Falmouth (R.Unido), 13 jun (EFE).- Los días en que las decisiones globales eran dictadas por un pequeño grupo de países hace mucho tiempo que acabaron, a juicio de China, que considera que los asuntos mundiales deben gestionarse a través de la consulta con todos los países, sean grandes o pequeños.
A través de unas declaraciones del portavoz de la Embajada china en Londres colgadas en su página web, el gigante asiático hizo saber su opinión acerca de la cumbre del G7 y reiteró que «solo hay un sistema y un orden internacional en el mundo, el que tiene a las Naciones Unidas en su núcleo».
Para China también hay solo un conjunto de normas mundiales, las que están basadas en los principios de la Carta de la ONU, «y no las supuestas reglas formuladas por un pequeño número de países».
«Siempre hemos creído que los países, grandes o pequeños, fuertes o débiles, fuertes o ricos, son iguales, y que los asuntos mundiales deben gestionarse consultando a todos los países», señaló el portavoz.
En respuesta a los llamamientos lanzados en la cumbre del G7, Pekín afirma que «solo hay un tipo de multilateralismo», también basado en la Carta de la ONU y el derecho internacional, frente al «pseudomultilateralismo que sirve a los intereses de una camarilla o un bloque político».
Por ello, pidió a los «países relevantes» que den pasos para mantener los objetivos y principios de la Carta de la ONU y hagan «esfuerzos reales» para conseguir vencer pronto al coronavirus, responder de forma eficaz contra el cambio climático y trabajar para una recuperación económica global «robusta».
La reacción china se produce después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, convenciera al resto de líderes del G7 de la necesidad de lanzar un gran plan de infraestructuras que contrarreste el avance de China. En ese sentido, los dirigentes del G7 acordaron el sábado lanzar la iniciativa «Build back better for the world» (reconstruir mejor para el mundo) para «responder a las necesidades tremendas de infraestructuras en los países de ingresos medios y altos», según la Casa Blanca. El plan quiere ser una alternativa al proyecto chino «One Belt, One Road» (una ruta, un cinturón), que pretende revitalizar la conocida como Ruta de la Seda mediante la modernización de infraestructuras y telecomunicaciones para mejorar la conectividad entre Asia y Europa.