Venezuela celebra el día 10 de mayo al artista plástico, una fecha de festejo nacional que recuerda el natalicio de Armando Reverón, hombre que dejó un gran legado artístico y cultural en el país, para los venezolanos y el mundo.
Fue víctima de enfermedades que le afectaron a lo largo de su vida, entre las que se cuenta la fiebre tifoidea que sufrió a los 12 años y la esquizofrenia de sus últimos años, enfermedad cuyos trastornos le hicieron ganar el mote de «el loco de Macuto».
Tras una estancia de algunos años en la ciudad de Valencia, en Venezuela, es aceptado en la Academia de Bellas Artes de Caracas en 1907, donde tendrá por compañeros los artistas Manuel Cabré y Rafael Monasterios, entre otros.
Entre 1911 y 1915, viaja a Europa y estudia en las ciudades de Barcelona y Madrid, ciudad esta última donde se matricula en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se traslada finalmente a París, coincidiendo con el inicio de la Primera Guerra Mundial. En París, conoce la obra impresionista y se deja conmover profundamente por ella.
Sintiendo amenazada su seguridad en pleno contexto bélico, pide auxilio a su familia para retornar a Venezuela. Inicialmente se establece en Caracas, pero finalmente se muda a la ciudad litoral de La Guaira, donde conocerá a Juanita, su sempiterna compañera de vida y su modelo. Allí se estableció, logró comprar un terreno y construyó el famoso Castillete.
Su visión artística será influenciada desde entonces por los artistas Samys Mutzner (Rumanía, 1884-1959), Emile Boggio (Venezuela ,1857-Francia, 1920) y Nicolás Ferdinandov (Rusia, 1886-Curazao, 1925), quienes estaban en Venezuela por aquellos años. Ferninandov, a quien Reverón le hace un retrato, fue su amigo personal.
En La Guaira sufrirá su última transformación: le da la espalda a la vida agitada de la urbe, e inicia un estilo de vida premoderno que algunos llamarán «primitivo». En estas condiciones, comienza a explorar la luz y los efectos directos sobre el paisaje, creó soportes nuevos para trabajar y desarrolló escalas cromáticas novedosas.
Pero tras la observación de la naturaleza, sus últimos años los pasaría refugiándose en un mundo mágico del que sus muñecas forman parte esencial y determinante.
Obras esenciales de Armando Reverón
Además de haber dado un giro al tratamiento de la luz incandescente, las obras de arte no pictórico que concibió Reverón, como sus muñecas, los objetos, las esculturas y hasta su propio Castillete autoconstruido, lo han hecho ser considerado como precursor del arte povera, el happening y la instalación.
Su obra ha sido objeto de numerosos estudios tanto en Venezuela como en el exterior. La clasificación y periodización de sus fases pictóricas estuvo a cargo de su principal biógrafo, Alfredo Boulton, quien descubrió una temporalidad asociada al uso predominante de ciertos colores. A estos ciclos los llamó: período azul, período blanco y período sepia.
Conoce aquí las algunas de sus obras emblemáticas.
Las muñecas de Armando Reverón
Mención especial merecen las Muñecas de Armando Reverón. Desde el año 1935, Reverón comienza a preocuparse por construir objetos utilitarios con sus propias manos, como parte de un cambio en su vida que lo llevaría a un aislamiento cada vez mayor.
Armando Reverón muere en el Sanatorio San Jorge en Catia, en Caracas, en el año 1954. Su obra ha marcado la cultura visual venezolana y se ha convertido en una referencia latinoamericana. Por ende, no es de extrañar que en el año 2011 el director Diego Rísquez hiciera una película sobre su vida y sus amores con Juanita. Mira el tráiler en el siguiente vídeo: