“Chico Peña”. Un  valerano de mil historias / Por  Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

 

En mi niñez, su imagen de hombre bueno y trabajador quedó grabada en mi mente. Vivió por varios años en la calle 14 con Av. 13,  con su entrañable esposa, doña Cristina y sus hermosos hijos, dos casas más arriba donde yo resido… Era muy niño y una mañana hubo o un corre corre en la calle 14, un numerosos grupo de personas observaban un enorme tigre muerto montado en una vieja camioneta Chevrolet. “Chico Peña, explicaba a los presentes que hubo que matar al corpulento animal porque se estaba comiendo  a los becerros en su hacienda en la zona baja.

Era la familia más acomodada y buenos recursos económicos que hace 60 años habitaba en la calle 14. Jamás se veía en ellos gestos de soberbia por los bienes materiales que les acompañaba. Doña Cristina, era todo un pan de Dios que siempre ayudaba al que estaba pasando necesidades… Los cumpleaños de los hijos eran por todo lo alto, allí había espacio para que los niños de la comunidad compartieran un día de grata felicidad. Ese gesto de generosidad jamás será olvidado; sencillamente gracias…

 

Trabajo y más trabajo…

 

En el siglo pasado, don Chico Peña se convirtió en un referente de la ganadería en el Estado Trujillo… Nació en La Cabaña, vía Escuque, un 04 de diciembre de 1907. Hijo del legendario e histórico personaje como lo fue, Leopoldo Baptista, presidente del partido Conservador, y una agraciada jovencita llamada Agustina Peña… Francisco Peña, fue testigo de aquella Venezuela convulsionada por guerras. Padeció en carne viva las peores injusticias, solo le acompañaban  cinco años de edad, en el momento en que  el ejército “realista” se apropió de  su casa en La Cabaña, lo  que obligó a su familia a buscar refugio en la ciudad de Valera, en una amplia casona donde hoy está ubicada la Clínica “María Edelmira Araujo”.

A la familia de “Chico Peña” le tocó el calvario de “casa por cárcel” a lo largo de tres años. El propósito era quebrar el alma de lucha de su padre; Leopoldo Baptista…”Chico Peña” por ser hijo natural sobrevivió a los prejuicios moralistas de una sociedad que no toleraba “al hijo natural”, “todos me trataban como sirviente”, dijo en una oportunidad a una reconocida periodista trujillana.

 

A estudiar se ha dicho…

 

A los 10 años se enteró que era hijo natural… A los 16 años  de edad, en el año 1923, el buen corazón de su madrina Edelmira Baptista y siendo fiel a una promesa que le hiso a su padre, “Chico Peña” comienza a recibir clases de la insigne maestra Doña Carmen Sánchez de Jelambi. Aprende a leer y a escribir por esa habilidad natural que tenía por los estudios. Se apasionó por la matemáticas, de allí en adelante nadie lo paro en eso de tener grandes éxitos como ejemplar trabajador y  trujillano emprendedor…

 

Nunca me había puesto un par de zapatos

 

A la periodista Vanessa Andara, en el 2002, le manifestó: «Yo nunca me había puesto un par de zapatos, siempre vivía de sandalia en sandalia pero era  muy feliz, toda vez que tenía mi comida al día, ir a la escuela era la más grande satisfacción más aun tomando en cuenta mi edad, pero cuál fue mi gran sorpresa que en la escuela, asistía  todas las muchachas de la clase  alta de la ciudad de Valera, y yo humilde muchacho, no sabía qué hacer”.

La maestra Carmela, observando la pasión, como el joven Francisco se esmeraba por estudiar y estudiar y salir adelante, lo incorpora a horas extras de clase. De esa experiencia, dijo: ”Un día la maestra me llama y me dice que quiere hablar conmigo, yo por supuesto me asuste todo y  lo único que me paso por la cabeza es que me retirarían de la escuela, inmediatamente me encomendé  a mi patrona la Virgen del  Carmen, y como cosa de milagro me dijo que me daría dos horas más  de clases, acontecimiento que lleno de alegría no solo mi corazón sino también el alma de la niña Sofía( que me había ayudado a criar), que con mucho cariño y admiración me felicito”.

 

 Amor por la tierra

 

En el año 1926, a los 19 años, Chico Peña, culmina sus estudios de Educación  Básica, podía haber continuado  una carrera universitaria pero más pudo el amor a la tierra, y se marcha a trabajar en el campo, excelente decisión  que lo transformó  años después en uno de los grandes ganaderos trujillanos. Me dieron  la oportunidad de decidir, ya había aprendido lo suficiente, así que me fui por lo que realmente me hacía feliz como  lo es el campo, pase muchas necesidades para llegar a la tierra, porque no la tenía, teniendo que laborar para los demás y me di cuenta que mi trabajo era para el amo de las tierras, así que me busque otras alternativas.

 

Hacienda Contrafuego

 

Su primer trabajo con la tierra fue en la hacienda Contrafuego en la ciudad de Valera. Viaja a tierras donde estaban las compañías petroleras, regresa de nuevo a Trujillo para acompañar a su padre Leopoldo Baptista que todavía anda de guerrita en guerrita… Gracias a los conocimientos adquiridos con la maestra Carmela, trabaja en el área administrativa, llevando la contabilidad a varias haciendas de la Región, entre las que estaban la famosa hacienda  “Zaragoza” que la tenían con opción a compra, lamentablemente  gente con mucho dinero se le adelantaron y no pudo realizar la tan soñada adquisición de la hacienda…

Un banco de la época le  da a Chico Peña algunas tierras para que las administrara, le gusto el lugar y decide comprarla con los pocos recursos que le acompañaban. Con esfuerzo, trabajo y entusiasmo convierte este lugar   en la famosa hacienda “Santa Rosa”, en el Municipio  La Ceiba del Estado Trujillo.

 

 Y llegó el amor…

 

A los 40 años, Chico Peña contrae matrimonio  con una bella y humilde  joven, de nombre Cristina Díaz, naciendo de esta unión  una hermosa familia, constituida con grandes valores morales y espirituales…Años más tarde constituye  la Agropecuaria “Santa Teresa”, que se convirtió en una de las grandes empresas  productoras en el  Edo Trujillo: Agricultura (maíz), ganadería (leche y carne) y piscicultura…

 

 Gracias Chico Peña

 

Por esa fuerza humana que le acompañaba. Jamás hizo alarde de  grandeza y prepotencia, siempre esa alma humilde le acompañó hasta el día de su muerte. Hoy, su familia lo recuerda con  el más grande de los cariños, porque  Francisco Peña, fue un ser sencillamente  maravilloso…

 

 Fuente consultada: Vanessa Andara. “Chico Peña, el gran ganadero del siglo 20”.

 

 

 

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