El Atlético se siente fuerte, porque sabe que nada de lo que le pueda pasar será peor que lo que ya le pasó. Y que si se levantó entonces se levantará siempre. Eso, de algún modo, le convierte en un equipo indestructible. Por eso se lleva una eliminatoria jugando prácticamente la mitad de la misma en inferioridad, por eso hay quien, dejándose llevar por la euforia, asegura que tras un holocausto nuclear sólo sobrevivirían las cucarachas… y la tropa de Simeone. El Atlético siempre tiene una meta, circule por donde circule. Al iniciar el presente recorrido nadie hubiera dicho que acabaría en Lyon, de hecho nadie lo hubiera deseado, pero el que no camina, revienta. Así que de perdidos, al río. A otra final continental. Con el tipo del traje negro en un palco, en el banquillo o donde sea menester. Siempre con el tipo del traje negro. Por supuesto la eliminatoria se vivió al filo, buena es esta gente para eso. Un gol del Arsenal a última hora hubiera llevado el asunto a la prórroga, pero el Atlético a esas horas se había adueñado de la pelota y ya no estaba dispuesto a prestarla. La anotación de Diego Costa fue suficiente.
Marsella en la prórroga
Rolando, un defensa de Cabo Verde nacionalizado portugués, metió al Marsella en la final de la Europa League, en la que se medirá al Atlético. Rolando marcó gol al rematar un córner en el minuto 116, jugada polémica que decidió el partido porque el árbitro, confundido, señaló córner cuando en realidad no lo era, porque el remate de Anguissa tocó en un compañero suyo y no un defensor del Salzburgo. Como en la eliminatoria anterior el Salzburgo había sido capaz de levantar el 4-2 que el Lazio traía de Roma, contrarrestar el 2-0 de ventaja del Marsella no parecía un imposible. Con presión alta, no dejando que los mediocentros se diesen media vuelta con el balón, con faltas e interrupciones, el Marsella, minimizó al Salzburgo. En el 99’, Pelé salvó al Marsella al sacar un cabezazo de Caleta-Car. Insistió el Marsella y encontró el premio mayor en una jugada afortunada para ellos y desgraciada para el Salzburgo y el árbitro, pues el córner que remató Rolando nunca debió haberse concedido. Goles: 1-0, 52′: Amadou Haidara, 2-0, 64′: Bouna Sarr, 2-1, 115′: Rolando.