Por Génesis Carrero / Crónica Uno
Caracas. La estrategia tradicional que involucra el acercamiento y el compromiso de votación puerta a puerta es la principal característica de la campaña que, tanto el chavismo como la oposición, emprende con la meta fija en ganar las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.
Las maquinarias electorales de ambas tendencias se encuentran plenamente activadas en la conformación, por el lado del chavismo de los conocidos 1×10. Mientras que por el sector opositor la líder María Corina Machado apela a los comanditos para también sumar equipos de 10 personas dispuestos a defender el voto.
Analistas políticos coinciden en que la apuesta de ambas partes es acercarse a la gente, cada quién desde sus espacios y a sus maneras, para garantizar la movilización electoral en la primera elección en la que el chavismo presenta bajos niveles de apoyo, según los expertos.
Los comanditos opositores a prueba
El sociólogo y analista político Héctor Briceño, experto en temas de democracia, elecciones y cultura política, aseguró que la novedad de la contienda electoral es que no será el candidato de la mayoría opositora, Edmundo González Urrutia, quien hará la campaña sino que esta quedará en manos del “líder carismático” y con apoyo popular, en este caso María Corina Machado.
Se pondrá a prueba la organización antichavista con los comanditos, “una estrategia ciudadana, pacífica y de organización” destinada a la defensa del voto este 28 de julio.
Al respecto, Briceño explicó que se trata de una estrategia “de tierra”, como le llaman a las campañas de contacto directo con el elector, en la que la organización ciudadana se impone ante la falta de estructura de los partidos del antichavismo en el interior del país.
Con esto coincidió el analista político y director de ORC Consultores, Oswaldo Ramírez, quien destacó que este programa es parte del plan “600 K” con el que el equipo de Machado, en alianza con el resto de partidos de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), no solo promueve la movilización de votantes, sino la defensa de los votos.
“Son una fórmula para tratar de hacer campaña, para tratar de fomentar lo que se refiere a tener la masa crítica para luego activar el plan 600 k. El plan 600 k sí es, efectivamente, un plan mixto de defensa del voto con movilización”, aseveró.
Los rojos por el “voto acarreado”
Los chavistas se mantienen enfocados en la movilización electoral, propiciada por los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que, detalló Ramírez, es un mecanismo tradicional que el partido chavista perfecciona para incluir plataformas tecnológicas de información y de identificación en los 1×10.
“Estamos viendo en muchas partes, también de América Latina, una propuesta de tener mayores militantes llevando a menores personas a votar. Sobre todo porque esto está asociado a la georeferenciación. Esto quiere decir que está asociado a una situación en donde yo llevo a votar a gente cercana a mí que vote, además, en el mismo centro donde yo suelo votar”, indicó.
Briceño complementó al apuntar que, si bien es una estrategia tradicional, en Venezuela se “incorporan mecanismos de control político a través del uso de beneficios sociales”, lo que es contrario a la ley, pues coacciona al electorado.
El profesor agregó que el 1×10 del chavismo deja en evidencia la capacidad de organización del PSUV y la solidez del partido, frente a la dependencia opositora de la “voluntad espontánea” de los venezolanos de salir a votar.
Los expertos insisten en que es “el voto duro” el que se promueve con el sistema del 1×10, calificado por el propio primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, como la estrategia perfecta con la que además de “ganar las elecciones” se va a “garantizar la paz”.
Todos por los 10
El Coordinador juvenil nacional de la organización política Vente Venezuela, Carlos Fernández, aseguró que más que un plan los comanditos son “una decisión ciudadana”, con la que se busca movilizar tanto a militantes como a seguidores opositores, con el foco puesto en las regiones más alejadas de las capitales.
Hasta el momento, se han registrado en la plataforma digital dispuesta por Vente más de 15.000 comanditos desplegados en todo el país, una cifra que, según Fernández, esperan poder triplicar antes del 28 de julio.
“Informar, comunicar efectivamente y prepararse para custodiar el proceso electoral del 28 de julio”, así describió el dirigente político las funciones de estos comanditos, que calificó como mecanismos de organización efectiva.
El partido oficialista se mantiene concentrado en las estructuras de base. como le llaman a las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh) con las que garantiza que los militantes del partido movilicen, con nombre y apellido, a quienes votarán por Nicolás Maduro.
Sobre estas estrategias, Briceño recordó que el Gobierno depende mucho más del acarreo de gente para su votación, mientras que la oposición siempre necesita mucho más de la voluntad de sus electores, elementos que se pondrán a prueba el 28 de julio, una batalla que trae como nuevos factores la atípica campaña opositora y el descontento que enfrenta el chavismo.
Es la primera elección en la que el Gobierno se presenta con clara desventaja en los niveles de apoyo, enfrenta un altísimo nivel de descontento entre sus simpatizantes, per también un altísimo nivel de descontento dentro de la propia maquinaria del partido”, aseveró Briceño.
En este escenario, y pese a que el chavismo asegura lograr movilizaciones de apoyo con casi 250.000 personas en una semana, Ramírez apuntó que en este momento el respaldo del oficialismo ronda entre 20 % y 30 % del padrón electoral, una cifra que puede favorecerlo o no en las presidenciales, dependiendo de la participación total de votantes.
“El oficialismo puede tener alrededor de 20 o 30 % del padrón electoral dependiendo de cómo participe la gente (…) A una participación muy alta ese 30 % se queda corto. Estamos hablando del techo electoral del oficialismo en este momento, del otro lado tienes la opción de Edmundo González, la Plataforma Unitaria, María Corina Machado. Estoy hablando de actores políticos que efectivamente cuentan con mayor intención de voto y por lo tanto su techo electoral es mucho más alto”, aseveró el analista.