Estoy de acuerdo con los venezolanos que consideran la visita de la señora Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para el tema de los derechos humanos, como un hecho positivo para el país. La sola visita es un hecho significativo. Es el reconocimiento de que hay un tema grave en materia de derechos humanos en nuestro país que amerita la presencia de una autoridad como la que representa la señora Bachelet.
En Venezuela existe un problema de violación sistemática de derechos humanos desde hace muchos años. Hay una crisis humanitaria por el fracaso de las políticas económicas del gobierno agravada por las sanciones adoptadas por los Estados Unidos.
Pero además de la crisis humanitaria, hay denuncias muy fundamentadas de otro tipo de violaciones a los derechos humanos que explican y justifican la presencia de la señora Bachelet. Una visita que no tiene por finalidad simplemente la constatación de los hechos y la denuncia de las violaciones a esos derechos humanos, sino que supone la adopción de medidas para ponerle freno y para implementar los correctivos necesarios.
En Venezuela hay presos políticos. Hay muchos presos políticos. Civiles y militares. No se trata como dicen los voceros del gobierno de que hay políticos presos porque supuestamente ha incurrido en hechos delictivos. No se puede negar el hecho escandaloso de que existe un número abundante de ciudadanos privados arbitrariamente de su libertad por ejercer sus derechos ciudadanos consagrados en la Constitución Nacional.
La sola existencia de los presos políticos, es una realidad incompatible con el estado de derecho y con la democracia política. Pero más grave todavía es que hay denuncias muy fundamentadas de torturas y ajusticiamientos extra judiciales. Estos hechos son intolerables. La señora Bachelet en su breve pero intensa visita a nuestro país tuvo la oportunidad de tomar contacto con la realidad de las víctimas de esos hechos abominables.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas logró dejar en Venezuela una pequeña representación de su oficina para examinar “in situ” la realidad de estas denuncias.
Además, nos promete un informe de su gestión para los próximos días y, seguramente, propondrá la adopción de medidas para salvaguardar los derechos humanos en nuestro país. Por todas estas razones, considero positiva la visita de la señora Bachelet.
Seguiremos conversando.