Pekín, 11 mar (EFE).- El primer ministro chino, Li Keqiang, afirmó hoy que su país seguirá abriéndose a los inversores extranjeros y mostró su confianza en seguir siendo «destino popular» para el capital procedente de otros territorios.
En su rueda de prensa anual, posterior a la clausura de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), el mandatario aseguró que China tiene intención de reducir el número de sectores vetados a la inversión extranjera y de «fomentar un entorno de negocios orientado al mercado de clase mundial» que esté «gobernado por un marco legal sólido».
Para ello, Pekín está apostando por la estrategia llamada «circulación dual», que se basa en desarrollar la demanda doméstica utilizando la fuerza de los mercados internacionales gracias a la interconexión existente entre ambos.
«La economía china se ha integrado profundamente en la mundial. Cerrar sus puertas al mundo no llevará a ninguna parte», apuntó Li.
A este respecto, el primer ministro indicó que «un mercado doméstico creciente en China con una demanda creciente representa una gran oportunidad para productos, inversión y servicios extranjeros».
A este respecto, recordó la reciente firma del acuerdo de libre comercio RCEP con otros países -en su mayoría, del sudeste asiático-, que permitirá «mantener estables las cadenas industriales y de suministro en la región e impulsar el crecimiento económico mundial».
Li expresó que su país «seguirá jugando su papel y cumpliendo con sus responsabilidades», y que defenderán el libre comercio «construido en torno a las reglas de la (Organización Mundial del Comercio) OMC».
En su rueda de prensa, Li también defendió la decisión del Gobierno de fijar un objetivo de crecimiento de «más de un 6 %» para 2021 -en 2020 no se lo marcó por la incertidumbre generada por la covid- y aseguró que no se trata de un «objetivo bajo» a pesar de que los pronósticos más extendidos a nivel internacional preveían un avance de más del 8 % del PIB para este año.
El primer ministro advirtió de que esta meta «está alineada con las condiciones y las posibilidades» de lo que China puede conseguir el año que viene, en el que, salvo que la covid vuelva a afectar a la economía nacional de la manera virulenta en la que lo hizo en el primer trimestre de 2020, se eliminará el efecto de base que permitirá un alto crecimiento este año.
RETO: CREACIÓN DE 11 MILLONES DE PUESTOS DE TRABAJO
«Debemos evitar los vaivenes salvajes en el desarrollo económico. (…) Un crecimiento demasiado rápido no podrá ser uno sostenido, necesitas un ritmo constante para mantener el desarrollo de China a largo plazo», apuntó Li, en referencia al objetivo de Pekín de conseguir un crecimiento económico de «alta calidad».
En cuanto a la política fiscal y monetaria, el primer ministro consideró que «no hay necesidad para cambios repentinos» y avanzó que el foco seguirá siendo dar apoyo a las «entidades del mercado» -por ejemplo, profundizando en la campaña de rebajas fiscales- para «consolidar los fundamentos de la economía china y mantener los principales indicadores económicos en un rango apropiado».
Uno de los retos en 2021 será la creación de empleo, dijo Li, que recordó que el objetivo para este año está fijado en 11 millones de nuevos puestos de trabajo -el año pasado el objetivo fue de 9 millones y se crearon casi 12, según los datos oficiales-, con casi 14 millones de personas entrando en el mercado laboral, la mayoría de ellos graduados universitarios.