Sao Paulo, 15 jul (EFE).- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, responde de forma «satisfactoria» al tratamiento clínico al que fue sometido tras identificarse una obstrucción intestinal y podría prescindir de cirugía, tras ser retirado un litro de líquido del estómago, informaron este jueves fuentes médicas y familiares.
El líder de la ultraderecha brasileña, de 66 años, fue trasladado la víspera a un hospital privado de Sao Paulo tras una complicación en el cuadro intestinal y se encuentra bajo observación médica, sin previsión de alta.
El Hospital Vila Nova Star de la capital paulista, donde se encuentra ingresado desde la tarde del miércoles, emitió un comunicado este jueves y afirmó que Bolsonaro «evoluciona de forma satisfactoria» desde el punto de vista clínico y de laboratorio.
«Permanece la planificación terapéutica previamente establecida. El presidente sigue sin previsión de alta hospitalaria», resaltó la nota firmada, entre otros, por el médico gastroenterólogo Antonio Luiz Macedo, quien el miércoles viajó de urgencia a la capital y decidió trasladar al mandatario a Sao Paulo.
BOLSONARO PODRÍA PRESCINDIR DE CIRUGÍA
Los médicos barajaron en un primer momento una operación de emergencia para desobstruir el intestino, pero el primogénito del presidente, el senador Flavio Bolsonaro, informó este jueves que si sigue respondiendo satisfactoriamente al tratamiento podría prescindir del procedimiento quirúrgico.
«El presidente Jair Bolsonaro evolucionó favorablemente, despertó con disposición y, si continua así, no necesitará ser sometido a cirugía! Gracias a todos por las oraciones», escribió el senador en su cuenta en Twitter.
Otro de los hijos del mandatario, el diputado Carlos Bolsonaro, explicó en detalle qué llevó al mandatario a permanecer ingresado tras una persistente crisis de hipo que se prolongó durante 10 días y una serie de dolores abdominales.
«Tiene una adherencia en el intestino que hace que los alimentos no consigan pasar por ahí. Eso acabó entupiendo y se formó una acumulación de líquidos y acabó yendo para el estómago», resaltó en un video divulgado en su cuenta de Telegram.
Ese líquido, precisó, fue retirado el miércoles por los médicos del hospital de las Fuerzas Armadas en Brasilia, adonde acudió en un primer momento y fue constatada la obstrucción intestinal.
De allí fue trasladado en avión a Sao Paulo, donde frente al hospital hoy se concentraron decenas de periodistas y apenas tres bolsonaristas vestidas de verde a la espera de noticias del estado de salud del mandatario.
¿SECUELAS DE UN ATENTADO?
El propio Bolsonaro, en su perfil de Twitter, afirmó que la complicación intestinal es un «desafío más» del «atentado cruel» que sufrió en 2018, en medio de la campaña electoral que lo llevó al poder, cuando fue acuchillado en el abdomen por un hombre con problemas mentales.
Desde entonces, el capitán de la reserva del Ejército ha sido sometido a cinco operaciones, cuatro de ellas como consecuencia de la puñalada que sufrió en la localidad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais.
Pese a estar ingresado en el hospital, Bolsonaro sigue a cargo de la Presidencia y no ha cedido sus funciones a su vicepresidente, Hamilton Mourao, de viaje oficial en Angola y de quien el mandatario se ha distanciado en los últimos meses.
El jefe de Estado, sin embargo, ha cancelado todos sus compromisos oficiales, incluida una reunión prevista para este miércoles con los presidentes del Congreso y del Tribunal Supremo en plena crisis política entre los tres poderes debido sus reiteradas críticas al sistema electoral del país de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.
Bolsonaro, cuya popularidad se ha desplomado en los últimos meses, ha puesto en duda, sin pruebas, el sistema de voto electrónico que opera en el país desde hace dos décadas y ha avivado la posibilidad de un fraude en los comicios, los cuales, según las encuestas, ganaría su mayor rival político, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.