Estrasburgo (Francia), 9 mar (EFE).- El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió este miércoles a los ciudadanos europeos que «bajen la calefacción en sus casas», porque hay que «pagar un precio» por «cortar el cordón umbilical» con la economía rusa por la guerra en Ucrania.
«La primera cosa que tenemos que hacer es cortar el cordón umbilical que une a nuestra economía con la rusa y cortar el flujo que le permite acumular reservas con las cuales financiar la guerra», dijo Borrell en un debate en el Parlamento Europeo con la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, sobre la invasión rusa.
Para Borrell, «eso lo podemos hacer a nivel político macro», como hizo ayer la Comisión Europea al presentar su directiva para rebajar en dos terceras partes las importaciones de gas ruso de aquí a final de año, pero «también pide que los ciudadanos europeos bajen la calefacción de sus casas».
«También pide que todo el mundo haga un esfuerzo individual en recortar el consumo de gas, igual que recortamos el consumo de agua cuando hay sequía e igual que cuando nos ponemos una máscara para combatir el virus», señaló el alto representante.
El exministro español aseguró: «Lo que hemos hecho contra el covid 19 lo hemos de hacer a favor de Ucrania. Tiene que ser una movilización de los espíritus, de las actividades, de las actitudes individuales, en un compromiso colectivo para hacer frente a una tarea que es sin duda histórica».
«Los europeos necesitan que el ruido de las bombas a las cinco de la madrugada de hace quince días al caer sobre Kiev les despierte de su sueño de bienestar, les permita enfrentar los desafíos que no hemos buscado, pero que el mundo proyecta sobre nosotros y Ucrania es el primero», afirmó.
Con las sanciones que los países occidentales están aplicando contra Moscú, «Rusia es hoy, básicamente, una gasolinera y un cuartel. Es un sitio donde venden hidrocarburos y con ello alimentan a unas fuerzas armadas dispuestas a intervenir donde haga falta: desde el Sahel al Cáucaso, con Siria y ahora en Ucrania», dijo.
Borrell añadió que «hay que seguir aumentando la presión» contra el Kremlin y aseguró que «la defensa de los valores liberales no se hará si no existe un compromiso político de los ciudadanos dispuestos a pagar un precio por ellos», afirmó Borrell.
El alto representante también pidió aumentar el gasto de los países europeos en defensa, ya que, según dijo, desde 1975, cuando se firmaron los Acuerdos de Helsinki en la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, destinaban un 4 % del PIB al gasto militar y, hoy en día, un 1,5 % de media.
«A nadie le gusta decir a sus ciudadanos que tienen que aumentar su esfuerzo militar. Todos preferimos la mantequilla a los cañones», apuntó.
Pero para Borrell, esta disminución del presupuesto en defensa «en 50 años de paz, pudo estar justificada cuando los dividendos de la paz se empleaban en aumentar la seguridad social, es estado del bienestar».
«Hemos organizado Europa como un jardín a la francesa, ordenado, regulado, regido por leyes y normas, pero fuera, la jungla crece, y si no queremos que la jungla invada nuestro jardín, tenemos que invertir no solo en cuidarlo, sino en defenderlo», concluyó.