Las líneas de transporte urbano, de Valera, comenzaron a cobrar 2.000 bolívares a partir de este martes 6 de febrero. Los conductores encuestados aseguran, que pese a no ser la panacea para ellos, los ayuda a pagar los insumos y su alimentación
Aunque estén dentro de una máquina, más de 8 horas al día, los conductores de las unidades de transporte público, son humanos. En otras palabras, son parte del pueblo y padecen la crisis económica como todos. En ese sentido, justifican el nuevo aumento del pasaje en 2.000 bolívares para sobrevirir al alto costo de los insumos de vehículos y los alimentos. No obstante, los pasajeros sienten que es una tarifa injusta, pues -sin contar los gastos de quienes viven en otros municipios- moverse en las Siete Colinas, diezma su poder adquisitivo. El salario mínimo no cubre este servicio, que en otrora era el más barato.
Decisión unilateral
Algunos de los conductores encuestados manifestaron que los directivos de las líneas urbanas, se reunieron el pasado domingo y acordaron entre todos aumentar el monto de 1.000 bolívares a 2.000, lo que representa un incremento del 100%. Esto, sin mencionar los ajustes hechos en rutas como Valera- La Puerta, que supera los 4 mil. De acuerdo a su relato, desde el lunes en la tarde y parte de la mañana de ayer, comenzaron a repartir las gacetas firmadas y selladas por las líneas 48, La Puerta, La Popular, Perpetuo Socorro, Caja de Agua, Floresta 79 y 7 Colinas. Sin embargo, este documento no posee la firma ni el visto bueno de la Cámara Municipal de Valera.
No es solución
Finalmente, los conductores manifestaron que pese a doblar las ganancias diarias, este aumento no solucionará los problemas del sector, cada vez más afectado por la situación del país. Recordaron que la flota de la mayoría de las líneas, se encuentran paralizadas por cauchos, aceite y otros repuestos. Explicaron que ganar 500 mil bolívares al día, no les alcanza ni para comer.
¿Qué hará la Cámara?
Los defensores del pueblo, los concejales y concejalas deberán evaluar este aumento inconsulto del pasaje y tomar medidas. Si es posible, deberán llamar a dialogar a los directivos de las líneas, al igual que a los dirigentes sindicales, con el objeto de llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes. El tiempo corre y los pasajeros se ven obligados a pagar esta nueva tarifa.
Iver Romero: “el presidente de la línea tomó la decisión con los otros directivos y nos entregaron la nueva gaceta. La verdad este aumento no garantiza soluciones, pero al menos nos ayuda a palear la situación. Somos trabajadores como todos”.
José Bastidas: “esto viene directamente de la directiva, que lo entregó. Ellos, junto a las otras líneas, se reunieron el pasado domingo y llegaron a ese acuerdo. No es una solución. Eso sería ponerle un freno al aumento de los precios de los cauchos e insumos”.
José Materán: “yo tenía un mes sin trabajar. Estaba paralizado por cauchos y aceite. No salí por el aumento, sino porque necesito trabajar para comprar alimentos. Qué más, monté unas chivas y salí. El aumento nos ayuda, pero no es solución”.
Basura presente en la Av. Bolívar
Los desperdicios orgánicos no dejan de aparecer «como por arte de magia» en la Avenida Bolívar de Valera. Quizás los ciudadanos, tanto transeúntes como comerciantes informales, decidieron que sirven de divisores de islas naturales y su aroma atrae a la pintoresca fauna silvestre. No obstante, su presencia permanente en la carretera, genera mal aspecto y deja mal parados a los habitantes de las Siete Colinas. Los visitantes se llevan una mala impresión y los peatones no pueden ni caminar. Ojalá las autoridades de la Alcaldía de Valera, tomen acciones y, además de recogerla, frenen a quienes tienen por costumbre botar bolsas y cajas en ese sitio.
No los dejan madurar
El consumo de cambures ha aumentado. No es necesario ser un experto para darse cuenta de esta tendencia. Los comerciantes informales, que antes vendían variadades de frutas, han optado por ofertar esta fruta nutritiva y tropical, en cada esquina de la urbe. Los bananos varían de tamaño y precio. Según un comerciante, esto se debe a que unos son de primera y otros de segunda. En esencia es que a unos los dejan crecer y a otros los maduran rapidamente para venderlos. Utilizan un químico llamado madurex, a base de etefón (ácido cloroetil fosfónico) que los hace poner amarillos y no es nocivo para la salud, si es aplicado por expertos.
El misterio de los huevos
La comunidad de San Isidro, en la ciudad de Valera, se quedó con las ganas de comer huevo. Hace más de 15 días, los dirigentes del consejo comunal los animó a entregar dinero para comprar un dichoso cartón de posturas de gallina y un pollo. Como el precio de este alimento está por las nubes, todos decidieron comprarlo, pero luego de depositar el monto, no vieron ni la foto del producto. Afortunadamente les entregaron el pollo, que parecía una codorniz, por lo pequeño. Esperan que, con respecto a los huevos, al menos les devuelvan el dinero.
Los boulevares rotos
Los arqueólogos valeranos descubrieron una magnífica plaza construida por los habitantes de las Siete Colinas a finales del siglo pasado. Les llamaron boulevares y servían para el encuentro de sus ciudadanos. Tenían sillas, mesas y había comercios a sus alrededores. Siempre estaban limpios y llenos de gente alegre. La vegetación ornamental no faltaba y menos la seguridad. Actualmente, según la evaluación de los expertos, son sólo ruinas y sirven de almacén de alimañas, monte y malos olores. En la fotografía: lo que queda del boulevard de El Ajedrez.