Ciudad del Vaticano, 27 ago (EFE)- El español Fernando Vérgez, de 77 años, será nombrado hoy cardenal por el papa Francisco después de llevar trabajando más de 50 años en la Santa Sede, ahora como gobernador de la Ciudad del Vaticano, y en una entrevista con EFE asegura que los principales retos para la Iglesia están relacionados con «la situación social y económica del mundo actual».
Este salmantino de nacimiento, aunque se trasladó con sus padres a Madrid, es desde el 7 de septiembre de 2021 presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, una especie de «alcalde» en el pequeño Estado.
La púrpura le convertirá en el duodécimo cardenal español pero también será el primer cardenal de los Legionarios de Cristo, algo que se ha interpretado como un punto de confianza del papa después del escándalo y terribles delitos de abusos de su fundador, el mexicano Marcial Maciel.
El nombramiento le sorprendió, asegura a EFE antes de recibir la birreta y el anillo cardenalicios, como a cualquier fiel más: «viendo el rezo del Ángelus con el papa Francisco en la televisión el domingo 29 de mayo».
«Inmediatamente surgieron en mí sentimientos de gratitud a Dios y al papa que me eligió para recorrer este nuevo camino eclesial», explica este sacerdote que ya anteriormente era secretario general de la Gobernación con 50 años de experiencia en el Vaticano.
Cuando se le pregunta sobre si cree que fue el agradecimiento del papa a su gestión de la Ciudad del Vaticano, explica: «la creación como cardenal no debe verse como un premio, sino como una llamada a una mayor responsabilidad, es decir, a servir aún más de cerca al Sucesor de Pedro».
Pero es conocido que el papa aprecia a Vérgez y lo conoce desde hace años, fue el secretario del cardenal argentino Eduardo Pironio.
Para Vérgez, formar parte del colegio cardenalicio tiene como misión sobre todo la de «ayudar al papa en el gobierno de la Iglesia universal».
«Apoyarle en el cumplimiento de su misión y de su magisterio. Cada uno lo hará con su propia historia personal, con su propio caudal de experiencia y con la sensibilidad eclesial y espiritual del pueblo y del continente al que pertenece», explica.
¿Y cuáles son los problemas que enfrenta la Iglesia en los que los cardenales pueden ayudar al papa?, para Vérgez «estos retos son sobre todo los relacionados principalmente con la situación social y económica del mundo actual».
Para el nuevo cardenal, estos problemas son que «existe una crisis de identidad de tantas personas» y también «la secularización que ha borrado todo rastro de Dios de la sociedad en muchos países, así como la creciente pérdida del sentido del pecado».
Y añade que «la Iglesia debe hacer oír su voz allí donde se pisotea la dignidad humana, como en los países en guerra, baste pensar no sólo en el conflicto de Ucrania, sino también en los de Oriente Medio y África».
«También es necesario dar un mayor impulso a la evangelización y a la promoción humana, mirando sobre todo a los excluidos y a los últimos de la sociedad. A los grupos de personas que no pueden salir de la pobreza y a los que la pandemia de covid-19 ha hecho aún más pobres. Sin olvidar, la protección de la creación, por la que tanto ha hecho y hace el papa Francisco», señala.
Por ello, como Gobernador de la Ciudad del Vaticano también explica que los próximo esfuerzos «deben centrarse en la protección del medio ambiente y en salir completamente de la emergencia de la pandemia, que ha afectado mucho a las relaciones sociales y a la economía».
En estos días, como nuevo cardenal, también participará en la reunión en la que el papa ha convocado a todo el colegio cardenalicio para analizar la nueva Constitución Apostólica «Praedicate Evangelium», que reforma la Curia Romana, la administración de la Iglesia católica.
Vérgez apoya totalmente el cambio. «Con esta Constitución, la Iglesia será más misionera y sinodal. Uno de los elementos fundamentales de la nueva Constitución es precisamente el misionero. Evangelizar, tanto donde el anuncio ya está presente desde hace siglos como donde aún no ha sido aceptado».
Se convertirá en el primer cardenal de los Legionarios de Cristo, una noticia muy positiva para esta congregación después de los escándalos y aunque explica que «la creación como cardenal es personal y no colectiva», añade que «es natural que la congregación religiosa a la que pertenezco se sienta honrada de contar con el primer cardenal entre sus miembros».
«Es, por supuesto, un acontecimiento que me invita a agradecer una vez más al Pontífice su confianza en mí», asegura.
De los 12 cardenales españoles, el nuevo purpurado y otros cinco son menores de 80 años y por tanto podrían participar en un futuro cónclave para elegir al futuro papa.
Siete se encuentran en España como obispos o eméritos y cuatro en el Vaticano, y dos de ellos forman parte de la curia: el cardenal Miguel Angel Ayuso, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y el cardenal Luis Francisco Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Hay tres cardenales más nacidos en España pero son los obispos de Santiago de Chile, Celestino Aós; Panamá, José Luis Lacunza, y de Rabat, Cristóbal López Romero.
Cristina Cabrejas
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