del delito de exterminio porque se está afectando de manera directa a las personas, grupos y colectivos más vulnerables de la población, incluso poniendo en riesgo sus vidas a diario por la falta de alimentos y medicinas; testimonios sobran y el dictador Maduro tendrá que pagar por tanto daño.
NP