La pandemia originada por la COVID-19 sin duda alguna ha generado consecuencias importantes sobre la humanidad, y lo seguirá haciendo. Más allá de las pérdidas humanas que, como nunca en la historia son contabilizadas diariamente, los efectos a mediano y largo plazo en los sistemas sociales y en las relaciones personales de nuestro llamado estilo de vida, marcarán un antes y un después que sólo la perspectiva del tiempo permitirá valorar adecuadamente.
La mayoría de las consecuencias son percibidas a priori como negativas. Aún así existe la percepción de que deberemos modificar algunos hábitos para adaptarnos a la nueva realidad de la sociedad con enseñanzas enriquecedoras.
Algunos teóricos creen que no todo ha sido ni será negativo. Hacen referencia a algunas consecuencias de esta circunstancia global, particularmente sobre nuestra actividad profesional y laboral. Aprendizajes que, de ser aprovechados, deberán ser consideradas como efectos colaterales positivos, es decir, bienes colaterales de la pandemia, que simbolizan un cambio cultural en nuestra práctica, al cual deberemos adaptarnos.
VALORAR AL SER HUMANO Y SU ROL EN LA EMPRESA
En la opinión del presidente de Fedecámas en Trujillo, Nelson Monreal, desde el punto de vista laboral, el confinamiento ha sido positivo porque el ser humano ha tenido más tiempo para interactuar con su familia y para verse a sí mismo. “Nos sensibilizó más”.
“La sensibilización pasa no solo por adaptarse, sino reinventarse. El buscar la manera de adaptarnos a las restricciones y el confinamiento, hizo que en Trujillo – por ejemplo – proliferaran los delivery, los teletrabajos. En Venezuela con el sistema 7+7 pagamos impuestos y alquileres de 30 días y trabajamos 15. La pandemia ha provocado la pérdida de muchos trabajos, no todo ha sido color de rosas, pero hay quienes han sabido mantenerse a flote ¿Cómo? Con creatividad y ganas de trabajar, y eso se aplaude (…) Hemos aprendido a tener más calidad humana, a valorar al ser humano y su rol en la empresa, como el eje fundamental, las empresas no son papeles, son personas”.
Monreal cree que en pandemia el sector económico tomó conciencia de lo bueno que tenía en los “años dorados” y de lo que carece ahora, para transformarlo en estrategias empresariales a fin de reinventarse en la constante búsqueda de un mejor país con un sistema económico pujante.
“Con la pandemia posiblemente vamos que aprender a convivir por mucho tiempo. Los procesos de reinventarse y de buscar soluciones a las coyunturas que se nos presentan, seguirán siendo un reto al cual no se le puede huir”, recalca el líder empresarial.
BUSCAR NUEVOS CAMINOS PARA LLEGAR A LOS OBJETIVOS PLANTEADOS
José Luis Rodríguez, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera (Acoinva), es de la idea que el confinamiento por la COVID-19 hizo que los ciudadanos descubrieran que se puede hacer mucho laboralmente desde el hogar, y si ya lo sabían, no se colocaba en práctica.
“Esa interacción en el espacio físico con presencia de los seres humanos recobra valor, siempre será importante. Sin embargo el trabajar desde el hogar permitió sobrevivir mientras… y era necesario hacerlo. Están aquellos que decidieron vender sus activos y desplazarse a otras partes buscando mejores oportunidades, eso aunque a nosotros nos afecte acá, es reinventarse para ellos. Aprendimos que guardarnos por mucho tiempo no es la solución, sino adaptarse a la coyuntura y saber convivir con el virus, mantener la actividad productiva para lograr mantener los salarios, para eso nos reinventamos”.
Para el empresario valerano, reinventarse ha significado buscar alternativas de cómo hacer las cosas, buscar nuevos caminos para llegar a los objetivos planteados. “Aprender de los errores, de los fracasos, de las situaciones adversas que se nos presentan es reinventarse. Hemos sido testigos de cómo se hace un esfuerzo para sacarle provecho a las redes sociales para mostrar, vender y despachar productos sin siquiera ver a los clientes. El servicio del delivery ha sido muy eficiente para satisfacer necesidades básicas, por ejemplo. Creo que definitivamente algunos cambios llegaron para quedarse, y más si se trata de incursionar en nuevos mercados”.
Rodríguez opina que así como el símbolo del “Yin y el Yang” nos enseña que en todo lo bueno hay algo malo, y en todo lo malo hay algo bueno, la pandemia ha generado daños colaterales, pero también “bienes colaterales”.
“Dentro de los bienes colaterales está entrelazar fortalezas para lograr objetivos comunes. Desde que una empresa que se dedica a mantener a sus trabajadores y mejorar sus ingresos, ya es un bien colateral. Valorar la fuerza laboral genera compromisos que buscan mantener el barco a flote”.
Insiste que el emprendedor sigue logrando ver oportunidades donde otros sólo ven dificultades. “Las dificultades están más en la mente de la personas que en la realidad. La pandemia sólo es una coyuntura más, las dificultades siempre las hemos tenido a flote, el reinventarse no es algo nuevo, sólo que ahora se ha hecho mucho más necesario”.
Hace unos días en la sede de Acoinva se creó el Club de Emprendedores, se nombró su junta directiva y se firmó el libro de actas. Acoinva se comprometió con el Club para apoyarlo en esta etapa inicial. Para Rodríguez esta iniciativa es una gran oportunidad de generar más y mejores oportunidades, “y por supuesto que los apoyaremos”, apunta. “El trabajo en equipo siempre será positivo, pulir nuestras virtudes y minimizar las deficiencias. El Club de Emprendedores es eso para nosotros, trabajo en equipo”.
El vicepresidente de Acoinva indica que la pandemia ha sido una época de retos, como ha sido en todos los gremios. “Ha llegado el momento de recuperar y de relanzarnos como instituciones gremiales en la búsqueda de soluciones a los distintos problemas que nos deja el confinamiento. El renacer como el ave fénix es una necesidad impostergable”.
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Por: Alexander González
IG: @AlexGonzalezDigital
Fotos: Henner Vieras, Alexander Viloria y Archivo Digital DLA