Juancho José Barreto González
Hemos venido proponiendo algunas “palabras básicas” para superar los cansancios acumulados, el desgaste y el establecimiento de algunas costumbres que disolvieron la comunidad universitaria. También hemos dicho y acá lo subrayo, es posible convertir las próximas elecciones del 30 de abril en el NURR, en una fisura histórica, en una rendija por donde nos meteremos para cerrar una etapa ignominiosa y abrirle la puerta a la universidad que queremos.
Devolvernos el NURR, apropiarnos de él en tanto que “la universidad no es del gobierno ni de la oposición, es de los universitarios”. Esta es una clave política, de actitud política para superar una sufrida y terrible disminución: La ULA fue convertida en un feudo, en una finca mal administrada y en “un partido que no piensa”. No se trata de pasar factura a los responsables, vamos mucho más allá, se trata de elegir una nueva universidad. Desde el más joven de los estudiantes hasta el jubilado más antiguo se trata de movernos a un mejor lugar, producir una mudanza del espíritu universitario.
Tenemos el derecho y la obligación moral de hacerlo DESDE, CON Y POR EL NURR. Lenguaje y actitud, manos e instrumentos de trabajo, pensamiento universitario. Habitar la casa de manera decente y docente, conversar, reunirse, proyectar y cambiar de actitud. Que no sea un sacrificio estudiar sino una condición para ser mejor, ir más allá de la fisura. Tenemos la obligación de recuperar el NURR para los universitarios, para hacer grandes cosas, para que deje de ser, junto a la ULA, una pieza “operativa y funcional” de la violación de su propia autonomía y decoro institucional.
La presente gestión rectoral saldrá por la puerta de atrás junto a su personal de confianza. Lo peor que nos pudo haber pasado nos pasó. Cerremos esa habitación y botemos las llaves, vamos al patio universitario, a buscar los mejores materiales de reconstrucción.
El NURR desde el NURR, desde dentro, una revuelta creadora, un movimiento de apropiación, un cambio de actitud, esta rendija se convertirá en puerta para entrar a una nueva etapa. Vamos a decirlo como Celina o con Celina que respondió de esta manera a nuestra carta anterior: En abril, me gusta, eso me gusta, mes patriota, mi mes natal, tu mes, el mes que marcará pauta, fijará posición en la vida universitaria y en la colectividad en general, habrá la oportunidad de recuperar espacios y habitar la casa NURR – TRUJILLO, patrimonio cultural – académico trujillano, con empuje para rescatar la credibilidad, buena formación y respeto, un poco ausentes… Así como también buscar mejoras para su estructura física, equipamiento de sus distintas áreas, la oportunidad laboral y sus reivindicaciones para el mantenimiento y excelente ejecución de su funcionamiento… Segura estoy que, si responden al llamado, se enderezarán y curarán entuertos… Profe esta carta es muy alentadora, ¡¡¡gracias!!!
Si, ya basta. Quitémosle la brújula de la universidad y pongámosla en manos de la comunidad universitaria.
Otra clave: Sin comunidad no hay universidad. Aquí podemos decir muchas cosas, en todo caso se trata de superar la tecnología política de la división. Siguiendo el olfato de Celina, se trata de ir a un mejor lugar donde tengamos: 1. Un comedor para todos comer, 2. Transporte para todos movernos y 3. Una pequeña universidad para hacer grandes cosas.
El resultado: Una comunidad con cultura de “comunidad para transformar y ser mejor”.
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