El barrio “Caja De Agua” no se parece a ninguno otro en la ciudad. Tiene una vista panorámica única. Sus habitantes son gente trabajadora. El sector tiene una bella historia de luchas, amores, cultura, y algo más… La comunidad ha sobresalido como gaitera para amenizar el alma decembrina valerana… En deporte han conquistado sitial de honor teniendo en sus cercanías las primeras canchas de fútbol que conoció Valera en las instalaciones del Colegio Salesianos… Aquí nació “Deportivo América”, que sobresalió como grupo futbolístico.
Entre los fundadores de “Caja de Agua”, está Alexis Meza. Pedro, el famoso vendedor de kerosene en burro por calles de la ciudad… El primer bodeguero con su inolvidable letrero, “Hoy no fío, mañana sí”, fue Anastasio Caldera. El negocio se la pasaba hasta los “tequetekes” de muchachos, porque allí estaba el único televisor blanco y negro de todo el barrio. La tarifa para ver televisión era de 0,25 céntimos la hora, con derecho a degustar sabrosas cotufas que ponían la nota alegre.
“Puro lujo, puro lujo”
La gran alegría para la barriada fue cuando comenzó a circular cerro arriba y cerro abajo el primer vehículo que servía de transporte a sus habitantes. “Cantalucio”, es recordado con nostalgia porque tenía una paciencia única para cargar y llevar pasajeros hasta la “popita” del cerro en su Toyota color rojo; la parada estaba ubicada en la calle 16. Muchos habitantes pagaban los 0,25 céntimos para darse la “colita” y disfrutar del ameno recorrido; a pesar que vivían en un sector con muchas carencias materiales, se podía tener chofer, no sólo los “ricachones” de la época gozaban de tan grande privilegio o lo que llaman ahora: “puro lujo, puro lujo”.
Había una familia cerro arriba, en el patio de la casa estaba una mata de mamones que eran más que exquisitos. La muchachada se iba en grupos de 10, para poder tumbar mamones, los dueños del frondoso árbol le caían a piedra limpia a los “comelones” de tan llamativo fruto, pero más podían las ganas que el miedo y el grito guerrero era: “A comer mamones se ha dicho”.
Rafael Araujo, el popular “Mortadela”, Carlos Valecillos, Alfredo Meza, Nancy Montilla, José Fernández, se dieron a la noble tarea de organizar los primeros grupos culturales y deportivos que hicieron fama hace 50 años en nuestra amada Valera, sobresaliendo el grupo juvenil «José Félix Ribas”… Luego llegó la música que puso a bailar a la barriada con “Renovación Gaitera”. Su calidad interpretativa del canto zuliano fue de tanta calidad que ganaron varios premios que otorgaban las emisoras de radio en sus festivales de música navideña.
Empanadas rueda de camión
La señora Sósima, pasó a la historia culinaria de la ciudad por ser la primera ama de casa que comenzó a elaborar las famosas empanadas “rueda de camión”, que le quitaban el hambre en minutos a quien tuviera “la barriga pegada al espinazo”. Eran tan solicitadas las “ruedas de camión”, que Sósima, tuvo que montar su negocio en el mercado municipal, allí comenzaron las colas de trasnochados parranderos que después de toda una noche de farra se iban a “forrarse” con estas gigantescas empanadas que hicieron fama más allá de esta tierra de gracia.
Y Miguel Pérez, se convirtió en el “Príncipe de las cotizas”, las elaboraba de suela o de caucho. Gracias a “Miguelito”, los niños del lugar marchaban a la escuela con sus potentes alpargatas de caucho que aguantaban el más “verraco” palo de agua que caía en la ciudad. El precio era de tres reales, y tres bolívares si eran bordadas para “echar pinta por esas calles polvorientas”.
“Armando trampas”
Se convirtió en una leyenda. Su alma de alegría la compartía con los demás habitantes. En carnaval organizaba llamativas comparsas que eran la diversión de chicos y grandes. Cuando se disfrazaba de mujer causaba mucho impacto en aquella Valera machista, su ingenio para lo pintoresco, todo lo convertía en gracia y nadie se atrevía a afrontarlo, era un verdadero artista del pueblo que hacía reír hasta “al gato de la casa”… La señora Carmen Matos, igualmente organizaba las sabrosas fiestas comunitarias donde el colectivo gozaba a lo grande.
El cura Abad
Fue el más querido, el más amado por la popular barriada. Se entregó en alma y corazón a servirle al pueblo humilde. Niños y adolescentes eran llevados por el sacerdote para que disfrutaran de las amenas instalaciones deportivas del Colegio Salesianos y un suculento almuerzo que no faltaba los domingos… El padre Abad, inició programas culturales, deportivos y religiosos. Los viacrucis se dieron a conocer en la ciudad por lo vistoso y calidad interpretativa de sus protagonistas.
El Presidente en Caja de Agua
Rafael Caldera, dicen que es el presidente más terco que ha conocido Venezuela a lo largo de su historia. Pues, con todo y terco, siendo Presidente de la República visitó esta populosa barriada, entregó material a los deportistas, instrumentos musicales a los artistas y medicamentos a los que estaban con un eterno “ayiyayai” con sus achaques de salud.
El mejor boxeador de la barriada
Fue “Chapí” García. Entrenaba día y noche para su primera pelea como profesional del boxeo. La noche de consagración como boxeador, una multitud de habitantes de Caja de Agua marcharon al gimnasio del sector El Bolo para presenciar la “pelea del año”. Al tocar la campana los dos peleadores salieron al ring, el lugar estaba a reventar dando vivas al “Chapí”. No habían pasado tres minutos de confrontación boxística, cuando el “Chapí” cae a la lona fulminado por un espectacular derechazo o nocaut que lo hizo ver estrellitas. Los vecinos de Caja de Agua salieron como “alma que lleva el diablo”, sumamente furiosos por la vergüenza que les había hecho pasar el “Chapí”, a quien no se le volvió a ver la cara por el barrio después de su estruendosa derrota en el deporte de las “narices chatas”.
Fuente: La Valera de siempre. José Fernández. Cronista popular.
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