Pedro José Fuentes Villegas
La esperanza de cambios importantes, que se observan en otros municipios, de orden social, económico, cultural, construcción de viviendas, surgimiento de pequeñas industrias, entre otros, necesarios para la comunidad, no aparecen por ninguna parte. Las promesas lanzadas por el liderazgo “revolucionario” ¿Hay algún liderazgo en Carache? No se han cumplido, repitiendo lastimosamente la demagogia y corrupción contra la cual se luchó.
Cuando se visita a Carache se observa la dejadez en sus plazas y calles. Las emisoras comunitarias -con alguna excepción- se dedican al cultivo del vallenato o cualquier tipo de música ramplona, la programación cultural que fortalece la identidad local y espacios de opinión serios, no existe. Los apagones son frecuentes entorpeciendo a la comunicación telefónica y al sistema bancario, en el único banco que existe se traban diariamente las operaciones, los puntos de venta se paralizan y la extorsión del efectivo se hace diaria.
En Carache gobierna el comercio. Bajo la forma oligopólica los dueños de los mayores abastos de alimentos fijan los precios que le viene en gana, productos como pollo o huevos están sujetos a la decisión de quien posee códigos de una empresa subsidiada por el gobierno nacional quien haciendo caso omiso a la regulación especula y desangra a sus propios vecinos y amigos. Según las fuentes consultadas el Clap no llega a Carache desde el noviembre pasado. El PAE adolece de atención en cuanto a la variedad y preparación de los alimentos de niños y niñas quienes no consumen las menguadas, sosas y rutinarias dietas.
La gestión municipal no debe esconder la cabeza como el avestruz ante los problemas de la comunidad. La Cámara Municipal como cuerpo deliberante debe debatir, aprobar y hacer cumplir ordenanzas que beneficien al colectivo. Si bien la regulación y control de precios no es competencia, la intermediación con organismos o entes nacionales y regionales pertinentes forma partes de sus obligaciones. La revisión de los impuestos municipales al sector comercio especulador indexado al precio de los alimentos es una opción entre muchas posible.
Los pueblos son dueños de su propio destino y tienen los gobiernos que se merecen, decía Bolívar. La responsabilidad de lo que sucede no es sólo de las autoridades municipales, la comunidad a través de las instancias del poder popular deben intervenir. No bastan las conversaciones en las esquinas de la plaza Bolívar. La organización y participación ciudadana es necesaria. El protagonismo de la gente es imprescindible.
Escribo estas líneas como carachero y militante revolucionario, es mi obligación hacerlo. Finalizo señalando que los caracheros no damos pie con bola, será porque no dominamos los pies o no tenemos…
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