Buenas y Malas palabras | Por: Eduardo Fernández

Un recordado compatriota llamado Ángel Rosenblat nacido en Polonia y nacionalizado venezolano en 1950 escribió una obra admirable denominada “Buenas y Malas palabras”. Rosenblat murió en 1984 a los ochenta años de edad, pero su obra y sus artículos de prensa perduran en el tiempo.

Hoy, en Venezuela, coexisten buenas y malas palabras. Buenas palabras son, amor, luz, esperanza, unión, progreso, alegría. Las malas palabras son odio, oscuridad, desesperanza, división, retroceso y tristeza.

Venezuela y los venezolanos estamos confiados en que algún día prevalecerá lo que el Papa Francisco ha llamado la civilización del amor. También estamos confiados en que gracias al esfuerzo de todos haremos que desaparezca el odio, la revancha, la confrontación inútil y la polarización infecunda.

Los venezolanos estamos confiados también en que algún día, más temprano que tarde, tendremos luz para alumbrar el camino y luz eléctrica para alumbrar nuestras casas y nuestras fábricas. Confiamos en que prevalecerá la luz y desaparecerá la oscuridad.

Los venezolanos estamos confiados en que pronto recuperaremos el sentimiento de Unidad Nacional. Los venezolanos somos un solo pueblo como decía ese gran poeta que fue Ali Primera. Recuperar el sentimiento de ser “hormigas de la misma cueva”. Trabajando unidos y no divididos podremos construir una gran Venezuela. “Reino dividido no prevalecerá” dice la Sagrada Escritura. Vamos a reparar el sentimiento de Unidad Nacional, sin exclusiones odiosas, alrededor de un compromiso programático consensuado.

Los venezolanos queremos progresar en un ambiente de paz, de armonía, de justicia, de solidaridad y de fraternidad. Progreso material, espiritual, educativo, económico, cultural, tecnológico, etc…

Estamos claros que en los últimos años hemos retrocedido dramáticamente. Ya está bueno. Apostamos por el progreso, rechazamos el retroceso. Rechazamos el autoritarismo, el militarismo, el caudillismo, la corrupción, el deterioro de la calidad de vida, el colapso de los servicios públicos. Apostamos por la unión de todos para trabajar por el progreso de todos.

Por último, los venezolanos queremos recuperar la alegría y abandonar la tristeza. Queremos volver a ver la sonrisa en los labios de nuestras mujeres y de nuestros niños.

Los venezolanos somos un pueblo alegre, bondadoso, con un gran sentido del humor. Queremos derrotar a la tristeza y al pesimismo. Queremos recuperar la alegría y el optimismo.

Los venezolanos tenemos fe en Dios y en El confiamos. En Vísperas de la Semana Santa, en este llamado viernes del concilio, los venezolanos aguardamos para celebrar la gran fiesta de la Resurrección. Apostamos por el Amor, por la luz, por la esperanza, por la unión, por el progreso y por la alegría. Este es nuestro ideal.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
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