La Encuesta Mundial de Valores (EMV), como proyecto de investigación social a nivel global, ha mostrado un gran interés en el problema de la segregación de los pobres; en tal sentido, una pregunta sustancial que se hace la comunidad de científicos sociales que está participando, es: ¿Por qué continúa aumentando la segregación económica, en diferentes lugares del mundo, y cuáles son las condiciones estructurales que la determinan? Se supone que mucho antes del periodo histórico actual ya debería haberse superado el problema de la segregación económica (por motivos raciales o étnicos), según predicciones basadas en la teoría de la evolución social de Parsons (es decir, según la teoría del consenso, en el marco de la perspectiva funcionalista).
No es lo mismo hablar de segregación económica que de desigualdad de ingresos. En el primer caso, se pudiera estar abarcando a las divisiones políticas, académicas y hasta culturales; por lo tanto, no se debe entender la segregación como una simple consecuencia de la desigualdad de ingresos. Lo que sí se ha determinado claramente, en diversos estudios científicos, es que los aumentos en la desigualdad de los niveles de ingresos están correlacionados con aumentos en los niveles de segregación económica. Esa relación constituye, hoy en día, una importante área de investigación científica (Reardon & Bischoff, 2011) y un asunto de interés para la EMV.
Recientemente, la EMV publicó su mapa cultural, correspondiente a los resultados de la séptima ola, 2017-2021, de su proyecto de investigación social. Un mapa universalmente conocido como el Mapa Cultural Mundial Inglehart-Welzel (2023), con datos empíricos sobre valores humanos, que les permite concluir que: “las creencias de las personas desempeñan un papel clave en el desarrollo económico, el surgimiento y florecimiento de instituciones democráticas, el aumento de la igualdad de género y el grado en que las sociedades tienen un gobierno eficaz”. Se pueden observar, en el mapa, tanto las evidencias de los grandes cambios culturales acaecidos en el mundo, como la persistencia de diferentes tradiciones culturales. Es una herramienta muy útil.
Aparte de continuar el monitoreo de valores culturales, actitudes y creencias, como lo ha venido haciendo la EMV desde sus inicios, recientemente se han incorporado temas como: corrupción, gobernanza global, principios morales y justicia. De similar importancia es la inclusión de datos que sirven para el monitoreo, por parte de las Naciones Unidas, de los ODS (Agenda 2030 para el desarrollo sostenible). Desde mayo del año pasado, todos los datos y la documentación sobre la EMV-7, se encuentran disponibles en la página web oficial de la institución (2023) y pueden ser obtenidos de manera gratuita y sin ningún tipo de complicaciones burocráticas. Ojalá fuese posible, a corto plazo, llegar a acuerdos entre la EMV y Latinoamérica, como los hay en Europa.
Las estadísticas generadas por la EMV son muy confiables, porque sus reglas y procedimientos están siendo mejorados en forma permanente, con respecto a requisitos sobre: procedimientos de muestreo, tamaño de la muestra, tiempo de implementación de la encuesta; y, entrega formal de datos al ente centralizador de la información. El principal método de recolección de los datos, que sirven de base a la EMV, es presencial (es decir, una entrevista cara a cara), en el lugar de residencia del entrevistado; aunque también son utilizadas otras modalidades, tales como las encuestas en línea autoadministradas, las encuestas telefónicas y, en ciertos casos, por correo.
Referencias:
Encuesta Mundial de Valores (2023). Página web oficial: https://www.worldvaluessurvey.org
Reardon, S. & Bischoff, K. (2011). Income inequality and income segregation.
Para descargar la versión más actualizada del libro completo (incluyendo todas las columnas publicadas a la fecha), haga clic en el siguiente enlace: Capital Social, José María Rodríguez, PhD. Además, para una introducción al tema, recomendamos ver el video CAPITAL SOCIAL: https://youtu.be/gRXjjZkCrzo.