China repudió el comunicado del G7 que pidió “evitar la violencia” en Hong Kong, por considerar que se trata de un asunto interno que solo concierne al gobierno y al pueblo de esta nación asiática.
“Expresamos nuestro extremo descontento y nuestra resuelta oposición a la declaración de los dirigentes del G7 con respecto a los asuntos de Hong Kong”, manifestó Geng Shuang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, a la vez que exhortó a los países miembros del G7 a dejar “de entrometerse en asuntos ajenos y de preparar en secreto actividades ilegales”.
Asimismo, enfatizó que ninguna nación puede interferir en los temas de Hong Kong, utilizando como pretexto la declaración sinobritánica de 1984 sobre Hong Kong -previa a la retrocesión de Hong Kong a China en 1997- que garantiza por 50 años un estatuto de autonomía para la excolonia británica, plasmado en el principio “un país, dos sistemas”.
Igualmente, el vocero del gobierno chino lamentó las manifestaciones violentas que se han registrado en los últimos tres meses en la región administrativa, que han incidido de manera negativa en la economía y en orden interno.
“A nadie le importa más la prosperidad y estabilidad de Hong Kong que al pueblo chino. Se trata de un asunto nuestro y sabremos cómo tratarlo”, sostuvo Geng.
El plan del gobierno local de proceder con la ley de extradición desató una fuerte agitación en Hong Kong y, aunque se suspendió la legislación, las masas se mantienen en las calles y con frecuencia terminan en enfrentamientos con la policía y ataques a la infraestructura pública, reseña Prensa Latina.